EL DELFÍN

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domingo, 5 de junio de 2016

El trato a las reservas petroleras, el peor

El trato a las reservas petroleras, el peor Antonio Gershenson
E l aumento a las reservas petroleras en Pemex en 2015 es el peor de la historia: no se restituyó nada. Los descubrimientos apenas compensaron lo consumido en el año. Nos enteramos originalmente por un artículo del 2 de junio en El Financiero, que cita el informe anual de reservas de Pemex de 2015, que por lo visto ya existe. Pero no aparece en ningún documento oficial; el informe de reservas de 2014 no apareció en los documentos oficiales hasta septiembre de 2015. Tal vez hasta entonces hayan pensado publicarlo oficialmente. Creo que los lectores de este diario tienen derecho a conocer esa información ya: trataré de transmitirla y analizarla. La reducción efectiva de las reservas probadas es de 9.6 años de producción en 2014 a 8.1 años en 2015. Con el nivel actual de producción, esas reservas durarían ocho años. El costo promedio de producción de Pemex subió 14.4 por ciento en 2015, al pasar de 8.22 a 9.40 dólares el barril de petróleo crudo equivalente, de acuerdo con el reporte anual de 2015 de la petrolera. Funcionarios de Pemex explicarían que dicho incremento se debe principalmente a los nuevos impuestos y derechos aprobados bajo el nuevo régimen fiscal de Pemex, que entró en vigor en 2015. Hubo fuertes reducciones también en el presupuesto de las refinerías. Creo que todo esto no había pasado en México, especialmente ese crimen contra las reservas. Parece como si quisieran mostrar que ellos son los peores que ha habido. Ya hemos visto que quienes operan Pemex descuidan y dejan que caiga la producción, pero lo que tiene efectos a plazos más largos lo tratan todavía peor, y ese es el caso de las reservas. Las reservas de hoy están estrechamente ligadas a la producción del mañana, así que ya sabemos lo que viene. Quieren entregar lo más posible a las trasnacionales, diciendo que ellos sí van a producir más. Ya hemos dicho que cuando se ha hecho esa traición al país entregando áreas estratégicas, el efecto ha sido el contrario. En Burgos, entregados en 2004 no sólo yacimientos, sino terreno y todo, para la producción de gas, a siete empresas extranjeras, ésta ha bajado de mil 515 mmpcd (millones de pies cúbicos por día, unidad de Estados Unidos y no el sistema métrico decimal que nos enseñaron desde la escuela como sistema oficial mexicano) en 2009 a 993 mmpcd en el primer trimestre de 2016, 34 por ciento de rebaja. En Veracruz, donde la entrega fue a multimillonarios en general, también para gas natural, la producción cayó de 956 mmpcd en 2007 a 328 mmpcd, una reducción de 59 por ciento, en el mismo trimestre. Chicontepec, también entregado a trasnacionales –carísimo, pero de producción baja y luego más baja–, redujo la producción de crudo de 75 mil barriles diarios en enero de 2013 a 41 mil barriles diarios en el mismo trimestre. Su producción por pozo cayó de 40 barriles diarios en 2008 a 20 barriles diarios en 2014. En el sureste hay pozos de los que se obtienen miles de barriles diarios, sin tanta publicidad como hicieron a Chicontepec. Ese es el glorioso papel que han jugado en México las trasnacionales, a las que ahora quieren hacer nuevas entregas, supuestamente para combatir el desplome que ahora ellos están provocando. Algo positivo debemos decir. Es necesario levantar la producción de crudo y gas, empezado por el consumo interno. Técnicamente es posible; los que estorban y se enriquecen son la barrera. Es necesario recuperar lo que ya se hizo: levantar refinerías, petroquímica, y en general con aprovechamiento en gran escala del petróleo y el gas. Hay que respetar empleos y salarios, y mejorarlos. Se deben atender y renovar las instalaciones existentes: las unidades de extracción de petróleo y gas, las refinerías, en general los medios de transformación. Los movimientos en favor de estos avances deben unirse con los de campesinos, estudiantes y otros sectores populares. Me extraña que de este desastre no le hayan echado la culpa a China, como acostumbran, a lo mejor porque allá sí tienen pena de muerte para la corrupción en grande. antonio.gershenson@gmail.com Subir al inicio del texto

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