EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

viernes, 3 de febrero de 2017

Mexico SA

México SA Trump, que siempre sí Grabaciones públicas EPN: arenga y realidad Carlos Fernández-Vega
E ntre dimes y diretes cobra forma pública otro encontronazo entre la Casa Blanca y Los Pinos, en el que, como es costumbre, el perdedor es Enrique Peña Nieto. Primero fueron los tuitazos y más adelante los telefonazos, y en ambos casos ha sido notoria la perversidad de uno y la pasividad de otro. Resulta que, tras ser revelados algunos pasajes de la conversación telefónica que días atrás sostuvieron Trump y Peña Nieto, los autodenominados operadores de Los Pinos salieron a negar la presunta amenaza del energúmeno de la Casa Blanca de que enviaría a sus marines dada la inefectividad del Ejército mexicano en sus labores de combate al narcotráfico y el crimen organizado o, lo que es lo mismo, a los bad hombres. Tras conocerse la citada versión (primero en el noticiero de Carmen Aristegui y más tarde en una nota divulgada por la agencia Ap), todos los aprendices de la cancillería salieron a desmentirla, y más adelante el mismísimo vocero presidencial, Eduardo Sánchez, hizo lo propio: “en ningún momento se habló de tropas durante la conversación por teléfono; tampoco alguna amenaza, ni el presidente Donald Trump dijo semejante cosa… Es absolutamente falso” (La Jornada). A su vez, “fuentes de la Casa Blanca comentaron por separado a la Agencia France Press (Afp) y a la cadena de televisión CNN que la versión de que hubo una amenaza de enviar tropas a México era absolutamente falsa. Además, la televisora dio a conocer otra transcripción de la conversación telefónica entre ambos mandatarios. Ahí, Trump habría dicho: “tienen ustedes a hombres bastante malos en México, por lo que tal vez necesiten ayuda. Nosotros estamos dispuestos a ayudarlos en grande, pero hay que ponerlos fuera de combate. Ustedes no han hecho un buen trabajo poniéndolos fuera de combate’” (ídem). Versiones por aquí, versiones por allá, versiones por acullá, pero con eso –suponían– quedaba zanjado el malentendido, todos contentos y colorín colorado, esta historia se había terminado… pero no. Ayer se divulgó una versión más, en la que la Casa Blanca (la misma que 24 horas antes lo negaba todo) acepta que Trump siempre sí dijo lo que supuestamente no había dicho, aunque el nuevo matiz es que lo espetó a Peña Nieto, pero de forma coloquial. La más reciente de las versiones dice así: “un funcionario de la Casa Blanca confirmó el jueves que el presidente Donald Trump le dijo al mandatario mexicano Enrique Peña Nieto que podría mandar militares estadunidenses a enfrentar a los bad hombres de ahí si el Ejército de México no lo hace. La fuente dijo que el comentario fue en sentido ‘coloquial’ y que era en referencia a la cooperación entre ambos países para combatir a los cárteles de las drogas” (qué bueno que lo aclara, porque entonces, coloquialmente, también se les puede mandar a chingar a su madre). La nota de Ap, divulgada desde temprana hora, agrega que “el funcionario (de la Casa Blanca) habló con la condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a dar información al respecto. Dijo que ‘esos comentarios fueron informales y formaron parte de una discusión sobre cómo Estados Unidos y México podrían colaborar para combatir a los cárteles de la droga y otros elementos delictivos y hacer la frontera más segura’. La fuente dijo que la conversación fue ‘placentera y constructiva’”. Entonces, todo indica que Trump sí le dijo a Peña Nieto lo que oficialmente –allá y aquí– en un comienzo negaron, y el desorden crece al conocerse que tras asegurar que no fue cierto lo que se le atribuye al empresario la Casa Blanca reconsidera y dice que siempre sí lo dijo, aunque (también oficialmente) sin animo ofensivo, amenazante, imperial, perverso o como quiera calificársele. Pero de que lo dijo, lo dijo, y de que el inquilino de Los Pinos se lo tragó, no respondió y se paralizó, también. Y así permanece, apanicado cada que el empresario gringo se lo chamaquea. Entonces, tal vez se difundan más versiones (variaciones sobre el mismo tema), pero el problema es que el grado de credibilidad de los respectivos inquilinos de la Casa Blanca y de Los Pinos es ínfimo, por no decir nulo. Por ello, lo más fácil, nítido, práctico, democrático y propositivo es que ambos gobiernos publiquen íntegramente sus respectivas grabaciones o versiones estenográficas de la citada conversación telefónica del pasado 27 de enero (compulsa obligada). Eso sí, en su burbuja de confort el inquilino de Los Pinos es un verdadero tigre (de papel). Ayer, arropado por los empresarios agropecuarios, Peña Nieto aseguró que en cualquier negociación, con Estados Unidos u otro país del mundo, el Presidente de la República estará invariablemente actuando en la defensa de la soberanía de México. Qué bueno. El problema es cuando le toca demostrarlo. Pero bueno, de cualquier suerte y con la contundente realidad como árbitro, hasta ahora Trump gana por goliza al inquilino de Los Pinos, y el partido apenas comienza. Mientras, en el Senado de la República los siempre combativos borreguitos tricolores y sus tucanes de papel “se pronunciaron por mantener en secreto la conversación entre los presidentes de México y Estados Unidos, en la que supuestamente Donald Trump planteó enviar tropas a México para detener a los bad hombres. En contraparte, PRD y PT exigieron que el contenido de la grabación se haga público, porque ‘no hay pretexto que valga, una amenaza del presidente de Estados Unidos de una posible invasión militar no puede ser secreta. La debe conocer el pueblo de México’, advirtió el coordinador petista, Manuel Bartlett. El presidente Peña Nieto, dijo, está obligado a decir la verdad, si quiere seguir contando con la solidaridad de los mexicanos” (La Jornada, Andrea Becerril y Víctor Ballinas). Las rebanadas del pastel Dice el inefable Claudio X González Guajardo que el presidente Enrique Peña Nieto se ha hecho merecedor a figurar en un hipotético museo de la corrupción; merece estar en un salón de la infamia. Ajá, pero en su casa hay otro merecedor: Claudio X González Laporte, su padre, quien ha estado metido en todos los enjuagues público-privados desde cuando menos los tiempos de Carlos Salinas de Gortari… Por cierto, a los amiguitos de la unidad con EPN se les informa que el gobierno decretó otro aumento (el segundo en lo que va de 2017) a las tarifas eléctricas. Y deben estar a las vivas con el anuncio del suavizador secretario de Hacienda en materia de precios de los combustibles. Twitter: @cafevega D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

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