EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 3 de septiembre de 2016

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México SA Viajes Videgaray Trump: a la carta El padre del bebé Carlos Fernández-Vega
C omo si sus resultados fueran espléndidos en la parte que oficialmente le corresponde, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, todavía se da el tiempo y el lujo de meter la mano, y hasta el fondo, en política exterior con las mismas consecuencias que registra en materia económica y financiera. Tardó más en llegar a México el repugnante Donald Trump (y miren que arribó velozmente) que en conocerse el nombre del padre de la brillante idea de traerlo a México para que siguiera insultando a los mexicanos. Su simple presencia en territorio nacional es una ofensa, pero se fueron hasta la cocina y lo llevaron a la casa presidencial. Todo por cortesía de Viajes Videgaray. Tal movimiento ha sido calificado por tirios y troyanos de gravísimo error político de Enrique Peña Nieto, quien hizo caso –o simplemente siguió la instrucción– del –ahora se sabe– secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, de tal suerte que al mote de ministro del (d) año desde ya debe ser citado, también, como el canciller del (d) año. De por sí el gobierno de Enrique Peña Nieto reaccionó tardía y tibiamente a la andanada de epítetos xenófobos lanzados contra los paisanos por el energúmeno neoyorquino, pero ahora, y para corregir tal omisión, comete un error de tamaño monumental, con Videgaray como padre de la criatura. Metida la pata hasta el fondo, el circuito de Los Pinos apresuróse a ir a los medios electrónicos en vano su intento por lavarse la cara. Y para dejar en claro que la cosa iba en serio, recurrieron a las mismas fichas quemadas de siempre a decir lo de siempre, lo que, como siempre, nadie les cree. La invaluable sensibilidad política del ahora canciller del (d) año lo llevó a meter la otra pata. Dijo: yo estuve en la reunión (preparatoria del viaje del energúmeno) y puedo decir que las condiciones no las dictó Trump; te puedo decir que el Presidente fue quien definió la agenda. Pues peor aún. Si Trump no dictó las reglas, entonces el gobierno mexicano, Videgaray mismo, se puso de pechito y al copetón rubio todo se lo entregó en bandeja de plata, y sin chistar. Y lo único concreto que logró fue la reiterada amenaza del gringo y el repudio interno. Eso sí, después del fracaso todo el gabinetazo dice que fue EPN el que lo invitó. Videgaray es una mezcla mal acabada de Juan Camilo Mouriño y José Córdoba Montoya, y si cada día que pasa políticamente le resulta más caro a Enrique Peña Nieto, pues que el costo lo pague el inquilino de Los Pinos. Es su decisión si sacrifica su escasísimo capital político para privilegiar las ocurrencias y aventuras del ministro. Sin embargo, el problema real y grave es que el susodicho está resultando carísimo para el país en todos los ámbitos internos y ahora en política exterior, en la que –dice Videgaray– todas las dependencias del Ejecutivo participan, por mucho que a la titular del ramo, Claudia Ruiz Massieu, nadie la pela, comenzando por el canciller del (d) año. De hecho, esta señora es la única que no ha dicho ni pío. Dicho sea de paso, la Secretaría de Hacienda aseguró a un medio de comunicación que la conducción de la política exterior corresponde a la Secretaría de Relaciones Exteriores y todas las secretarías de Estado, incluyendo la SHCP, que tienen coordinación plena con la cancillería. Así es: fue tal la coordinación de Videgaray con Ruiz Massieu que ésta ni enterada estaba de la llegada de Trump. Parece que el cálculo político de Videgaray es prácticamente el mismo que, económico, utilizó para el precio del petróleo. Sin ver el tsunami que se aproximaba, tasó altísimo el precio del barril mexicano de exportación y en un abrir y cerrar de ojos México perdió más de la mitad de su ingreso proveniente del crudo. Lo hizo muy mal y el país paga las consecuencias. Sucedió lo mismo en el caso del energúmeno de Trump: el ministro lo tasó altísimo, le da todas las posibilidades del mundo, y resulta que la distancia en las encuestas entre esta lacra y Hillary Clinton (otro dolor de muelas) supera 10 puntos porcentuales a favor de la ex secretaria de Estado. Pero Videgaray afirma que a Trump se le invitó a México por la gravedad del riesgo de que gane el boleto a la Casa Blanca. Y si el padre de la criatura hizo la jugada basado –como dice– en las probabilidades, entonces debió insistir en que primero la Clinton, aunque tampoco era necesario. En todo caso, se extiende la cortesía institucional a quien resulte ganador de la elección. Al mismo tiempo, el secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores asegura que es una tontería la propuesta de Trump en torno a la construcción del muro fronterizo y la factura que le pasaría al gobierno mexicano. ¿Por fin? ¿Riesgo o tontería? Si esta última es la buena, entonces para qué hacerle caso, porque el que la atiende resulta más tonto que el emisor. Cuando las decisiones no tienen consistencia y el efecto es políticamente devastador, entonces el responsable de la metida de pata busca dar justificaciones y no explicaciones, y así comienza el reguero de pretextos, como los de Osorio Chong (Trump fue invitado para sensibilizarlo y el propio Videgaray (por “la coyuntura del momento –sic y recontra sic– yo entiendo bien la chamba de la oposición y entiendo que le toca aprovechar las oportunidades, criticar lo que sea criticable del gobierno”). O de plano la mala interpretación y las percepciones equivocadas que, según Peña Nieto, son las causantes de todos los males, y que por lo mismo invitó a Trump para encararlo ante sus insultos. Y ahora los insultos son bilingües. Las rebanadas del pastel Echa chispas el tan cacareado motor de la economía mexicana. El Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey advierte que el desempeño del sector exportador nacional acumula varios meses en terreno negativo. De enero de 2015 a julio de 2016, las exportaciones totales han exhibido una tasa negativa en 17 de los 19 meses que comprenden dicho periodo y es de esperar que su comportamiento sea similar al menos en el corto plazo. La caída en los precios del petróleo, así como la menor producción del hidrocarburo, son factores que han influido en el desempeño negativo de las exportaciones, pero éstos no son la causa principal, ya que del total de los bienes vendidos al extranjero alrededor de 5 por ciento corresponde a la categoría mencionada. La problemática principal se concentra en la evolución de las exportaciones manufactureras. Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

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