ZACATECAS O EL SENTIDO DE LA GUERRA
Lorenzo Meyer
¿Hay Guerras con Sentido? El tiempo afecta la interpretación de
cualquier evento histórico. Este año se celebran un par de centenarios
bélicos, uno propio y otro ajeno. El propio tuvo mucho sentido en su
origen aunque hoy casi lo ha perdido y, en cambio, el ajeno aún deja
sentir sus efectos pero nunca tuvo mucho sentido.
La Gran Guerra. Las que fueron grandes potencias a inicios del
siglo XX, pronto estarán conmemorando cien años de su intento de
suicidio colectivo: la Gran Guerra de 1914-1918. Las cifras son
escalofriantes: 65 millones de hombres en armas, 8.5 millones de muertos,
21 millones de heridos, etcétera, pero sólo tras declararla se buscó dar
sentido a una guerra que estalló como resultado de la lógica del sistema
de equilibrio del poder internacional: ninguna de las partes podía
permitir que otra desequilibrara al conjunto. Se dijo entonces que esa
hecatombe, precipitada por el asesinato en Sarajevo del heredero al trono
de los Habsburgo a manos de un nacionalista serbio el 28 de junio de
1914, fue necesaria para detener el expansionismo alemán, para librar "la
guerra que acabaría con todas las guerras", para dar autodeterminación a los pueblos, etc. Desde el inicio o muy pronto, todas esas razones
probaron ser falsas y hasta la fecha se sigue buscando el sentido de un
conflicto que para Robert Graves, poeta y novelista inglés que lo vivió y
casi murió en él, fue una estupidez monstruosa, (ver Good by to all that,
1929) y que un historiador contemporáneo, Christopher Clark, lo explica
como la guerra que nadie realmente buscó pero sacrificó a millones, (The
sleepwalkers, Harper, 2013). Parafraseando a Winston Churchill, de esa
Primera Guerra Mundial se puede decir que hasta entonces nunca tantos
habían pagado tan caro la irresponsabilidad de tan pocos.
Nuestra Revolución. Antes de que Europa se lanzara a la
autodestrucción, en México ya se desarrollaba otra y buena parte de los
que observaban a México desde allá, consideraban que la lucha civil
mexicana era una simple salvajada propia de un pueblo a medio civilizar.
Sin embargo, para una parte de los participantes en nuestra Revolución y
para varias generaciones posteriores, esa lucha si tuvo sentido y mucho.
Zacatecas.* La batalla que se libró hace casi cien años justo en
Zacatecas, fue el combate decisivo entre las fuerzas del viejo orden -el
montado por la dictadura de Porfirio Díaz- y las que, cambiando un tanto
las palabras de Graves, aspiraban a "dar la bienvenida a todo eso", a lo
prometido por Francisco Madero: a un México democrático y justo. El 23 de junio de 1914, a las diez de la mañana en punto y teniendo
como señal el disparo de un cañón, las fuerzas de la División del Norte al
mando del caudillo revolucionario Francisco Villa, iniciaron el asalto a los
cerros de La Bufa y del Grillo -uno frente al otro y con la ciudad entre
ambos- donde se encontraban fortificadas las fuerzas del ejército del
dictador y magnicida, Victoriano Huerta, comandadas por el general Luis
Medina Barrón.
La batalla de Zacatecas fue precedida por otra, silenciosa y
estrictamente política: una entre el jefe formal del ejército revolucionario,
Venustiano Carranza y el jefe del mejor cuerpo de ese ejército, Villa.
Carranza desconfiaba de Villa y de su proyecto e intentó evitar que la
toma de Zacatecas, entonces puerta de entrada a la Ciudad de México y al
triunfo de la Revolución, la encabezara un antiguo bandido. Villa, sin
embargo, maniobró bien en lo político y se impuso (más tarde pagaría su
desafío) y procedió a la batalla real, que resultó espectacular. En
Zacatecas, los asaltantes tenían mayoría -la División del Norte, que venían
de triunfar en Torreón (Paredón), sumaban, en conjunto, 23 mil
efectivos- pero debían tomar dos alturas bien fortificadas y artilladas en
"una ciudad eminentemente defendible" con una guarnición de 12 mil
hombres. En tres horas los signos de la derrota federal fueron visibles y para
las cinco de la tarde, una Zacatecas semi destruida estaba en manos de los
villistas. La idea inicial del alto mando federal había sido desgastar a la
División del Norte en asaltos "imposibles" a La Bufa y el Grillo, para
luego perseguirla, diezmarla y posteriormente acabar con los otros
cuerpos del ejército constitucionalista del norte. El resultado fue
exactamente lo opuesto.
El Paso del Tiempo. Así como el panismo no supo conmemorar en
2010 los cien años del inicio de la Revolución Mexicana, el priismo actual
va intentar conmemorar sin tener verdadera razón, ni ánimo, la hazaña
de un ejército popular que en unas horas quebró el espinazo a un ejército
profesional, base de una dictadura militar y de un régimen
antidemocrático y oligárquico. Sin embargo, así como la I Guerra no
resolvió el problema europeo -por eso estalló una II Guerra- la
Revolución Mexicana no logró dar forma a un México más justo y digno.
Sea como fuere, lo que ocurrió hace un siglo en Zacatecas debe
recordarse y aquilatarse no por lo que vino después, sino por lo generoso
del intento.
*Datos tomados de los trabajos de Friedrich Katz, Arturo Langle Ramírez, Alan Knight y Paco Ignacio Taibo II. RESUMEN: "¿TIENEN SENTIDO LAS GUERRAS? EN
NUESTRA HISTORIA ALGUNAS QUIZA LO TUVIERON, PERO LOS
HEREDEROS LO HICIERON PERDEDIZO"
www.lorenzomeyer.com.mx agenda_ciudadana@hotmail.com
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