OCDE: bolas de humo
José Blanco
L
a OCDE busca pasarle a la Cuarta Tranformación un relicario de bolas de humo con su documento Higher Education in Mexico. Labour market relevance and outcomes,presentado a la SEP el pasado 10 de enero. En sus 238 páginas la palabra mercado aparece 525 veces; más de dos veces por página: del dios mercado se trata.
Dice la OCDE: “Las credenciales que los graduados reciben de las instituciones de educación superior tras la finalización satisfactoria de sus estudios son cruciales para señalar a los empleadores que tienen la capacidad, el interés, las aptitudes técnicas y profesionales pertinentes y los conocimientos necesarios…” ¿Para qué estudian los graduados? Para mostrar a los empleadores –que tienen la decisión en el mercado de profesionales–, su capacidad, interés, aptitud y conocimientos. La OCDE sólo tiene un ruta: hacer de los graduados, asalariados.
Los empresarios emplean a los graduados, en cualquier actividad, para obtener ganancias. Así, el objetivo de obtener ganancias por los empresarios, decide convertir a los graduados en asalariados, y decide también cuál es la educación superior pertinente: la que sirve a los empleadores para obtener ganancias. La OCDE no distingue entre disciplinas ni profesiones, la conclusión vale para todos
los graduados.
Las instituciones de educación superior (IES) no deciden lo que harán sus egresados con sus conocimientos (emprendedores o asalariados), pero, en una reflexión crítica, pueden decidir, al menos algunas de ellas, formar a sus egresados en actividades socialmente útiles: en las artes, en el pensamiento, en la salud, la educación, la alimentación y un largo etcétera. Una decisión por lo socialmente necesario, no por el mercado y las ganancias.
En su documento la OCDE aconseja al gobierno: el financiamiento es la vía para conducir la educación superior. Apóyense los programas educativos coherentes con la demanda del mercado. Primero, resume, que en su
análisis en profundidad:
Identifica los conocimientos y habilidades necesarias en el mercado laboral mexicano, tomando en cuenta otros factores que están más allá del ámbito del sector de la educación superior (capítulo 2), y la estructura y gobierno del sector de la educación superior (capítulo 3). Evalúa en qué medida el sistema de educación superior mexicano está desarrollando estas habilidades relevantes para el mercado laboral, considerando las habilidades de los graduados y los resultados del mercado laboral (capítulo 4). [E] identifica los enfoques de la educación superior en México que facilitan u obstaculizan el desarrollo de habilidades relevantes para el mercado laboral (capítulo 5). Coherencia con las ganancias de los empresarios, no hay más. Después afirma: “No existe una financiación específica centrada exclusivamente en aumentar la pertinencia entre el mercado laboral y los resultados de la educación superior…”
Las IES públicas mexicanas no serán sorprendidas por esta bola de humo. El financiamiento no puede estar supeditado a las decisiones de los empresarios. Su compromiso está con el bienestar presente y futuro de la sociedad como conjunto.
La OCDE no puede formular ni la más mínima consideración crítica sobre la demanda. Cualquier demanda es buena si paga salarios a los graduados. Sus conceptos no pueden ser más irrelevantes. Quiere unas IES absolutamente pasivas frente a la demanda. La OCDE ignora que los mercados no los crea la demanda, sino la oferta. Nadie demandó laptops ni smartphones hasta que aparecieron los oferentes. Esa oferta creó una necesidad social, y de ahí derivó la demanda. Las IES deben investigar y formar de cara a las necesidades sociales. Las actuales expresadas como demanda, y las necesidades insatisfechas. No existen los médicos generales para atender las 10 principales causas de morbilidad y mortalidad, regionalmente vistas. Es una necesidad social no satisfecha, sin demanda mercantil. Es necesario formarlos. Miles de ejemplos pueden ser detectados por las IES.
La OCDE aconseja
incluir a las asociaciones de universidades como miembros de la CNP [Comité Nacional de Productividad] para fortalecer el compromiso entre la educación superior y los empleadores. También:
El subcomité de capital humano se centra en cómo la educación puede contribuir mejor al empleo y la productividad. En 2018, el CNP desarrolló un marco de competencias que se basa en las recomendaciones de la Estrategia de Competencias de la OCDE para México en 2017.
Así va el rosario de bolas de humo. Que las IES se supediten a ese marco institucional creado por Peña Nieto en 2013 y alojado en la Secretaría del Trabajo. Como es previsible, las IES deben servir al propósito de crear y mejorar el
capital humano, concepto profundamente neoliberal incorporado al lenguaje y a la creación institucional en México, de manera absolutamente acrítica. No tengo espacio para la crítica de ese concepto desarrollado por los economistas estadunidenses T. W. Schultz y G. Becker.
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