Notas sobre las elecciones municipales después de la segunda vuelta
- Análisis
Las elecciones se desarrollaron en un contexto extemporáneo, sin posibilidad de debates de ideas, mítines y movilizaciones de personas y militantes. Esto obstaculizó la práctica de la tradición cultural de la izquierda para hacer política electoral.
En algunas ciudades han surgido nuevas formas creativas de hacer agitación y propaganda, pero se desconoce su efectividad en términos de votos. Tampoco los memes, tarjetas, videos, mensajes a través de internet tuvieron un efecto relevante.
En la primera vuelta nos abstuvimos en un promedio del 30% de los votantes, por encima del tradicional 20%. Y en la segunda vuelta el promedio fue del 35% y algunas ciudades superaron el 50%, comprometiendo la representatividad de los electos. Esto es malo para la democracia, porque revela el aumento de la alienación y el descrédito en relación al voto, pero señala la incapacidad para motivarlos hacia la política.
En la mayoría de lugares, incluso en las capitales, la disputa no fue por proyectos o fiestas. Para las masas, solo aparecen los nombres de las figuras. Aunque detrás tienen proyectos de clase e intereses de partido.
En estas circunstancias, no es posible hacer un análisis estadístico de los resultados de las elecciones y decir que este partido ganó o que perdió. Las elecciones y la política se miden por simbologías de la lucha de clases y no solo por números.
El financiamiento privado continuó sucediendo de manera encubierta, ahora en nombre de la rica comunidad empresarial, que donó a su elegido y todos eran conservadores. El fondo del partido, con recursos públicos, aunque importante y más democrático, también tiene allí sus distorsiones, ya que pone en manos de la burocracia del partido el derecho a destinar recursos a "sus elegidos". Tanto es así que la ley de cuotas de recursos para mujeres y negros apenas ha influido en la viabilidad de estas aplicaciones.
Del resultado, se puede decir que la mayoría de los candidatos ganadores desarrollaron un discurso moderado, presentándose lejos del bolsonarismo y el "radicalismo" de los cambios que tímidamente predicaba la izquierda, tratando de capturar el espíritu conservador del votante. Las candidaturas que ya habían sido alcaldes también pesaron y por tanto aprovecharon su ya contrastada experiencia. Esto fue utilizado por todas las partes.
El bolsonarismo perdido. Especialmente en Río de Janeiro, São Paulo, Fortaleza y Belem. Como expresión de la extrema derecha, el bolsonarismo reflejó su representación real que históricamente tuvo en la sociedad brasileña alrededor del 8 al 12% de los votos.
Incluso en aquellas ciudades donde se eligió a un bolsonarista, tuvo que ocultar su proyecto de extrema derecha.
La prensa burguesa se pasó todo el año diciendo que la izquierda estaba dividida y que no tenía dirigentes y que sería derrotada. Eso no es lo que pasó. La izquierda marchó unida en varias ciudades principalmente en la segunda vuelta. Es por eso que uno o aquel partido no debe recibir la gloria. Surgieron varios nombres de expresión nacional, como Boulos, Edmilson, Manuela, Marilia, Margarida.
Los gobernadores no pudieron llevar a sus candidatos a la cima. Pero esto es común en las elecciones municipales, en cada ciudad los votantes analizan la situación particular y así los gobernadores son meros votantes.
Las máquinas institucionales de cada municipio siguen operando por conservadurismo, es decir, para mantener privilegios. Estos intereses particulares son invisibles, por lo que no aparecen en las encuestas. Pero actúan según su lógica. Imagínense cuántos funcionarios tienen sus intereses en las escuelas, los hospitales, la prensa burguesa con sus fondos publicitarios, las iglesias pentecostales con sus exenciones y hasta pastores que se convierten en empleados de la alcaldía, como se reveló en Recife.
La izquierda como campo político se fortalece a partir de las elecciones. Ver incluso en la derrota de Manuela y Marilia, salieron más grandes políticamente y la gente aprendió que eran el verdadero cambio. La izquierda dejó las cuerdas, simplemente dejó de defenderse de la ofensiva de la derecha.
La crisis del capitalismo y el covid-19, el aumento del desempleo y las dificultades, también tomaron la capacidad de la derecha para salir a la ofensiva, porque objetiva e ideológicamente la crisis del capitalismo la dejó a la defensiva. No pueden seguir repitiendo la defensa del mercado, de la libertad del capital.
Las noticias falsas siguen siendo una posibilidad de manipulación en la propaganda de la derecha. Y que, en circunstancias de falta de más tiempo para reuniones, concentraciones, movilizaciones de masas, asumen una mayor influencia.
Los candidatos deben tener carisma personal en su comunicación con las masas. Y a veces un candidato conservador tiene más carisma que un candidato progresista.
La inercia de las masas, la fuerza de la maquinaria institucional y el dinero del partido son las armas que tienen los partidos conservadores. Como alguien dijo sobre la política institucional “¡sólo un tonto no puede ser reelegido” en la estructura brasileña!
Las elecciones municipales nunca fueron parámetros para las elecciones presidenciales. La prensa burguesa proyecta ahora que Doria salió fortalecida. ¿Me gusta? Si durante la campaña Covas lo escondió, porque sabía que perdería votos. El Dúo Hulk / Moro no acumuló nada en las elecciones, pero pueden venir con la fuerza de Globo y sectores de derecha. Por ello, es que los voceros del palacio de la meseta dijeron que independientemente de los resultados, la principal preocupación es el enfrentamiento con Lula / PT.
Tampoco es ya fiel a proyectar como posibles candidatos a las figuras que emergieron en las elecciones como Manuela, Boulos, Marilia. Las articulaciones nacionales pasan por otros parámetros. Como los gobernadores que podían tener pretensiones nacionales, Flavio Dino y Rui Costa, o incluso Doria de derecha, no salieron con mayor fuerza en las elecciones municipales.
No le corresponde ahora al debate si la izquierda se unirá en las elecciones de 2022, porque por la lógica de los partidos es natural que cada partido tenga sus candidatos en la primera vuelta y luego se hagan alianzas programáticas en la segunda vuelta. Como campamentos políticos partidistas, será natural que Ciro sea un candidato del PDT en busca del votante de centro. Quizás atraiga al PSB, pero tampoco nadie garantiza que las adhesiones de siglas, tengan adhesión real de la base social. El campo del PT debería salir con Lula o lo que definan las circunstancias. PSOL y PCdoB no tienen la fuerza para apoyar a sus propios candidatos con potencial electoral. Incluso pueden lanzar candidatos, como parte de la lógica del partido, y en la segunda vuelta gravitar hacia la candidatura del PT o Ciro.
Necesitamos aprovechar las lecciones y donde la izquierda y las fuerzas populares han ganado posiciones de concejales, alcaldes, transformar estas victorias electorales en procesos de acumulación de fuerza popular y mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo.
La lección sigue siendo que las victorias electorales solo llegan si somos capaces de organizar la rebelión popular de antemano. Si somos capaces de motivar corazones y mentes con un nuevo programa. Si tenemos la capacidad de realizar grandes movilizaciones masivas. Entonces no basta con tener un nombre apetecible, ni con intentar cambiar la cara de la campaña, (menos radical) o solo la fuerza y el dinero del partido.
La lucha institucional que aparece en las elecciones no tendrá éxito si no nos ceñimos antes a la lucha social, en la que podamos organizar al pueblo para las luchas por mejorar las condiciones de vida, y que acumulen fuerzas.
30 de noviembre
- João Pedro Stedile es líder del MST y del Frente Popular Brasil.
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