México SA
Pensiones: la
recetade siempre // Mayor carga a salarios miserables
Carlos Fernández-Vega
C
ada vez más débil, el sistema nacional de pensiones es una bomba de tiempo que milagrosamente no ha reventado, y cada día que transcurre resulta menor el número de personas que llegarían a pensionarse, siempre con un monto de hambre. En el sexenio peñanietista oficialmente se reconoció que, en el mejor de los casos, solo cuatro de cada 10 mexicanos accederían a una pensión; ahora, la relación se reduce a tres de cada 10.
El problema se agudiza, porque pasa el tiempo y para desactivar la bomba se pretende utilizar la misma fórmula que fallidamente quiso aplicarse en sexenios anteriores, lo que da cuentas de que la creatividad no es precisamente el fuerte de los responsables públicos y privados del sistema nacional de pensiones.
Por ejemplo, ayer arrancó la cuarta Convención de Afores, y en ella se presentó como novedad lo que se repitió hasta el cansancio en el transcurso de cuando menos los pasados tres sexenios (Fox, Calderón y EPN; no se incluye el de Zedillo, porque este personaje descubrió
la gran solución social al México moderno de hoy, y se trata de un sistema para el futuro, moderno, ágil, transparente y, sobre todo, justo).
¿Cuál es la repetitiva cuan fallida fórmula mágica para desactivar la bomba? Sencillo:
en el centro el trabajador, y el eje primordial de la reforma profunda al Sistema de Ahorro para el Retiro es aumentar la contribución obligatoria de los trabajadores, la cual ahora está en 6.5 por ciento de su sueldo, cuando debería ser de 15 por ciento(Bernardo González, presidente de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro, Amafore).
¡Fantástico!, pero dicha fórmula mágica –que fue repetida hasta el cansancio por los antecesores de Bernardo González al frente de ese organismo privado y avalada (con música y todo) por los anteriores titulares de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro– no menciona de dónde obtendrían los trabajadores para aumentar su ahorro de 6.5 a 15 por ciento.
De entrada, la fórmula citada deja a un lado que en México sobreviven alrededor de 64 millones de personas en pobreza por ingresos, es decir, si no tienen con qué hacer frente a los gastos de alimentación, vivienda, educación, transporte, salud, vestido y demás, entonces, ¿de dónde destinarían mayor cantidad para
fortalecerfinancieramente su pensión? (la cual, dicho sea de paso, difícilmente obtendrían).
Oficialmente, también, en México existen 55 millones de trabajadores (la mayoría en el sector informal) y de ellos cerca del 52 por ciento (28 millones 500 mil) obtiene un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos (de 102.6 a 205.20 pesos diarios en términos nominales, porque en términos reales el poder adquisitivo se ha reducido sustancialmente).Además, cerca de 10 millones de trabajadores obtienen más de dos y hasta tres salarios mínimos (de 205.20 a 307.80 pesos por día) y otros 4 millones 500 mil más de tres y hasta cinco.De hecho, en el país solo 3.3 por ciento de los trabajadores (un millón 831 mil) obtienen más de cinco salarios mínimos, sin olvidar que más de 3 millones laboran, pero no obtienen ingresos.
Entonces, de aplicar la receta de la Amafore (aumentar de 6.5 a 15 por ciento la contribución obligatoria de los trabajadores) se reduciría aún más el de por sí mermado poder adquisitivo de aquellos que obtienen de uno a dos salarios mínimos y ni de lejos se les garantizaría una pensión medianamente digna.
Un trabajador de salario mínimo (que estaría en
el centrode la reforma propuesta por la Amafore) tendría que destinar una mayor cantidad para fortalecer su ahorro con miras a logra una pensión digna (así le llaman en los discursos, pero en realidad se trata de una pensión miserable). Quince por ciento de su ingreso destinado a tal fin es igual –a precios actuales– a 462 pesos por mes, es decir, 4.5 días de su salario.
Las rebanadas del pastel
Parece que están decididos a que si la bomba no les estalla por un lado les reviente por otro. ¿De plano no tienen una mejor idea?
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