Puerto Rico es
la Grecia de Estados Unidos
En 2006 el gobierno dejó de operar porque
no tenía plata
La actual crisis económica puertorriqueña es el resultado de políticas de desarrollo fracasadas, cuyos costos se están imponiendo sobre los pobres, que son gran mayoría en el país, mientras los ricos buscan sacar partido y convertir a la isla en un paraíso para ellos
En Puerto Rico hay un gobierno colonial, ¿qué fuerza tiene para enfrentar a los grandes bancos y poderosos fondos?, pregunta José La Luz, durante la entrevista con La JornadaFoto Cortesía de La Luz
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de octubre de 2015, p. 28
Miércoles 7 de octubre de 2015, p. 28
Nueva York.
Puerto Rico es la Grecia de Estados Unidos, afirma José La Luz al caracterizar la crisis detonada por la impagable deuda pública de la isla.
Veterano de luchas sociales en Estados Unidos y Puerto Rico que por décadas ha encabezado programas de educación política para sindicatos nacionales, iniciativas sindicales tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico –donde fue líder de una campaña histórica de sindicalización del sector público– y de esfuerzos nacionales sobre derechos civiles de latinos y de defensa de inmigrantes, La Luz considera que la crisis actual de su país de origen es el resultado de políticas de desarrollo fracasadas cuyos costos se están imponiendo sobre la gran mayoría pobre de la isla, mientras lo ricos buscan usar todo esto para convertir Puerto Rico en un paraíso para ellos.
La Luz, en entrevista con La Jornada, resume la evolución de la crisis actual y señala que la situación económica se ha deteriorado durante más de 12 años, y se agravó con la recesión estadunidense de 2006, de la cual la isla no se ha recuperado.
Ante esto, las finanzas del gobierno se deterioraron y los diferentes gobiernos de los dos partidos principales: el Popular Democrático y el Nuevo Progresista, que se han turnado en el poder, se vieron obligados a endeudarse cada vez más con los bancos estadunidenses así como con “los bien conocidos fondos buitres (hedge funds), que se benefician, como en tantos otros países del hemisferio como Argentina, de este tipo de crisis”.
En 2006,
por primera vez, el gobierno deja de operar porque sencillamente no tenía plata, lo que implicó una cesantía inmediata de decenas de miles de trabajadores del sector público, el congelamiento de todos los aumentos salariales y del gasto social, algo completamente inusitado para la gente en Puerto Rico”. A la par, la delincuencia y la expansión del narcotráfico minan la seguridad pública.
Ahora el gobierno está contemplando incluso la privatización de las empresas públicas, como las de luz y fuerza y de agua, para pagar parte de la deuda.
“Esta situación provoca el éxodo de decenas de miles de puertorriqueños… porque no ven alguna solución de ambos partidos ”. Agrega que la falta de opciones –calcula que el desempleo real alcanza 20 por ciento, y para los jóvenes asciende a entre 38 o 40 por ciento– nutre este éxodo a tomar lo que han llamado la guagua aérea.
Todo esto culmina este año con el gobernador Alejandro García Padilla, quien anuncia que sencillamente no tiene ninguna posibilidad de pagar los intereses de la deuda, que se acerca a los 72 mil millones,
algo que convierte a este territorio en un lugar donde todos los días se leen en los titulares de los periódicos que se vive una situación infernal.
Es en esta coyuntura en que el economista premio Nobel Joseph Stiglitz afirma, en una conferencia reciente en la isla, que Puerto Rico es, en efecto, la Grecia del Caribe. “Pero a mi juicio –afirma La Luz– no es la Grecia del Caribe; Puerto Rico es la Grecia de Estados Unidos. Porque es precisamente un territorio no incorporado –como se llama la relación oficial–, pero que es sin duda una colonia. Entonces tenemos que corregir que Puerto Rico, como no es una nación soberana, no se puede caracterizar como la Grecia del Caribe.
Para la gente en México que ha seguido esto de Puerto Rico por muchos años, sobre todo aquellos que coinciden con nosotros en que todo esto es una profundización del problema fundamental de la relación que tiene la isla como colonia de Estados Unidos, pues sin duda esto representa una coyuntura interesante, propicia para reanudar esa discusión. Hemos planteado por muchos años que somos parte de la familia latinoamericana de naciones y de lo que se trata es de construir un estado nacional soberano. Pero debo de confesar que eso se vuelve una proposición maximalista en un momento donde la gente, con esta desesperación, reclama soluciones a sus necesidades inmediatas, afirma.
Explica que
la fuerza que más vigor tiene en términos políticos en Puerto Rico en estos últimos tiempos es la que insiste en que la solución permanente a esto es que Puerto Rico se vuelva en el estado de 51 de la Unión Americana. Pero tanto esta posición como la independentista provocan, por ahora, lo mismo:
la gente de clase media, las familias trabajadoras responden: pero ¿y qué hacemos mientras eso se resuelve? Llevamos 100 años en este debate perenne sobre la relación con Estados Unidos, y usted me plantea que la solución permanente es la soberanía o es la estadía, pero ¿qué hacemos mientras tanto?, ya que ambas opciones son de largo plazo.
La gente está votando con los pies: cerca de medio millón de personas en los últimos 12 años han abandonado el país. Vienen a Estados Unidos, donde creen que hay posibilidades de conseguir empleo, mejorar su situación económica, todo lo cual, lamentablemente, no está ocurriendo. Peor aún, agrega, llegan
adonde no son bienvenidos, sobre todo por esta situación antilatino, antimigrante que existe en este momento, esta xenofobia creciente en este país. No consiguen empleo ni vivienda, sus hijos no tienen acceso a buenas oportunidades de educación y todo eso a pesar de que no son indocumentados, ¡pero reciben casi el mismo trato, como si lo fueran!
Mientras tanto, “los fondos buitreshan amenazado con que van a llevar esto a los tribunales, igual que lo hicieron con Argentina y otros casos, con el argumento de que el gobierno de Puerto Rico debería correr a maestros, policías, bomberos; a la gente que atiende los reclamos de un pueblo cuyas dos terceras partes son indigentes”, afirma, y dependen de programas de asistencia federales estadunidenses: casi 9 mil millones de dólares al año.
Y, agrega, la solución presentada por el gobernador la semana pasada –elaborada en parte por un grupo de asesores asignados por Obama, entre los cuales está una alta funcionaria del Fondo Monetario Internacional– ofrece
una dosis bestial de austeridadque tendrá efectos “despiadados sobre las familias trabajadoras y la clase media.
“Es una situación tan apabullante que no creo que exista algo similar en el resto de América Latina en los últimos años. Tal vez en Argentina en la peor época de su crisis. Pero era un país soberano; los movimientos sociales buscaron alternativas, desarrollaron una capacidad de lucha, movilizaron a la población, los gobiernos enfrentaron a estos fondos buitres. En Puerto Rico hay un gobierno colonial; ¿qué fuerza tiene para enfrentar a estos bancos y fondos poderosos?”, insiste.
Por ahora, una red de sindicatos y organizaciones sociales en zonas de concentración de la diáspora puertorriqueña está presionando al gobierno de Obama y al Congreso a extender un paquete de emergencia fiscal para amortiguar la crisis. La jornada
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