EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Astillero

Astillero
Zócalo (otra vez) repleto // Opositores: sesgo partidista // Crece pleito interno en Morena // Padilla y Alfaro contra AMLO
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▲ El primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador potenció la disposición de sus seguidores a expresarse para abarrotar el Zócalo.Foto Luis Castillo
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o fue sólo un tema de aritmética, pero la comparación numérica ayuda: el Zócalo capitalino estuvo repleto, con asistentes volcados en apoyo al Presidente de la República a quien corearon el ya usual estribillo ¡No estás solo!, mientras una difusa marcha de sus opositores caminaba del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, entre críticas e insultos contra el político tabasqueño que hoy ocupa la silla presidencial y, de paso, contra el comunismo, con leyendas en las que se incluyeron vivas a Cristo Rey e incluso hubo una manifestante que portó un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
El Zócalo lleno no es una novedad para el obradorismo, que ha colmado la Plaza de la Constitución aun sin tener el poder. Cumplir un año en la Presidencia de la República potenció la disposición de sus seguidores a expresarse en el corazón político del país. Ahí, López Obrador desgranó los avances logrados a lo largo de un año y reconoció insuficiencias en el terreno económico. No hubo novedades declarativas fuertes ni hechos más sobresalientes que ese apoyo reiterado a AMLO, quien lo mismo dio gracias a Donald Trump que reivindicó el asilo dado al boliviano Evo Morales, con el ex presidente de Uruguay, José Mujica, como invitado especial.
Las novedades estuvieron, en todo caso, en el flanco contrario. Hubo más participantes en la manifestación antiobradorista deayer que en todas las organizadas a lo largo de este primer año histórico. No es que ahora hubiera masas movilizadas, pero sí fueron más manifestantes que nunca (la secretaría capitalina de seguridad pública consideraba una asistencia de unas 8 mil personas).
Esa relativa evolución cuantitativa se logró a cambio de aceptar un sesgo que desnaturaliza la supuesta inspiración meramente ciudadana, no partidista, que habría caracterizado a estos intentos de organización cívica contra López Obrador: ya no fueron solamente los nada originales Chalecos de México (denominación usada en claro intento de apropiarse de la imagen de las protestas francesas en amarillo que han sucedido desde hace más de un año) sino que ahora aceptaron la injerencia abierta de los partidos Acción Nacional (estuvo su presidente, Marko Cortés) y de la Revolución Democrática (estuvieron algunos de los pocos cuadros más o menos conocidos de esta agrupación), además de presencias polémicas como la de Margarita Zavala, ex aspirante a una candidatura presidencial independiente, esposa de Felipe Calderón y promotores ambos de un nuevo partido político.
El foco de la atención pública de esta marcha estuvo en los miembros de la familia LeBarón que decidieron asistir. Julián, el más mediático de ellos, dio declaraciones a reporteros y, al final de la marcha oficial, encabezó una caminata a título familiar hacia el Museo Memoria y Tolerancia, frente a la Alameda Central de la Ciudad de México, en un flujo que de manera natural los llevaría a toparse con asistentes al acto obradorista que ya estaban abandonando el Zócalo. Sólo hubo algunos conflictos verbales, pero no deja de ser perturbante imaginarse que una chispa política, natural o intencional, hubiese generado un enfrentamiento más allá de lo verbal.
El domingo de la concentración numéricamente apabullante del obradorismo y, comparativamente muy distante, de sus opositores, sucedió mientras el partido en el poder, Morena, se debate en una confrontación entre sus órganos de poder, el Consejo Nacional y la presidencia del comité nacional directivo, encabezadas respectivamente por Bertha Luján, quien parece ser la triunfadora de esta batalla interna, y Yeidckol Polevnsky, a la que ya tachan de traidora y buscan botarla del cargo que ejerce.
Y mientras Raúl Padilla, el histórico cacique de la Universidad de Guadalajara, y el gobernador no morenista de Jalisco, Enrique Alfaro, han abierto fuego declarativo contra López Obrador y la llamada 4T desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

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