EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
viernes, 16 de diciembre de 2016
Economia Moral
Economía Moral
Agnes Heller y las teorías de las necesidades humanas / XIII
Necesidades radicales en los Grundrisse y en el pensamiento de György Márkus
Julio Boltvinik
E
n los Grundrisse, dice AH, se perfila la idea de las N radicales como conciencia de la alienación. En Teoría de las Necesidades en Marx (TNM, Península, 1978) AH incluye (pp. 111-112) una larga cita de esta obra en la que Marx explica la enajenación del trabajo con todo detalle. Pero el trabajador, dice Marx, cobra una conciencia inmensa que dobla a muerto por el capitalismo. AH sintetiza diversos aspectos de esta cita: 1. El capitalismo comporta una sociedad antinómica cuya esencia es la alienación. La riqueza del género (especie) y la pobreza del individuo se fundamentan y se reproducen recíprocamente. Es la antinomia de la universalización de la producción de mercancías. 2. La sociedad capitalista como totalidad, como cuerpo social no produce sólo la alienación, sino también la conciencia de la alienación, es decir, produce las N radicales (NR). 3. Las NR (la conciencia de la alienación) las genera el capitalismo necesariamente. 4. A su vez esta conciencia (el conjunto de las NR) trasciende el capitalismo en su ser y hace imposible que la base de la producción continúe siendo capitalista. 5. La imperiosidad de resolver esta antinomia y la acción correspondiente se constituyen, en consecuencia, en deber colectivo, en conciencia plena que rebasa sus propios límites: no es ya conciencia de la miseria ni tampoco de la pobreza sensu strictu: las N que de ella se derivan no están dirigidas hacia una mayor posesión, ni tampoco hacia un salario más alto o una vida mejor. Es conciencia de la alienación, el reconocimiento de que las relaciones sociales están extrañadas, de lo que se sigue la N de superar la alienación, de transformar de modo revolucionario las relaciones sociales y de producción, y de crear relaciones no extrañadas. AH termina señalando que “hasta el momento la historia no ha dado respuesta a la pregunta de si la sociedad capitalista produce realmente esa conciencia plena (que Marx tuvo que construir porque en su tiempo no existía). Empero, en el texto citado de los Grundrisse por AH, no aparece la expresión NR.
Terminada la exposición de la visión de AH de las NR en Marx, es preciso indicar que en el pensamiento de György Márkus (GM) también ocupa un lugar importante esta noción, misma que ilustro con algunos pasajes de su obra. Como parte de la visión de la esencia humana en Marx (Marxismo y Antropología, Grijalbo, 1985, pp. 25-31; escrito en húngaro en 1971), GM señala que el carácter histórico de las N humanas es una consecuencia de la misma actividad del trabajo, lo que se expresa en que [reordeno la exposición de GM para terminar con las N radicales y después ahondar en ellas]: a) El objeto que sirve para la satisfacción de las N humanas no es un objeto inmediatamente natural, sino un objeto alterado por la actividad de la producción, un producto de determinado carácter humano-social. Las N biológicas originarias se han humanizado. b) En el curso de la producción surgen N nuevas, sociales por su origen y por su contenido. El ser-mediado de la actividad humana, el hecho de que la relación del hombre con el objeto de sus N esté mediada por otros objetos (por eso mismo llamados medios), produce una N social de objetos en modo alguno adecuados a la satisfacción inmediata de una N individual. Aquí introduce GM una ‘nueva’ acepción del concepto de N que no se refiere a N individuales o de consumo, sino a N sociales de medios de producción. c) Sobre la base de la actividad vital humana se producen también nuevas N individuales de carácter histórico-social, las cuales no se pueden considerar ya como simples humanizaciones de las N biológicas. Algunas se presentan en todas las formaciones sociales; por ejemplo, la N de trabajo o de intercambio con los semejantes. Otras –como la N estética– no nacen hasta un determinado estadio de la evolución histórica. Por último hay N (como la religiosa) que caracterizan sólo determinadas formaciones históricas. La concepción de Marx de las relaciones entre producción y N puede contrastarse con la lamentable visión de los economistas ortodoxos, que conciben la producción como puesta al servicio de necesidades inmutables del consumidor soberano. d) Surgen también las nuevas N radicales –N que por su propia naturaleza rebasan las posibilidades productivas y sociales dadas– que desempeñan un papel central en la teoría de la revolución de Marx. Añade GM que este papel revolucionario de las N radicales
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Portada del libro de Márkus citado en el texto
“…coincide plenamente con la tesis general de Marx según la cual la contradicción entre las fuerzas productivas conquistadas y las condiciones y relaciones sociales existentes es el fundamento objetivo último de la situación revolucionaria, situación en la cual la ‘máxima’ fuerza productiva es la clase revolucionaria misma. Este problema cobra hoy [principios de los años 70] una particular actualidad práctica y teórica en los países capitalistas desarrollados. En estos países ha quedado rebasada para básicos grupos de trabajadores la situación de la ‘revolución del hambre’. Éste es el centro de las discusiones sobre la ‘nueva clase obrera’ desarrolladas ante todo en Francia y en Italia” (p.27).
Al discutir la concepción marxista de la relación entre individuo y sociedad (op. cit. pp. 44-45), GM trae a colación una versión ampliada, pero implícita, de las NR. Es necesario subrayar, dice, que las condiciones histórico-sociales que determinan al individuo no se deben entender como cadenas externas y ajenas que tienden a atrofiar, reprimir, etc., sus inclinaciones y aspiraciones auténticas.. Por el contrario, las capacidades, las N, las formas de intercambio, etc., objetivadas en la realidad social-material se convierten, al ser apropiadas, en elementos intrínsecos, de contenido, del ser humano del individuo, y la individualidad concreta específicamente humana no se origina sino a través de la participación activa en el mundo producido por el hombre, a través de una determinada apropiación de éste.
Sin embargo, continúa GM (pp.44-45), en determinadas fases históricas y para determinadas clases –y con carácter de ley universalmente válida dentro de la esfera de la alienación–, las condiciones sociales y las particulares formas de vida determinadas por ellas se constituyen en barreras externas para el individuo, en fuerzas extrañas que inhiben su personalidad y la deforman; escinden internamente al individuo y éste ya no siente su vida como vida suya. Esto se debe, explica GM, a que el ser social dado y la participación activa en él desarrollan en los individuos necesidades, capacidades, aspiraciones y potencias humanas sociales cuya realización o satisfacción ese mismo ser social no posibilita más que unilateralmente, deformadamente, o de ninguna manera. Aquí GM formula de manera implícita lo que tendría que llamarse necesidades, capacidades, aspiraciones y potencias humanas radicales”, ampliando y enriqueciendo el concepto de NR.
En otro de sus libros, Language and Production (Lenguaje y Producción), GM profundiza en el papel de las necesidades radicales en la teoría de la transformación social de Marx, pero se me ha acabado el espacio.
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