El khaos griego y sus implicaciones geopolíticas
02/03/2015
La políticas constrictivas implementadas en la UE podría volverse en su contra pues hasta ahora los procesos de adhesión de nuevos países habían funcionado como un instrumento democratizador y reformista del continente pero la doctrina del “numerus clausus” habría finiquitado el proceso de ampliación con el riesgo evidente de que los valores democráticos que la UE ha exportado hacia los países de la extinta URSS sean reemplazados por los ideales expansionistas de la Nueva Gran Rusia, con lo que se alteraría notablemente el escenario geopolítico europeo para la próxima década.
¿Salida de Grecia de la Eurozona?
Las reformas estructurales y fiscales que ha impuesto la Troika a países como Irlanda, Grecia, Portugal, España, Italia, Chipre, Malta y Eslovenia para modernizar la Administración pública y la sanidad, mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal a las circunstancias son principios genéricos que se han traducido en sucesivas subidas de impuestos, reducción de funcionarios, supresión de organismos públicos, recortes salariales y máxima flexibilidad en el mercado laboral aunado con una sensible pérdida de jirones del primigenio Carta Social Europea (CSE) o Carta de Turín de 1.961.
En el caso griego, la troika ha obligado a todos los partidos políticos a aprobar suicidas medidas de austeridad que han provocado la pérdida de más de 1 millón de puestos de trabajo y el ascenso al poder de Syriza, hecho que habría provocado que la monolítica doctrina de los países de la Eurozona que gravitan en las elípticas marcadas de antemano por la nomenklatura alemana empiecen a oscilar en sus valores y a sentir la influencia de fuerzas centrífugas que podrían desembocar en la desaparición y posterior remodelación de la actual Eurozona.
Los expertos de la llamada "troika" habrían concluido, según un documento secreto publicado por la web italiana Linkiesta que "Atenas no sólo no podrá hacer frente a sus obligaciones financieras, sino que, además, sufrirá una "fuerte devaluación interna", una significativa caída de precios y de salarios en los próximos años". Así, según Efecom, se prevé que la deuda pública del país heleno ascenderá hasta el 200 % del producto interior bruto (PIB) en el 2015, existiendo el temor de que podría pasar del default (incumplir sus pagos) a la quiebra por lo que ” cada vez más empresas europeas y estadounidenses se preparan para lo que antes era impensable”, según The New York Times y en la cadena Fox News, Peter Morici, economista y profesor de la Universidad de Maryland, dijo que “la necesidad de una unión fiscal en la zona euro y de que el BCE adopte un papel similar al llevado a cabo por la Reserva Federal de EEUU, ” y consideró la posibilidad de que “el país heleno abandone el euro para poder así imprimir su propio dinero y resolver sus problemas como lo hizo Estados Unidos a raíz de la crisis financiera".
¿Nuevo Golpe de los Coroneles?
Caso de producirse finalmente la salida de Grecia de la Eurozona por la presión alemana, asistiríamos a escenarios de devaluación de su moneda (dracma); alta inflación, galopante tasa de paro y deuda desbocada, radicalización de los otrora aburguesados y sumisos sindicatos de clase, (Confederación General Griega del Trabajo GSEE), ruptura del diálogo social con la patronal, frecuentes estallidos de conflictividad laboral y el auge de partidos como el Partido Comunista Griego (KKE). Por otra parte, el lógico desafecto afectivo griego respecto a los países de la UE aunado con su asfixiante falta de liquidez obligará al Gobierno heleno a gravitar en la órbita rusa con su consiguiente impacto geopolítico pues Rusia pasaría a ser aliado natural de Grecia mientras el país heleno se convertiría en el portaaviones continental de Rusia tras la instalación de una megabase naval en Suda (Creta) con lo que quedaría perfilado el triángulo Sebastopol-Suda-Tartus como bases logísticas de la nueva Flota rusa del Mediterráneo, (disuelta en 1992 tras la extinción de la URSS) y cuya columna vertebral estará formada por la Flota del Mar Negro , la del Norte y la del Báltico, estimando que estará operativa para el 2.016 y que supondrá de facto el control del Mediterráneo Oriental por Putin.
Además, por efecto mimético países como Hungría, Albania, Serbia, Rumania y Bulgaria podrían asismismo empezar a gravitar en la órbita rusa, por lo que ante esta situación y sin el paraguas protector de la UE, no sería descartable en Grecia la reedición del golpe de los Coroneles (1967), golpe virtual o postmoderno que sería un episodio local dentro del nuevo escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia y que contaría con el apoyo encubierto de EEUU dentro de su objetivo de anular los esfuerzos de Rusia para fagocitar países europeos.
Germán Gorraiz López es analista internacional
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