Astillero
¿AMLO cree que se la debe a Peña? // El
demócratade Los Pinos // Consultas y fotografías // Elogios a Salinas Pliego
Julio Hernández López
▲ Los migrantes centroamericanos que se desplazan hacia Estados Unidos se reunieron en El Chaparral, Tijuana, para pedir a las autoridades de EU que les concedan asilo. En tanto, Donald Trump renovó sus ataques contra el poder judicial de su país.Foto Afp
P
or un lado, Andrés Manuel López Obrador ha fijado fecha probable (21 de marzo) para la realización de una encuesta en serio sobre tres temas (Guardia Nacional, consejo asesor empresarial y castigo a ex presidentes corruptos) y, por otra parte, ofrece una especie de bálsamo gráfico y político a algunos de los implicados en el futuro paredón demoscópico.
Este miércoles, apenas había anunciado en el noticiero de Carmen Aristegui la intención de preguntar a los ciudadanos si debe explorarse la posibilidad de ir judicialmente contra actos de corrupción de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y el saliente Enrique Peña Nieto, cuando pocas horas después ya estaba abriendo las puertas de su domicilio particular al mexiquense para comer juntos, hablar sobre la ceremonia de traspaso del poder el próximo uno de diciembre y, según reportó el propio tabasqueño en las redes sociales, agradecer a Peña Nieto sus
atenciones, todo en un ambiente amistoso.
Cual si se hubiese intentado un control de daños, López Obrador llevó a un máximo nivel de intimidad y cobertura la peculiar relación con el ocupante de Los Pinos que con su magna estela de corrupción y frivolidad propició una cascada de votos contra la actual administración federal. Semanas atrás, AMLO había ofrecido otro insólito testimonio de caballerosidad política, al recibir también en su casa, a desayunar, al candidato de Peña a la sucesión presidencial, José Antonio Meade Kuribreña, en cuyo entorno sigue vigente la percepción de que el tecnócrata fue intencionalmente sacrificado para facilitar el proyecto de salvamento personal de Peña (Meade quedó en tercer lugar en las votaciones; al segundo lugar, el panista Ricardo Anaya, aún no lo ha recibido AMLO).
La edulcorada relación con Peña Nieto, y las propias palabras de López Obrador en la citada entrevista radiofónica, refuerzan la versión muy extendida de que el ahora presidente electo está convencido de que el mexiquense se portó como todo un demócrata al negarse a autorizar que Meade y Anaya hubieran formado un frente común, declinando uno u otro y manteniendo una sola candidatura, y al frenar la operación de fraude electoral que había sido montada cuidadosa y ostentosamente.
Las palabras que Peña habría dicho a empresarios ansiosos de frenar a López Obrador habrían sido intencional y oportunamente reportadas a éste (se asegura que una grabación fue escuchada por AMLO), quien habría quedado convencido, por ese y otros detalles, que le fueron puntualmente informados del virtual apoyo a su candidatura, no por la vía del apoyo explícito (que proviniendo de Peña habría sido altamente contraproducente), pero sí mediante la contención de la de por sí alicaída candidatura de Meade, diseñada para perder, y el torpedeo judicial y mediático contra Anaya, convertido el panista en el único candidato que podría haber crecido.
Además del regalo de la fotografía con Peña en la intimidad hogareña del futuro presidente de la República, éste ofrendó un testimonio de gratitud a Ricardo Salinas Pliego, el jefe del Grupo Azteca, a quien reconoció la apertura de Televisión Azteca para la difusión de mensajes obradoristas, sobre todo en tiempos difíciles para la lucha opositora.
Salinas Pliego (a quien Raúl Salinas de Gortari prestó 30 millones de dólares, a la palabra, para que se quedara con lo que ahora es ese consorcio televisivo) es el empresario que propuso al presidente electo la conformación de un consejo empresarial de asesoría con destacados personajes del mundo mexicano de los negocios, varios de ellos propietarios de cadenas de televisión abierta a escala nacional y contratistas del proyecto aeroportuario de Texcoco, ahora en espera de indemnizaciones y de compensaciones en otras obras a futuro.
Comer con el futuro ex presidente y elogiar y visitar a uno de los empresarios asesores es una forma de propaganda positiva para quienes se supone que podrían ser condenados en próxima consulta a castigos o exclusiones.
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