EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 22 de enero de 2019

El muro, Trump y el partido democrata

Estados Unidos
El muro, Trump y el partido demócrata
21/01/2019 | Barry Sheppard
Cuando Donald Trump anunció por primera vez que se presentaba en las primarias republicanas para la investidura de este partido para la presidencia, mostró que el racismo antimexicano, el racismo contra toda la gente no blanca en general, la xenofobia antiinmigrantes y la islamofobia estarían en el corazón de su campaña.
Ha repetido en numerosas ocasiones su compromiso de construir un muro entre Estados Unidos y México para impedir la entrada de las y los que emigran de América Central y de México, a quienes ha calificado de violadores, criminales, ladrones, traficantes de droga, traficantes de sexo, etc.
El hecho de que una persona que manifiesta un racismo tan explícito haya sido autorizada a pelear por la candidatura al puesto más poderoso en Washington muestra la debilidad de la democracia burguesa en Estados Unidos.
Hoy, con el apoyo de las y los Republicanos, Trump ha cerrado parcialmente el gobierno federal en un punto muerto con el Partido Demócrata, exigiendo 5 mil millones de dólares para comenzar a construir el muro [de 3145 km de largo]. Una vez más, Trump intensifica sus declaraciones racistas y sus mentiras para fundamentar su exigencia, como ya lo hizo en noviembre pasado antes de las elecciones de medio mandato de 2018.
Como escribe Justin Akers Chacón en la página del Socialist Worker estadounidense, la demanda de Trump no es “sino el último intento, por ahora, de construir y extender el muro. La construcción del muro comenzó con la operación Gatekeeper y los proyectos anexos, que comenzaron bajo el régimen del demócrata Bill Clinton. Bajo George W. Bush (con el apoyo mayoritario del Partido demócrata) el muro se extendió más de 100 millas, alcanzando así la barrera física las 654 millas. De hecho, el trumpismo es el producto de 30 años de la llamada política migratoria estadounidense, bajo su forma más grotesca y violenta”.
El Partido Demócrata se han posicionado como pretendidamente opuesto a Trump declarando que no cederían a su petición. Pero incluso los términos que emplean revelan que han adoptado la lógica central de Trump en favor de su muro. Es por ello que en el Congreso, tanto la líder demócrata Nancy Pelosi en la Cámara, como el líder demócrata Charles Schumer en el Senado, subrayan que están de acuerdo con Trump en decir que se debe reforzar la seguridad fronteriza, pero mediante otros medios diferentes a la extensión de las barreras ya existentes a lo largo de la frontera sur, de las que piensan que no son eficaces.
Trump no duda en decir que puede utilizar los poderes de emergencia para hacer construir el muro sin la aprobación de la Cámara y del Senado, “dados los problemas propios de la seguridad de nuestro país”. Luego, afirma que no lo hará… pues es una cuestión de llegar a un acuerdo con el Partido Demócrata, bajo presión del shutdown de una parte de la administración federal más largo de la historia 1/.
Lo que las y los demócratas oponen a la extensión del muro es el tipo de control de las fronteras defendido por el Partido Demócrata. M. Akers-Chacón explica: “En el curso de los ocho años de la administración Obama, hemos asistido a una intensificación de medidas coercitivas en las fronteras con el aumento de la militarización, de la vigilancia y del personal armado más que de la expansión física del muro”. En concreto, allí se ha desarrollado el uso de tecnologías y de equipos militares utilizados en las guerras de Afganistán e Irak, que han sido desplegados contra las y los trabajadores migrantes y refugiados en la frontera.
La posición de las y los demócratas se hace evidente en las declaraciones de Henry Cuellar [Texas, diputado desde 2005 del 28 distrito de ese Estado], cuando ridiculizó el muro de Trump por ser la aplicación de “una solución del siglo XIV para un problema del siglo XXI”, problema que en su opinión debería ser resuelto mediante un planteamiento más high-tech.
“Este planteamiento eficaz de las y los demócratas incluye torres de vigilancia, drones Predator, aerostatos (dirigibles que vuelan a 5000 pies), helicópteros militares, miles de detectores de movimiento y de calor con infrarrojos, y otras tecnologías que contribuyen a crear un muro virtual”.
"Además, durante el mandato de Obama, la línea del Partido Demócrata se concentró en aumentar el personal encargado de la aplicación de medidas coercitivas y expandir la policía de emigración en el interior del país con un desarrollo espectacular de los servicios de inmigración y aduanas [ICE-Inmigration and Customs Enforcement] y de la policía de fronteras”.
Trump vocifera a propósito de la crisis en la frontera, como una invasión de delincuentes inmigrantes. Actualmente hay una crisis, pero no la que menciona Trump. Es la que ha creado Estados Unidos por su ataque militarizado cruel y racista contra las personas migrantes cuando éstas huyen de la pobreza, la violencia ligada a las redes mafiosas de la droga y de otros horrores en Honduras, El Salvador y Guatemala. Ahora bien, la situación en esos países ha sido en gran parte provocada por la explotación imperialista estadounidense durante más de un siglo, por las guerras y golpes de Estado militares apoyados por Estados Unidos y por la pretendida guerra contra la droga en curso durante los decenios más recientes.
El golpe de Estado militar orquestado por la administración Obama en honduras en 2009 es un ejemplo de ello. La persona-recurso para la organización del golpe de Estado era Hillary Clinton, que era entonces la Secretaria de Estado. Acudió a Honduras para reunirse con los generales del país y una semana más tarde, éstos procedieron al golpe contra Manuel Zelaya, un presidente electo un poco progresista.
No teniendo muy claro qué hacer con Zelaya, los militares le llevaron a sus dueños de la base militar estadounidense en el país. Estos les desaconsejaron que le mataran y lo hicieron deportar a Costa Rica. La administración Obama se negó a admitir que se trataba claramente de un golpe de Estado, porque en virtud de la ley estadounidense, esto habría significado que Estados Unidos habrían tenido que dejar de ayudar a los militares hondureños [Honduras es una especie de portaaviones de Estados Unidos que ha conocido esta evolución como consecuencia de la revolución sandinista y el enfrentamiento militar en El Salvador, así como la fuerte crisis en Guatemala que terminó con la masacre de 40.000 indias e indios en 1982].
La señora Clinton se las apañó luego para que Zelaya pudiera volver a Honduras, pero no como presidente. Ella supervisó nuevas elecciones organizadas por el ejército para proporcionar una hoja de parra a la dictadura, que luego reprimió con dureza a los sindicatos, las organizaciones campesinas y a todo el movimiento de resistencia. La dictadura transformó Honduras en un narco-Estado en el que campean la corrupción y el dinero de la droga, con la eclosión concomitante de bandas violentas (mareas) que han transformado este país en lo que se ha convertido en la capital mundial del asesinato.
La caravana de hombres, mujeres y niños que huye de estas condiciones, que comenzó en Honduras y atravesó El Salvador, Guatemala y México para alcanzar la frontera estadounidense es el resultado directo de lo que hoy presenta Clinton como uno de sus más hermosos éxitos.
El año pasado ha visto horrores en la frontera, con niños y niñas separados de sus padres demandantes de asilo, miles de niños y niñas encerrados en condiciones espantosas y todos esos horrores que aparecen en la prensa.
Más recientemente, en diciembre, se produjo la muerte de dos niños inmigrantes que, carentes de atención médica adecuada, murieron a consecuencia de las enfermedades provocadas por las condiciones que predominan en los centros de detención: el frío, la mala alimentación, y celdas concebidas para criminales en los años 1970 y en las que han metido a los niños y niñas.
Otra serie de atrocidades reciente ha sido el abandono por el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos) de algunos inmigrantes provenientes de los centros de detención en las estaciones de bus del centro de las ciudades: se les dejaba abandonados, sin dinero, sin alimentación sin saber dónde estaban ni a dónde podían ir. Felizmente, hay ciudadanas y ciudadanos voluntarios que intervienen para ayudarles, pero es una tarea casi imposible.
Por tanto, efectivamente, hay una crisis en la frontera, crisis que no forma parte de las discusiones actuales entre miembros del Partido Demócrata y Trump sobre su muro, y que los principales medios ocultan cada vez más.
En otros términos, la dirección demócrata resiste a Trump, pero no en la práctica.
Ackers-Chacón concluye con razón: “Incluso la nueva ola progresista de demócratas que ha aparecido en la Asamblea tras las elecciones de medio mandato, de la que forman parte las autoproclamadas socialistas Alexandra Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib [que forman parte o están cercanas a Democratic Socialist of America], han aceptado esa línea. Como el conjunto del Partido Demócrata en la Cámara, han votado a favor de la financiación íntegra de las operaciones del Departamento de Seguridad Interna [del que el ICE forma parte] hasta el 8 de febrero”.
Este proyecto de ley se inscribía en una estrategia demócrata que intentaba desbordar a Trump a fin de obtener la reapertura del gobierno federal y garantizar la seguridad fronteriza sin financiar el muro de Trump. Se trata de un giro apresurado y degradante respecto a la posición con la que estos Demócratas de izquierda hicieron campaña con la consigna de Abolish ICE.
Si tanto la derecha racista y xenófoba -que apoya la posición de Trump sobre la extensión del muro fronterizo-, como las y los liberales y progresistas del Partido Demócrata aceptan el principio de un refuerzo de las medidas coercitivas militarizadas por diferentes medios, hay pocas posibilidades de que la resistencia contra el deslizamiento hacia la derecha que prosigue en el terreno de la política migratoria se desarrolle en Washington.
Y Akers Chacón concluye con razón: “Para resistir realmente contra el muro de Trump, será preciso que la oposición se movilice contra la premisa antiinmigrantes subyacente, anclada en los dos partidos políticos”.
Añade que la solución a largo plazo es la oposición al “sistema capitalista que se beneficia de la opresión y de la segmentación de la clase obrera, entre otras cosas según líneas raciales y nacionales”.
17/01/2018
http://alencontre.org/ameriques/americnord/usa/etats-unis-le-mur-trump-et-les-democrates.html
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur
Notas:
1/ El shutdown, literalmente el cierre de la administración federal americana, causado por el pulso entre el presidente Trump y la Cámara de Representantes (de mayoría demócrata).
Esta demostración de fuerza por parte del Presidente americano tenía por objetivo hacer echarse atrás al Partido Demócrata que, oficialmente, se niega a integrar en el presupuesto federal los 5,7 millardos de dólares demandados por Trump. Hay que decir que la construcción de ese muro era una de las promesas faro del presidente electo. Retroceder habría sido percibido como una renuncia y un fracaso para alguien que ha teorizado la importancia de correlación de fuerzas en la negociación.
No es la primera vez que los Estados Unidos atraviesan una crisis presupuestaria de la que las instituciones americanas tienen el secreto; es la duración y la gravedad de esta crisis las que son inéditas. El presidente Trump ha prevenido, por otra parte, de que el shutdown podría durar meses, incluso años, mientras no obtenga satisfacción para la construcción de su muro.
El gobierno federal está oficialmente cerrado desde el pasado 22 de diciembre. Por increíble que una información así pueda parecer, es esa la realidad allí. El diario Libération ha realizado a un inventario de las diferentes funciones del Estado federal paralizadas por esta situación: las administraciones de la agricultura y del comercio, de la seguridad nacional y de los transportes, del interior y del Tesoro.
Este mismo artículo nos explica que los restaurantes de Washington son abandonados por las y los agentes federales, que la Food and Drug Administration (FDA) que tiene a su cargo la salud y la alimentación ha suspendido sus controles de rutina. “La Agencia para el medio ambiente, por su parte, ha dejado de controlar la conformidad medioambiental de las fábricas químicas, refinerías y demás centros industriales”.
En total, son 800.000 las y los funcionarios federales que, pagados quincenalmente, no han cobrado el 11 de enero, su salario habitual. La mitad ha sido puesta en una situación de excedencia sin sueldo, a la otra se le exige realizar un servicio mínimo en ciertas administraciones juzgadas prioritarias, sin ser pagada. A esto se añaden millones de personas eventuales y con subcontratos igualmente afectadas por esta crisis. Con consecuencias bien reales sobre la vida cotidiana de estas personas. Cuando muchas de ellas cobran ya de forma habitual salarios modestos, este cese de pago significa que tendrán dificultades aún mayores para pagar sus facturas, cumplir con los pagos automáticos en sus cuentas, entre ellos los pagos relacionados con sus hipotecas, con el riesgo de perder una vivienda. Así, se han visto florecer en las redes sociales los anuncios de venta de pequeños objetos, muebles y demás elementos de patrimonio, puestos en venta por este personal agobiado para llegar a fin de mes. Se ha visto igualmente desarrollarse redes de solidaridad y de ayuda mutua, para ayudar a familias ya muy a menudo endeudadas y que no salen ya de esa situación. (Red. A l´Encontre).

No hay comentarios:

Publicar un comentario