Mirar al sur
Capitalismo digital: ¿Qué pasa cuando el jefe es un algoritmo?
on la robótica y las herramientas digitales el mundo del trabajo está sufriendo una transformación radical. Los casos de Pedidos Ya y Rappi son punta de lanza del cambio en las relaciones laborales con derechos básicos negados a los trabajadores, que tiende a expandirse en toda la economía, afirma David Cufré en nota que resumimos y puede leerse completa en (https://bit.ly/3F1u7BY).
Algunos autores lo definen como capitalismo de vigilancia. Otros lo llaman capitalismo digital o capitalismo de plataformas. Es el nuevo modelo productivo a partir de la emergencia de Internet y la recolección de datos que esta generó. A este proceso también se le nombra cuarta revolución industrial que, como las anteriores, define nuevas reglas en las relaciones laborales. Todavía alcanza de manera directa a un número acotado de trabajadores, lo que facilita su expansión con criterios autodefinidos por las corporaciones que están detrás, algunas de las más grandes del mundo, pasando por arriba de regulaciones y gobiernos.
Pero el desarrollo de la robótica, la programación y las herramientas digitales tiende a consolidar nuevos patrones para el mundo del trabajo en el resto de la economía.
En Argentina, esa transformación está en plena ejecución, así lo plantea una investigación del centro de estudios Fundar, que analiza lo que se conoce como gestión algorítmica del trabajo, para concluir que se necesita de manera urgente innovar en regulaciones para proteger a los trabajadores ante el cambio de paradigma de la producción.
La economía de plataformas digitales se transformó en la vanguardia de las nuevas formas de producción capitalista en el siglo XXI
, explican los autores. Su principal objetivo es el control de la intermediación mediante plataformas digitales entre pasajeros y conductores de transporte (Uber); compradores y vendedores de bienes (Amazon o Mercado Libre); usuarios masivos de información y sus proveedores (Facebook, Google); creadores y consumidores de entretenimiento cultural (Spotify, Netflix); o entre consumidores y negocios de comida (Rappi, PedidosYa, Uber Eats)
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