Los de abajo
La lucha contra la maquinaria del despojo
ace seis meses, con la indignación de quienes han sido robados durante 30 años, los habitantes de 20 comunidades cholultecas de la región de Los Volcanes entraron a la planta Bonafont para tomarla. Las mujeres se dirigieron directo al pozo desde el que ilegalmente se extraían un millón 640 mil litros de agua cada día. Y lloraron de rabia. Otra comisión se dirigió a la que parecía la oficina central, donde encontraron enmarcada una vara tradicional que usan los mayores nahuas para saber dónde hay agua y ahí hacer un pozo artesanal. El cuadro tenía la siguiente inscripción: Gracias a Dios y a esta varita, en compañía del señor Mario Minutti, localizaron el lugar del pozo que dio una magnífica agua, suficiente y abundante. 5 de febrero de 1992
.
El robo, la burla y la desfachatez de los empresarios los enojó más, y les dio la fuerza que necesitaban para lograr el acuerdo tomado en asamblea: quedarse en las instalaciones para no permitir que Bonafont se llevara un litro más de su agua y construir ahí un proyecto comunitario y autónomo que sirviera a los pueblos.
Fueron seis meses de arduo trabajo para levantar en ese espacio proyectos de agroecología, salud comunitaria, cooperativa de mujeres, una biblioteca y sus medios de comunicación, hasta que el pasado 15 de febrero los gobiernos federal, estatal y municipal acordaron la entrada de la Guardia Nacional y de la policía del estado para, de nuevo, echar a andar la maquinaria del despojo y expulsar a la población que se atrevió a desafiar al gran poder económico.
La decisión de resolver las demandas de los pueblos indígenas con el uso de la policía militarizada es ya una constante en todo el territorio. A falta de argumentos es la fuerza la que se impone en defensa de políticos y empresarios, pero su desprecio juega en contra. Pensar que ahí termina todo y que la lucha estaba en una hectárea y media de terreno es no conocer a las comunidades que luchan por el agua e ignorar la solidaridad entre los pueblos.
Hoy, la lucha contra Bonafont y por la recuperación del agua es ya de toda persona y colectividad digna. Que no canten victoria, pues esto no ha terminado, confirman desde Puebla.
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