EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Mexico SA

México SA Todo para el pago de deuda Más de medio billón en 2017 ¿México en movimiento? Carlos Fernández-Vega
D ependerá de los diputados si procede o no el paquetazo de recortes al gasto público (cortesía de Luis Videgaray) propuesto por el Ejecutivo y presentado en sociedad, el pasado jueves, por José Antonio Meade, flamante titular –por segunda ocasión– de la Secretaría de Hacienda. Parece que el genio de Malinalco no dejó títere con cabeza, salvo los generosos cuan abultados sueldos y prestaciones de la burocracia dorada, y el pago de la deuda que, ese sí, no tiene límite. De acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017 (que sólo los diputados pueden aprobar, enmendar o rechazar) el servicio de la deuda (amortización de capital, pago de intereses y comisiones) consumirá 568 mil millones de pesos (casi 30 mil millones de dólares, al tipo de cambio actual), aunque –como en años pasados– es previsible que la erogación real supere la estimación original. El recorte presupuestal que el Ejecutivo pone a consideración de San Lázaro se aproxima a 240 mil millones de pesos, pero al mismo tiempo anuncia el pago de una cantidad 2.27 veces superior a dicho monto por concepto de servicio de la deuda. El ministro del (d) año se despidió con saña, pues su tijera alcanzó a prácticamente todo y todos, pero en especial a las áreas que (versión original de Peña Nieto) pondrían a México en movimiento: infraestructura, salud, educación, energía, turismo, ciencia y tecnología, campo y las que se queden en el tintero. En cambio, el servicio de la deuda crece a paso veloz y en 2017 los pagos asociados a éste representarán alrededor de 12 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación; es decir, de cada peso que gaste el gobierno peñanietista, 12 centavos terminarán en los bolsillos de los acreedores, con ganas de que, en los hechos, esa proporción resulte mayor. Como se documentó en este espacio (México SA del 5 de septiembre de 2016), entre diciembre de 2012 y junio de 2016, el gobierno mexicano, con Videgaray en Hacienda, pagó más de 125 mil millones de dólares sólo para dar servicio (pago de capital e intereses) a la deuda externa del sector público federal. A pesar de ello, el saldo de dicho débito actualmente supera 175 mil millones de dólares. Y van por más, porque la primera estimación para 2017 menciona erogaciones cercanas a 30 mil millones de billetes verdes para el mismo fin. Resultaba obvio que más temprano que tarde reventaría el esquema de contratar deuda para pagar deuda, por mucho que los jilgueros destaquen que gracias a Videgaray la recaudación fiscal aumentó en cerca de un billón. Sí, pero en el mismo lapso la deuda del sector público se incrementó 3 billones 400 mil millones. En 2017 el presupuesto para atender el servicio de la deuda resultará (eventualmente será mayor, pero la proyección considerada en el paquete económico) 2.1 tantos superior al presupuesto asignado a la Secretaría de Educación Pública; 4.6 veces mayor al de la Secretaría de Salud y más de cinco al de la Secretaría de Desarrollo Social. Así, los mexicanos no harán otra cosa que pagar y pagar la deuda contratada por genios como el virrey de Malinalco, porque el gobierno decidió sacrificar todo lo demás en beneficio de los acreedores. Por cierto, ¿alguien recuerda uno de los compromisos de Peña Nieto al inicio de su mandato? Bueno, va para la memoria: los gobiernos tienen la responsabilidad de ser medidos y austeros en sus gastos; el gobierno que hoy inicia tiene el compromiso de racionalizar el gasto corriente y destinar mayores recursos al gasto de inversión en obras, programas y acciones de beneficio directo a la población. En otro orden, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, subraya que la inversión es uno de los componentes de mayor empuje en el comportamiento económico de un país. Con ella no sólo se genera infraestructura que facilita la puesta en marcha de nuevos negocios o el mejoramiento de los existentes, también es la principal fuente de creación de empleos. Si la inversión no recibe el debido impulso, los niveles de crecimiento económico difícilmente serán significativos. Y los tijeretazos al gasto público se practican, principalmente, en el renglón de inversión. El problema se agudiza, apunta el CIEN, al apreciar que en el primer semestre de 2016 la inversión fija bruta sólo creció 0.6 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2015. Lo anterior es el reflejo de la falta de confianza del ramo empresarial que ha acaecido en nuestro país en meses recientes. De esta forma, en agosto pasado los sectores de la construcción y el comercio registraron variaciones negativas en sus indicadores de confianza con respecto al mismo mes de 2015 (-1.2 y -0.6 puntos, respectivamente), en tanto que las manufacturas presentaron un avance moderado (0.5 puntos). Destaca el hecho de que en los tres sectores mencionados, el componente que mide las opiniones de los empresarios en torno al momento adecuado para invertir se ubicó en terreno negativo. La confianza de los consumidores reflejó también cifras desfavorables. El indicador exhibió una disminución de 4.3 por ciento en términos anuales medido con cifras originales, como consecuencia de que todos sus componentes presentaron variaciones negativas donde el elemento que sufrió la caída más significativa fue el que contabiliza las opiniones de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de los próximos 12 meses (-11.3 por ciento), mientras el componente con el menor retroceso fue el que contempla las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año, para realizar compras, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos (-0.5). Por lo anterior, si persiste la trayectoria negativa en la confianza de los consumidores en los próximos meses, se podría esperar una evolución más moderada en el consumo, lo cual se convertiría en una limitante adicional para el crecimiento. Ante la falta de confianza del sector empresarial en los meses recientes, resultará complicada una recuperación vigorosa en la inversión fija bruta de nuestro país al cierre del año en curso, más aún cuando los recursos públicos para el periodo próximo se verán limitados. Las rebanadas del pastel Bienvenido, Pepe Toño: dólar, 19.18 pesos; mercado bursátil, -2.02 por ciento (la mayor caída en lo que va del año). Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

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