EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
lunes, 27 de febrero de 2017
Mexico SA
México SA
Trump: disparo en el pie
Latinos: poder de compra
De 1990 a 2016 crece 650%
Carlos Fernández-Vega
M
ás allá del constante agravio a los migrantes y la violación de sus derechos humanos, Donald Trump y sus encapuchados parecen interesados en pegarse un tiro en el pie, a ellos que tanto les interesa (léase sólo les interesa) el dinero y el poder económico. Desde que despacha en la Casa Blanca, el salvaje no ha hecho otra cosa que arremeter en contra de las minorías étnicas (especialmente las relacionadas con México), firmar órdenes ejecutivas en tal sentido, afanarse en la construcción del muro fronterizo para, según dice, impedir el flujo de indocumentados y amenazar con deportaciones masivas hacia el sur, sean los afectados mexicanos o no. Entonces, al ritmo que va no tarda en ordenar a sus tropas mátenlos en caliente.
Pero al mismo tiempo que tal actitud confirma el salvajismo del citado personaje, el inquilino de la Casa Blanca está aferrado en destrozar uno de los pilares económicos estadunidenses, que no es otro que el consumo interno. Y en este contexto el poder de compra de la llamada comunidad latina o hispana significa un flujo permanente de dinero destinado a la adquisición interna de bienes de consumo, estimado en un billón 500 mil millones de dólares (1.5 trillones para los gringos), de acuerdo con la información más reciente (2015) del Centro Selig de la Universidad de Georgia, especializado en esa medición.
El monto mencionado –que excluye el poder de compra de los indocumentados– es superior al valor actual del producto interno bruto mexicano (estimado en un billón de dólares; un trillón para los gringos) y el valor del consumo hispano en Estados Unidos resulta mayor que el registrado por las economías de 13 países alrededor del mundo.
Así, las deportaciones, el permanente hostigamiento, las leyes punitivas en contra de latinos o hispanos (alrededor de 65 por ciento de ellas corresponde a los mexicanos o de origen mexicano) y tantas otras barbaridades cometidas por Trump y sus encapuchados no sólo afectan directamente a tal comunidad, sino a la economía estadunidense en su conjunto, pues el propio Centro Selig estima que para 2020 el poder de compra de ese grupo se aproximará a un billón 700 mil millones de dólares (1.7 trillones para los gringos).
El permanente avance del poder de compra de la comunidad latina o hispana (mayoritariamente mexicana, la primera minoría en el vecino del norte) ha ido de la mano del aumento de la emigración a Estados Unidos, y año tras año se fortalece. Por ejemplo, documenta el Centro Selig que en 1990 ese poder de compra se estimó en poco más de 200 mil millones de dólares, que creció a cerca de 700 mil millones en 2004, a 992 mil millones en 2009, a 1.2 billones en 2012 y a 1.5 billones en 2015.
En el periodo citado el incremento registrado es de 650 por ciento y contando, a razón anual promedio de 26 por ciento. Para dar idea, en ese lapso la economía mexicana creció 2 por ciento anual promedio. Por ello, si la comunidad latinoestadunidense fuera un país, entonces ocuparía el escalón número 12 entre las economías más grande del mundo (a la par de la brasileña, y entre la italiana y la canadiense), la número 24 por población. La economía mexicana se ubica en el escalón número 15, de acuerdo con la clasificación del Fondo Monetario Internacional.
Lo anterior lleva al análisis del Centro Selig: El crecimiento del mercado (interno) estadunidense es impulsado cada vez más por los consumidores hispanos y asiáticoamericanos, aunque en 2015 los primeros superan (por poder de compra) en casi 50 por ciento a los segundos. Esos dos grupos darán cuenta de una cantidad desproporcionada de crecimiento. El mercado afroamericano seguirá expandiéndose a un ritmo que es convincente, pero los mercados asiáticos e hispanos son donde se ve el crecimiento realmente rápido. Y a pesar de ello, el pirata Trump los trae en la mira.
Independientemente de lo anterior, de acuerdo con la estadística oficial, los paisanos todavía hacen circo y maroma para enviar dinero a sus familiares radicados en México. Como recientemente apuntamos en este espacio, de 1989 a 2016 (de Salinas a Peña Nieto) inyectaron más de 366 mil millones de dólares a la economía mexicana, algo así como 30 por ciento del producto interno bruto a precios actuales, y contando. Sexenio tras sexenio se incrementa el monto de tales remesas, al igual que el número de mexicanos del otro lado, y es previsible que al cierre de la presente administración gubernamental el monto acumulado holgadamente sobrepase 400 mil millones de billetes verdes, aunque todo esto está en la mira del salvaje de la Casa Banca.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores aporta su numeralia: los mexicanos que residían en Estados Unidos en 2011 representaban 29 por ciento de los migrantes y 4 por ciento de la población total estadunidense. La mayoría vivía en California (37 por ciento) y Texas (21 por ciento), las dos mayores economías estatales. Las principales ciudades con migrantes mexicanos son Los Ángeles, Chicago y Dallas, cuyas economías crecieron por encima de la media nacional. Los mexicanos en Estados Unidos, incluidos los de segunda y tercera generación, contribuyen con 8 por ciento del PIB de Estados Unidos.
En 2009, el salario mensual promedio de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos fue de 2 mil 190 dólares y el monto mensual promedio de una remesa fue 317 dólares. Por tanto, más de 87 por ciento del salario de los trabajadores mexicanos fue gastado en la economía estadunidense.
Los migrantes contribuyen con los programas sociales estadunidenses. Desde 2000, el Sistema de Administración de Seguridad Social ha recibido casi 90 mil millones de dólares por concepto de descuentos a los salarios de los trabajadores que usan números de seguro social que no coinciden con los registros oficiales. Medicare ha recibido casi 21 mil millones de dólares. En 2010, las familias encabezadas por migrantes indocumentados pagaron 11 mil 200 millones de dólares en impuestos estatales y locales (sobre la renta, la propiedad, las ventas). Los migrantes pagan aproximadamente mil 800 dólares más en impuestos de lo que reciben en beneficios públicos. Y todos están en la mirilla del salvaje de la Casa Blanca.
Las rebanadas del pastel
¿Y dónde está el legalmente responsable de evitar el desastre migratorio y que prospere la agresión a México? Aprendiendo… Va un enorme abrazo para mi adorada Camila por su velita número 11.
Twitter: @cafevega
D.R. cfvmexico_sa@hotmail.com
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