EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
jueves, 20 de octubre de 2016
Retumba en EEUU amenaza de Trump sobre comicios
Retumba en EEUU amenaza de Trump sobre comicios
Por: David Brooks
Según el muestreo de Real Clear Politics, Trump se mantiene muy por detrás de Hillary Clinton cuando sólo faltan 19 días para las elecciones, con un margen de más de 6 puntos, una distancia que ningún candidato presidencial ha sido capaz de remontar en la historia moderna. Por si fuera poco, en el mapa electoral, las proyecciones de la Universidad de Virginia, una de las instituciones más respetadas, adelantan una victoria a favor de Hillary Clinton con un total de 352 (de los 270 que se necesitan para ganar), frente a los 173 de Trump.
Según el muestreo de Real Clear Politics, Trump se mantiene muy por detrás de Hillary Clinton cuando sólo faltan 19 días para las elecciones, con un margen de más de 6 puntos, una distancia que ningún candidato presidencial ha sido capaz de remontar en la historia moderna. Por si fuera poco, en el mapa electoral, las proyecciones de la Universidad de Virginia, una de las instituciones más respetadas, adelantan una victoria a favor de Hillary Clinton con un total de 352 (de los 270 que se necesitan para ganar), frente a los 173 de Trump.
La declaración de Donald Trump en el último debate entre los candidatos presidenciales de que podría no reconocer los resultados de los comicios del 8 de noviembre retumbó por ese país durante las últimas 24 horas como algo sin precedente en más de dos siglos de procesos electorales y solo empeoró hoy cuando agregó que sólo aceptará el veredicto de las urnas “si gano”.
A 19 días de la elección, la inusual contienda entre la candidata de las cúpulas y el insurgente derechista demagogo sigue sorprendiendo por sus niveles casi subterráneos de civilidad en que por ahora va ganando la demócrata Hillary Clinton pero no por sus virtudes, sino porque es tanto peor candidato su contrincante republicano.
Inmediatamente después de su respuesta en el debate de que esperará reconocer la legitimidad del proceso electoral hasta ver los resultados y que “los dejaré en suspenso”, hoy reafirmó, ante un mitin de campaña en Ohio, que “aceptaré totalmente los resultados de esta gran e histórica elección presidencial -si gano”.
Aclaró que reserva su derecho de “impugnar o interponer una queja legal en caso de un resultado cuestionable”. Y aseguró que ganará.
Para muchos este fue el colmo de los repetidos colmos de Trump. El presidente Barack Obama comentó hoy que cuando uno sugiere de que hay fraude o trampa sin ninguna prueba, “cuando Trump se convierte en el primer candidato presidencial de uno de los principales partidos en la historia estadunidense en sugerir que no concederá a pesar de perder el voto y después dice hoy que aceptará los resultados -si gana- eso no es un asunto de broma”.
Agregó, en un discurso de campaña para Clinton en Florida, que “esto es peligroso, porque cuando intentas sembrar las semillas de duda en las mentes de la gente sobre la legitimidad de nuestras elecciones, eso mina nuestra democracia”.
En un acto de campaña en apoyo de Clinton en Arizona -estado que hasta ahora había votado para candidatos republicanos pero que ahora está en juego- la esposa del presidente, Michelle Obama, indicó que esa declaración de Trump está “amenazando la idea misma de Estados Unidos, y no podemos tolerar eso. Uno no mantiene ‘en suspenso’ a la democracia estadounidense… porque demasiada gente ha marchado y luchado y protestado y muerto por esta democracia”.
Varios líderes y políticos republicanos también rechazaron la posición de Trump. Los senadores John McCain, Jeff Flake, Ben Sasse, Lindsey Graham y Kelly Ayote afirmaron que la integridad del sistema electoral debe ser respetada.
Editoriales en algunos de los medios nacionales condenaron las afirmaciones de Trump. El New York Times, en un editorial titulado “El desprecio de Donald Trump por la democracia”, afirmó que el candidato giró en el último debate de “insultar la inteligencia del votante estadunidenses a insultar la propia democracia estadunidense”.
Mientras tanto, hoy otra mujer más -la décima en las últimas dos semanas- acusó a Trump de conducta sexual inaceptable. Karina Virginia, maestra de yoga, dijo que Trump -a quien no conocía- la tocó sexualmente durante el US Open de tenis en 1998. Al hacerlo, le dijo, “¿no sabes quién soy?”. La campaña de Trump respondió poco después, como en todos estos casos, desmintiendo la versión y acusando que, como las anteriores, eran parte de una ataque coordinado con la campaña de Clinton.
Pero para la campaña de Clinton, todo esto junto con las declaraciones misóginas de Trump son un regalo. Cuando el republicano interrumpió a Clinton anoche con el comentario, “que mujer tan malvada” (such a nasty woman), no se ofendieron, festejaron. En las encuestas, la brecha de apoyo entre mujeres para los candidatos se ha ampliado dramáticamente a favor de Clinton, y con cada declaración, las grabaciones de Trump sobre sus agresiones sexuales, y las acusaciones de mujeres, Trump comete un autogol en lo que es la mayoría del electorado.
“Los hombres decentes no degradan a las mujeres”, afirmó Michelle Obama hoy, atacando este flanco cada vez más vulnerable de Trump.
Mientras tanto, Trump procede insistiendo en que él nunca pierde, y que si sucede es por juegos sucios. En un tuit enviado a las 3 de las mañana, Trump afirmó que ganó el debate de anoche y hoy ante el mitin en Ohio declaró, “ya en serio, el debate de anoche fue asombroso, todos dijeron que gané”. El consenso entre los comentaristas, analistas de los principales medios y, en privado, entre muchos estrategas y analistas republicanos, es que fue todo lo contrario.
A la vez, al continuar con su mensaje de que el sistema está amañado y que existe un complot masivo en su contra incluyendo el esfuerzo para fraguarse un magno fraude, algunos advierten que esto podría provocar actos peligrosos de sus fieles.
“Creo que estamos al borde de un guerra civil, una guerra. Esto podría ser la chispa que la detone”, comentó Gerald Miller, un jubilado, veterano militar y voluntario de la campaña de Trump, a Dana Milbank del Washington Post.
Miller dice que Trump ganará a menos de que la elección sea una trampa. Este tipo de percepción se multiplica por todas partes, y sondeos registran que un amplio sector del electorado cree que hay una amenaza de fraude masivo.
Con casi todos los indicadores pronosticando un triunfo electoral, posiblemente muy amplio, de Clinton, y con el aparente fracaso de Trump de revertir este curso de eventos en el último debate (y tal vez hasta acelerarlos), la cúpula republicana y sus estrategas se están dedicando a proteger sus mayorías en ambas cámaras del Congreso, algo que algunos creen está en riesgo justo como consecuencia del abanderado del partido.
(Tomado de La Jornada)
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