EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Astillero

Astillero
Trump y sus demonios // Iracundo, por migrantes // ¿Y el muro con México? // Líder rielero 1995- 2024
Julio Hernández López
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▲ Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, se reunió con el gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo, para dialogar sobre la mejor forma de utilizar el Aeropuerto Internacional de Toluca.Foto tomada del Twitter de Alfredo del Mazo
L
os migrantes en caravana (que ayer recibieron la solidaria visita musical de los tacvbos Emmanuel del Real y Rubén Albarrán en el albergue capitalino ahora llamado Ciudad Palillo) estuvieron presentes, como tema, en la primera conferencia de prensa del presidente Donald Trump, luego de la noche en que el Partido Republicano perdió el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Hay quienes consideran el resultado del martes electoral como una especie de empate, pues Trump mantuvo el control del Senado (donde se eligió una tercera parte de los asientos, con la suerte para los republicanos de que buena parte de la materia en disputa les era estadísticamente favorable), ganó gubernaturas importantes y perdió en la Cámara de Representantes, como les ha sucedido a otros mandatarios recientes en sus respectivas elecciones intermedias.
Sin embargo, en esta ocasión el mapa electoral tuvo una mayor presencia de mujeres, de minorías étnicas e incluso de diversidad sexual, con un mayor rechazo a Trump en zonas urbanas y, aunque en el fondo las políticas de republicanos o demócratas suelen ser igual de lesivas para países como México, el predominio de los segundos, en la citada Cámara de Representantes, puede obstruir o dilatar medidas de Trump como la construcción del muro.
La conducta del propio Trump, en su primer día después de las urnas, le ha mostrado como un político necesitado de agravar su talante ofensivo. Corrió, tal como estaba cantado, al fiscal general Jeff Sessions, aunque con ello echó más sal a la herida de las indagaciones sobre la conexión rusa que le habría favorecido para llegar a la Casa Blanca. También advirtió a los demócratas que podría usar material de contraataque si insistían en investigarlo a él y sus negocios.
Al corresponsal de la CNN en la casa presidencial le tocó un episodio más de la iracundia con peinado rubio, al preguntarle sobre la demonización de migrantes y la exageración de calificar como invasión a la caravana en curso. Jim Acosta, quien ha sostenido un largo duelo profesional con el disparatado presidente gringo, fue ofendido verbalmente por Trump, quien además insistió en acusaciones dañinas al ejercicio periodístico profesional de Acosta, la CNN y otras firmas que no son del agrado de dicho empresario metido a político. Si algún mandatario de izquierda o con posturas progresistas hubiese cometido la décima parte de lo que ayer hizo Trump contra el periodismo, habría un incentivado y sostenido escándalo mundial. Lo de ayer también escandalizó, pero aún dentro de una categoría de dislates imperiales relativamente sabidos y tolerados.
El redoblado ánimo belicista de Trump, la fiera herida, pueden significar para México la reanudación de la agresividad original y la pretensión de ejercer un mayor control en el México que será gobernado por una mezcla de intereses entre los que hay posturas progresistas. Trump electoralmente (sobre)vive; la locura política sigue.
Desde 1995, Víctor Flores Morales es el dirigente mafioso de lo que queda del sindicato nacional ferrocarrilero. Fue utilizado por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León para ejecutar la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México, en términos altamente ventajosos para empresas extranjeras, a tal grado que el propio Zedillo terminó, ya fuera de Los Pinos, como miembro del consejo de administración de una de ellas, Union Pacific.
El papel de Flores Morales ha consistido en aprobar, a nombre de los trabajadores, los convenios y contratos favorables a las firmas extranjeras. Para ello ha impuesto un régimen mafioso, con golpeadores que impiden a los opositores organizarse y con cuentas sindicales tan oscuras como las gafas que suele utilizar.
En agosto de este año se hizo elegir nuevamente como líder para una estancia que terminará en 2024. Y ayer tomó posesión del cargo, todo oportunamente bien planchado para esperar el advenimiento formal del obradorismo gobernante, al igual que lo ha hecho Carlos Romero Deschamps en el gremio petrolero.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

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