EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 17 de febrero de 2020

American curios

American curios
Qué susto
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▲ Bernie Sanders, aspirante socialista democrático a la candidatura presidencial demócrata, ayer en un acto de campaña en Nevada.Foto Ap
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odos, los más ricos y sus representantes en el gobierno, los autoproclamados expertos, los principales comentaristas e influenciadores, ni hablar de la realeza política y sus servidores, están muy asustados.
Quién sabe qué tanto dure el susto. Algunos pronostican, o desean, que muy poco; otros argumentan de manera impresionantemente torcida que el que tiene cada vez mayor apoyo popular es, pues, una amenaza al país (desde sus orígenes se ha planteado que demasiada democracia es peligrosa), otros insisten en que se requiere de una alternativa más elegible (a pesar de que según las encuestas, este es en los hechos el favorito entre el electorado) y que urgen propuestas políticas más pragmáticas para poder ganar la elección presidencial (a pesar de que esas mismas fueron derrotadas la última vez).
¿Y quién es la amenaza tan potente? Pues, un viejo de Brooklyn con la consigna de un ya basta con el control del uno por ciento más rico, y que convoca a una revolución política para rescatar a esta supuesta democracia, y peor, que se atreve a declararse socialista democrático.
Después de su triunfo en Nuevo Hampshire a principios de la semana pasada, y de conseguir la mayoría de los votos en Iowa una semana antes, y que ahora por primera vez está en primer lugar en el promedio de las principales encuestas nacionales, Bernie Sanders es el líder de la contienda para ganar la nominación presidencial del Partido Demócrata.
Ante ello, pánico y alarma estallan en la cúpula del partido y sus patrocinadores, con una búsqueda cada vez más desesperada para la alternativa centrista a Sanders, incluido uno de los hombres más ricos del planeta, quien abiertamente está buscando comprar la corona demócrata, y tambien el trono del poder en Washington.
No sorprende que ni un solo ejecutivo en jefe de las principales 500 empresas en la lista de Standard & Poor’s ha contribuido a su campaña. Lloyd Blankfein, ejecutivo en jefe recién retirado de Goldman Sachs, comentó la semana pasada que si gana Sanders provocaría un desastre económico. Como varios comentaron, al ex banquero aparentemente se le olvidó que fueron él y sus socios en el sector financiero quienes provocaron la peor crisis económica dede la Gran Depresión, en 2008, y cuyo banco fue uno de los rescatados con billones de dólares en fondos públicos. Esto es como se ve y suena el pánico de la élite de Wall Street, respondió el jefe de campaña de Sanders, Faiz Shakir.
Les asusta que 7 millones de donaciones por más de 1.5 millones de individuos, la contribuciones en promedio es de 18 dólares, siguen entregando más fondos a Sanders que todos los otros candidatos. El sector de donantes más grande de Sanders son maestros/maestras, seguido de enfermeras y trabajadores de Walmart, Starbucks y carteros, entre otros.
Les asustan los jóvenes, sector que suele participar poco, pero que cuando lo hace cambia todo el tablero electoral, y quienes ahora son el arma más potente del candidato más viejo.
Les asusta una campaña conformada de una coalición multicultural y multirracial que refleja el futuro del país: el candidato de origen judío de clase trabajadora tiene un jefe de campaña musulmán (¿que opinarán los grandes analistas antisemitas?), a Nina Turner, dinámica líder aforestadunidense, a Carmen Yulin Cruz la ex alcaldesa de San Juan, Puerto Rico, el diputado federal Ro Khanna, Analilia Mejía, entre otros.
Y por supuesto el proyecto político presentado por Sanders, centrado en el gran tema de la desigualdad económica, así como una reforma migratoria inmediata para proceder con la legalización de los indocumentados y poner alto a las medidas antimigrantes, seguro de salud universal, educación superior gratuita, un New Deal Verde, y la restauración de derechos civiles para todos.
Cornel West, intelectual público, profesor de filosofía y religión en Harvard y activo en la campaña, comentó recientemente: “estamos ante una escalada del neofascismo en el mundo, y tenemos que hacer nuestra parte dentro del imperio de Estados Unidos al declarar que estamos comprometidos con los pobres y los trabajadores… y por eso estamos con Sanders”.
Qué susto.

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