La hora de la nueva izquierda chilena
onsolidado el golpe de 1973, los partidos de oposición, que habían colaborado con el golpe, buscaron a Augusto Pinochet, creyendo que les tocaba a ellos. Pinochet fue inflexible y les dijo que su generación ya no vería elecciones en Chile y que los registros electorales acababan de quemarse. Para tratar de formalizar esta visión, la dictadura impuso una nueva Constitución en Chile, en pleno estado de sitio, en 1980.
Esta Constitución fue reformada varias veces –33–, pero se mantuvo viva, principalmente las normas neoliberales ligadas a las privatizaciones, consistentes en el mantenimiento del modelo neoliberal, incluso tras el fin de la dictadura. Es esta Constitución la que ahora llega a su fin, con la decisión mayoritaria de los chilenos en el referendo convocado luego de un año de las mayores movilizaciones populares que había conocido Chile.
Esas grandes movilizaciones empezaron en octubre de 2021. En noviembre se firmó un documento que proponía la convocatoria a la Asamblea Constituyente, proceso en el cual el Frente Amplio, principal fuerza de la nueva izquierda, tuvo rol fundamental. La nueva izquierda se caracteriza por la crítica al carácter conservador que tuvo la transición de la dictadura a la democracia, marcado por herencias del régimen de Pinochet, por los rasgos sobrevivientes de la Constitución y por mantener a Convergencia –alianza entre el Partido Socialista y la Democracia Cristiana– en el modelo económico neoliberal.
La propuesta encontró resistencias, no solamente de la derecha, sino también de movimientos sociales, mientras el Frente Amplio –congregación de varias organizaciones de izquierda– tuvo un papel fundamental en la iniciativa. El Frente Amplio es presidido por la periodista Beatriz Sánchez, quien fue candidata a la presidencia de Chile en los comicios de 2017 y tuvo mas de 20 por ciento de votos, casi llegando a la segunda vuelta. Así, ella se proyectó como la principal dirigente de la izquierda chilena.
Beatriz lideraba ya las encuestas, al lado de Danie Jadue, alcalde comunista de Recoleta, antes del referendo. Beatriz lo visitó en la misma noche del referendo, en la sede del Partido Comunista, para reafirmar la unidad entre ellos, La decisión se dará entre los dos en una primaria, para enfrentar, en noviembre del 2021, a Joaquín Lavín, tradicional dirigente de la derecha, alcalde de Las Condes, barrio rico de Santiago, que aparece claramente como la alternativa conservadora.
Así, el Frente Amplio emerge del referendo, con amplio espacio para consolidar su fuerza, especialmente por la convocatoria de una Asamblea Constituyente exclusiva, elegida en abril por voto popular. Es la posibilidad concreta de renovación radical de la vida política chilena, con la elección de una nueva generación de representantes políticos, aún más porque la mitad de la Asamblea será de mujeres –un fenómeno único en el mundo. El referendo cambia mucho el escenario político chileno, profundizando la crisis de los partidos tradicionales, tanto los de derecha, como los de la Convergencia, abriendo espacio para una renovación radical. La democratización del sistema político hará que Chile entre en una hora extremamente favorable a la nueva izquierda.
Una movilización que empezó con la reivindicación en contra del aumento a las tarifas del Metro, se extendió a otras demandas, de carácter salarial y de empleo, hasta que desembocó en la propuesta política de la Asamblea Constituyente, exigida hacía tiempo por la nueva izquierda, en medio de las más grandes movilizaciones populares que Chile ha conocido, que se han desparramado por todo el país.
Esa nueva Asamblea elaborará una nueva Constitución en el plazo de un año, en el marco de la continuidad de las movilizaciones y teniendo una elección presidencial durante ese año.
Saldrá un nuevo Chile, al final de todo ese proceso, en que la nueva izquierda ha conquistado una posibilidad fundamental de concretar las propuestas que tiene para el país andino.
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