Presiones y frenos a la geoingeniería
sta semana, un reconocido científico nigeriano, el profesor Chukwumerije Okereke, publicó un artículo en el New York Times que denuncia como promotores de la geoingeniería presionan a países africanos para avanzar propuestas de manipulación climática en el continente. Okereke, un autor del IPCC (Panel de expertos sobre cambio climático), tituló la nota Mi continente no es su laboratorio climático gigante
. Refiere también los experimentos de geoingeniería que una empresa estadunidense hizo en México y apoya el anuncio del gobierno nuestro país de prohibir dichos experimentos ( NYT, 18/04/23 https://tinyurl.com/2skkntjy).
Okereke revela que representantes de la ONG Carnegie Climate Governance Initiative (abreviada C2G), se presentan como neutrales
frente a la geoingeniería, pero insistieron a negociadores climáticos de África que las tecnologías para bloquear parte de los rayos solares serían un método rápido y barato para bajar la temperatura producto del calentamiento global y que los países más pobres serían quienes más podrían ganar con ello.
Como experto en cambio climático, Okereke advierte que estas propuestas de manipulación ambiental son extremadamente riesgosas y especulativas, y se opone enérgicamente a que se use su continente como campo experimental. Agrega que aun si la geoingeniería solar cumpliera sus promesas teóricas de bajar la temperatura en alguna parte, podría exacerbar la sequía, inundaciones y otros desequilibrios climáticos en otras regiones, amenazando la subsistencia de millones de personas.
Agrega que es una batalla desigual, porque quienes promueven la geoingeniería son apoyados por Bill Gates y otros milmillonarios. George Soros anunció recientemente que sumará su apoyo a la geoingeniería solar. Otras ONG, como la Iniciativa Degrees –financiada por la fundación de Dustin Moskovitz, cofundador de Facebook– dice que quiere poner a los países en desarrollo en el centro del debate
sobre geoingeniería solar. En realidad, afirma Okereke, es una forma de entrar por la puerta de atrás para generar investigación que justifique convertir a África en un campo experimental de geoingeniería. Organizaciones de la sociedad civil de varios países de África llamaron a no permitir estos experimentos (https://tinyurl.com/yv2wvbsc).
Las dos ONG mencionadas –C2G y Degrees Initiative– están también muy activas en América Latina. Representantes de Degrees Initiative estuvieron la semana pasada en México para promover que se hagan estudios sobre los impactos que podría tener la aplicación de algunas técnicas de geoingeniería solar sobre México y América Central. No proponen financiar estudios abiertos sobre cambio climático y qué tipo de respuesta sería mejor en cada país, a partir de sus propias condiciones y prioridades, sino estudios estrechos sobre los riesgos o beneficios
de la aplicación de geoingeniería solar comparada a los riesgos del cambio climático. Al respecto, Okerere comentó: Podría nombrar 100 cosas que el mundo puede hacer (para frenar el cambio climático) y ninguno de ellas sería geoingeniería
(https://tinyurl.com/2j9hevmw).
Las medidas anunciadas por México en enero 2023 de no permitir experimentos de geoingeniería solar en su territorio han tenido resonancia en los medios masivos a nivel global, así como en las discusiones globales sobre geoingeniería. Varios países de América Latina y África evalúan esto como forma de proteger a sus países contra la experimentación de geoingeniería. Los experimentos ilegales en México mostraron que cualquier empresa puede tomar la investigación de los geoingenieros que dicen hacer estudios sólo de laboratorio
y aplicarla con fines comerciales en los países que no los detengan. La empresa Make Sunsets que actuó en México declaró basarse en la investigación de David Keith de la Universidad de Harvard (https://tinyurl.com/yp9cjn3r).
Esta semana Conacyt, INECC y Semarnat convocaron ahora al foro La geoingeniería en México, reflexiones desde el principio precautorio y la justicia climática
, como parte del proceso de discusión hacia la concreción legal de las medidas de precaución anunciadas anteriormente. Participaron representantes de esas dependencias, del ámbito académico y de sociedad civil (http://bit.ly/3JHy6pB).
Los impactos de la crisis climática son de gran preocupación, pero las propuestas de geoingeniería no atienden sus causas, sino que generan nuevos riesgos, dependencia y amenazas a la soberanía, señalo Agustín Ávila Romero, encargado de INECC. Estudios científicos muestran que la geoingeniería solar que propone inyectar dióxido de sulfuro en la estratósfera, requeriría renovar esas inyecciones por décadas y tendría efectos desiguales, con regiones que sufrirían más sequía o inundaciones. Su finalización repentina –por razones políticas o económicas– causaría una subida abrupta de temperatura que sería peor que antes de iniciarla. Son riesgos inaceptables. En un comunicado conjunto, las tres instituciones reafirmaron que no se permitirán experimentos de geoingeniería solar en México (https://bit.ly/3KUfvGb).
Un interrogante que surgió en el foro es sobre la siembra de nubes, una forma de modificación del tiempo promovida por otros sectores de gobierno. Esto tiene otros impactos que deben ser analizados (https://tinyurl.com/3hebkyfy).
* Investigadora del Grupo ETC
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