EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
viernes, 21 de octubre de 2016
Mexico SA
México SA
En 2017, más gasolinazos
Consumidores infartados
Precios = ley de la selva
Carlos Fernández-Vega
P
reparaos, mexicanos incautos y pagadores, que todo apunta a un estremecedor 2017 en lo que a precios de combustibles se refiere. ¿Pagarían un máximo de 16.29 pesos por litro de gasolina Premium o 15.38 pesos por uno de Magna, a pesar de que en letras de oro quedó grabada una de las promesas mágicas del sexenio: con la reforma energética bajarán los precios de dichos productos (EPN y Videgaray dixit)?
Días atrás el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, aseguró que no hay ni explicita ni implícitamente, ni escondidos, ni a la vista, ni de ninguna forma, manera o modo, impuestos nuevos, ni incrementos en los impuestos existentes, y entre los gravámenes por él citados se cuenta el especial sobre producción y servicios (IEPS, que habrá de mantenerse fijo, según dijo) aplicable, entre otros, al precio de los combustibles (casi 50 por ciento del precio al consumidor).
Pues bien, si nada de eso sucederá (Meade dixit), entonces ¿qué hará la Secretaría de Hacienda para que en 2017 la recaudación por IEPS a gasolinas y diésel se incremente en 75 mil millones de pesos, es decir, un aumento de 36 por ciento respecto a la captación de 2016 por el mismo concepto?
¿Cómo? Para los tecnócratas de Hacienda la ecuación se resuelve fácil: en un escenario de liberación de precios simple y sencillamente aumentarán (con la venía de los levanta dedos de San Lázaro) la banda de valores mínimos y máximos al consumidor. En 2016 este factor tope fue de 3 por ciento (para arriba o para abajo, aunque en septiembre pasado alcanzaron el mayor nivel), y para 2017 lo ajustarán de acuerdo con sus requerimientos, con lo que dicha banda podría fluctuar entre 4 y 10 por ciento.
Con ese criterio, si Hacienda y el Congreso aprueban ampliar a 4 por ciento la banda de precios, el consumidor pagaría el litro de Magna a 14.54 pesos, el de Premium a 15.40 pesos y el diésel a 15.22 pesos, un aumento de 1.12, 1.18 y 1.17 pesos, respectivamente, en comparación con el cierre de 2016.
Ahora que si la ampliación es a 10 por ciento, la Magna se expendería a 15.38, pesos, la Premium a 16.29 y el diésel a 16.09 pesos, una diferencia de 1.40, 1.48 y 1.46 pesos por litro, respectivamente, contra lo pagado el último día de 2016. Para 2017 la estimación de los empresarios del ramo apunta hacia una banda de entre 8 y 9 por ciento, contra el 3 por ciento del presente año.
Todas las cifras y cálculos citados los aporta la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), organismo que advierte sobre la inexistencia de condiciones para una competencia efectiva que generalice la liberación de los precios en gasolinas y diésel en 2017, debido a la imposibilidad de que las empresas trasnacionales puedan ofrecer sus petrolíferos a corto plazo; no existen terminales de almacenamiento ni poliductos propiedad de terceros que permitan una real competencia de precios y calidad de las gasolinas.
Otro problema es el de logística, pues se registra un rezago de 10 mil pipas o auto-tanques que agilicen el mercado interno de las gasolinas en nuestro país, y que no ha sido posible resolver para que Pemex acepte sus permisos de transporte. No hay inversión si no hay certeza jurídica. Factor de peso también es el transporte por vías férreas, con muy limitada presencia en la mayoría de estados de la República e insuficientes carros-tanque que abaraten costos de transporte de petrolíferos, gasolinas y diésel. La competencia se da con diferentes marcas de gasolinas, precios y calidades; no puede haberla si sólo se vende gasolina Pemex-Magna, Pemex-Premium y Pemex-diésel.
La Amegas señala que “además hay que considerar el impredecible impacto que tiene el precio de barril al alza, que se refleja en mayores costos de compra o de referencia en 70 por ciento de los combustibles importados. A ello se suma el diferencial en la cotización de tipo de cambio del dólar, hoy en 19.10 pesos. Otro factor es la recaudación vía cuota del IEPS, que en octubre tiene un rezago en la gasolina Magna de un peso con 20 centavos por litro y que se cobrará completa la cuota de 4.16 pesos por litro de IEPS a partir de 2017. En la gasolina Premium el rezago no cobrado es por 1.28 pesos por litro. El costo de referencia o de compra en importaciones ha sido impactado por estos dos factores, y en datos de la memoria de cálculo de los precios máximos al público –publicados en Diario Oficial de la Federación por la SHCP– la gasolina Magna en marzo de 2016 se compró en 4.78 pesos el litro y en octubre se compra en 6.84 pesos, lo que representa 2.06 pesos más por litro, que provocó ajustar con subsidio o estímulos fiscales negativos para no rebasar el precio tope fijado por el Congreso para 2016”. La factura, pues, se pasará en 2017 a los consumidores mexicanos.
La Amegas detalla que en la compra de gasolina importada, en marzo pasado la Premium tuvo un costo de 5.60 pesos por litro y en octubre actual, con datos de la SHCP, de 7.41 pesos, reflejando un aumento al precio directo de las gasolinas de 1.81 pesos por litro, que se sumó al subsidio ya precisado. En igual periodo la importación de diésel registra un diferencial de 1.75 pesos por litro, que de igual forma motivó subsidio con cuotas complementarias y estímulos fiscales en negativo.
Para los empresarios gasolineros es viable la confianza depositada por el Ejecutivo federal y la Cámara de Diputados en la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Federal de Competencia Económica, para que realicen sólo la liberación en las ciudades o regiones que resulten competitivas en los estudios y dictámenes que se deben dar a conocer al público consumidor con tiempo, y no dejarlo para el 31 de diciembre de 2016. En la mayor parte de México no existen condiciones de competencia efectiva. Tal como informó la Comisión Reguladora de Energía, se necesitan dos años como mínimo para poder realizar la liberación de los precios de gasolinas y diésel en nuestro país.
Las rebanadas del pastel
Dice el inquilino de Los Pinos que en 2017 vamos a tener un año difícil en términos de gasto público. ¿Vamos? En realidad lo tendrán los mexicanos, porque la burocracia dorada no cederá ni un centavo. El gobierno amortiguará los faltantes por medio de la denominada liberalización de precios en gasolinas y diésel en 2017 (en vigor a partir del primer día del próximo año), con el fin de echarle la papa caliente a los empresarios nacionales y foráneos del ramo, mientras el gobierno se queda con el filón económico de tal acción y los consumidores se infartan.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
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