México SA
Macri se va, se va... se fue // Por el caño de la historia
Carlos Fernández-Vega
F
elicitaciones, argentinos: Mauricio Macri se va, y muy lejos, dejando tras de sí una ola de protestas por la caída de los indicadores sociales y el desbarajuste económico que hereda a la dupla Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, triunfante en las elecciones del domingo, sin necesidad de balotaje.
Cuatro años atrás, a unos días de la toma de posesión de Macri, en este espacio comentamos que, a la vieja usanza de no pocos gobiernos neoliberales de América Latina, al nuevo mandatario de la nación sudamericana se le ocurrió la brillante idea de retirar los alfileres de los que colgaba la economía de su país, y en apenas unos días propició que la moneda nacional se depreciara 40 por ciento.
Pero ello fue sólo el principio, pues a lo largo de su mandato la devaluación acumulada del peso argentino frente al dólar fue de casi 450 por ciento –más inflación de dos dígitos–, con lo que –de entrada y de allí para adelante– se fue al caño la recuperación del poder adquisitivo en ese país, cuya reconstrucción a Cristina Fernández le llevó ocho años, mediante una política redistributiva que la propia Organización Internacional del Trabajo reconoció como
una de las más igualitarias de América Latina.
Como siempre, los políticos no paran por discursos ni los presidentes por
compromisos, y en ese tenor, en su toma de posesión como mandatario argentino, Macri aseguró que
el Estado estará para cuidar a todos, en especial a los que menos tienen, y ofreció
pobreza cero.
A la vuelta de cuatro años, el nivel de pobreza en Argentina resulta ser el más elevado desde cuando menos los últimos 10 años, y es un hecho que los alfileres económicos que alegremente desprendió al llegar a la Casa Rosada, en diciembre de 2015, nunca pudo regresarlos a su sitio, de tal suerte que el panorama socioeconómico en su país se tornó catastrófico (claro, para el sector mayoritario de la población; por si a estas alturas alguien duda de que el neoliberalismo es sinónimo de desastre social, pues allí están los casos de Macri y Piñera, para no ir más lejos).
La crónica de su toma de posesión ( La Jornada, Stella Calloni) destaca que Macri juró ser
implacable con la corrupcióny para demostrarlo pidió
el Cadillac descapotable que usó en los años 50 el tres veces presidente Juan Domingo Perón, pero al parecer no estaba en buenas condiciones(ni Perón –muerto en 1974–, ni el vehículo ni mucho menos Macri). Y subraya, también, que el nuevo mandatario “abogó por una justicia independiente que se limpie de un proceso de politización. No puede haber jueces macristas, ni jueces militantes… No son bienvenidos si quieren pasar a ser instrumentos nuestros”.
De hecho, anota Calloni,
Macri ha sido muy beneficiado por jueces, incluso de la Suprema Corte, en las 214 denuncias por distintos temas que acumula desde que llegó al gobierno de la ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2007, que gobernó hasta ahora.
Por cierto, tras su triunfo electoral el próximo presidente de Argentina, Alberto Fernández, exigió
responsabilidad al gobierno (de Macri) ante la situación del país. Que nuestros opositores sean conscientes de lo que nos dejan, de las cenizas, y se llegue a un diálogo que nunca tuvieron con nosotros; vamos a hacer la Argentina que soñamos, vamos a entrar al mundo dignamente, con nuestros mejores hombres. Lo vamos a hacer todas y todos. El gobierno volvió a manos del pueblo.
Entonces, ni duda cabe, es hora de enmendar e impedir el retorno de esas lacras, en Argentina y en otra nación de la patria grande.
Las rebanadas del pastel
Touché.
¿La economía es la parte más débil de la Cuarta transformación?, preguntan al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y éste responde:
tendría que ser muy débil la 4-T para afectar no solamente la economía mexicana, sino la de Reino Unido, Francia, Japón o Argentina. Estamos viendo desaceleración en la mayor parte del mundo; están así 18 de las 19 economías más importantes.
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