EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 31 de marzo de 2015

La politica de autodestruccion: J. Petras


Francia, Grecia y Brasil
Mentiras y engaños en la izquierda: la política de la autodestrucción


Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Riba García

IntroducciónEn el último año, las que parecían ser esperanzadas señales del surgimiento de gobiernos de izquierda que serían vigorosas alternativas a los regímenes de derecha favorables a Estados Unidos se convirtieron en un calco de aquéllos; en los años venideros, esto les relegará al basurero de la historia. El ascenso y la rápida decadencia de los gobiernos de izquierda en Francia, Grecia y Brasil no son el resultado de un golpe militar, ni tampoco de las maquinaciones de la CIA. La debacle de esos gobiernos de izquierda es el resultado de unas decisiones políticas deliberadas que rompen decididamente con unos programas progresistas, unas promesas y unos compromisos que los líderes políticos hicieron al electorado compuesto por trabajadores y representantes de las clases medias que finalmente les eligieron.
Cada vez más, los votantes ven como traidores a aquellos gobernantes de izquierda que han vendido a sus partidarios que están a su entera disposición y los comparan con sus más importantes enemigos de clase: los banqueros, los capitalistas y los ideólogos liberales.
Los gobiernos de izquierda cometen suicidio
La autodestrucción de la izquierda es una imprevista victoria de lo más retrógrado de las fuerzas políticas neoliberales. Estas fuerzas han procurado destruir el sistema de bienestar, imponer sus reglas mediante funcionarios no elegidos, han ampliado y profundizado la desigualdad, debilitado los derechos de los trabajadores y privatizado los sectores más lucrativos de la economía.
Hay tres casos de incumplimiento de promesas que destacan en este proceso de suicidio: en Francia, la segunda principal potencia de Europa, el gobierno socialista de François Hollande (2012-2015); en Grecia, el gobierno del izquierdista Syriza elegido el 25 de enero de 2015, que se presentó como el invalorable propulsor de una política alternativa a la de “austeridad fiscal”; y Brasil, con el Partido de lo Trabajadores gobernando (2003-2015) el país más extenso de América latina y miembro importante de los BRICS.
El “socialismo” francés: el gran salto atrás
En su campaña presidencial, François Hollande prometió aumentar los impuestos a los ricos hasta el 75 por ciento; rebajar la edad de jubilación de los 62 a los 60 años; lanzar un programa de inversión pública para reducir el desempleo; incrementar significativamente el gasto público en educación (contratando a 60.000 nuevos maestros), salud y vivienda social; y retirar las tropas francesas de Afganistan, como primer paso de la reducción del papel de París como colaborador del imperio.
Desde 2012, cuando fue elegido, hasta este momento (marzo de 2015), ha incumplido todas sus promesas y todos sus compromisos políticos: la inversión pública no se materializó y el desempleo creció; hoy, los parados superan los tres millones. El recién nombrado ministro de economía Emmanuel Macron, un ex socio de la Banca Rothschild, redujo drásticamente –50.000 millones de euros– los impuestos al sector de los negocios. Manuel Valls, su primer ministro [nombrado en marzo de 2014], un liberal entusiasta, implementó importante recortes en los programas sociales, debilitó la regulación gubernamental de los negocios y los bancos, y erosionó la seguridad laboral. Hollande nombró a Laurence Boone, proveniente del Bank of America, como su principal asesor en economía.
El “presidente socialista” francés envió tropas a Mali, aviones de bombardeo a Libia, asesores militares a la junta de Ucrania y ayudó a los llamados “rebeldes” sirios (en su mayor parte mercenarios yihadistas). También aprobó la venta de equipo militar por 1.000 millones de euros a la monarquía dictatorial de Arabia Saudí y se echó atrás en un contrato de venta de barcos de guerra a Rusia.
Hollande se sumó a Alemania en la exigencia a Grecia del cumplimiento total y en término de los pagos de deuda a los banqueros privados y el mantenimiento del brutal “programa de austeridad”.
Como consecuencia de la estafa a los votantes franceses, la traición a los trabajadores y el abrazo con los banqueros, los grandes negocios y los militares, la visión positiva del gobierno “socialista” por parte del electorado francés se ha reducido a menos del 19 por ciento, y el PSF ocupa ahora el tercer puesto entre los principales partidos. La política en favor de Israel de Hollande y su línea dura respecto de las negociaciones EEUU-Irán, los ataque islamofóbicos del ministro Valls en los suburbios de las grandes ciudades francesas –donde predominan los musulmanes– y el apoyo a las intervenciones militares contra los movimientos islámicos [en Oriente Medio y norte de África] han polarizado cada vez más a la sociedad francesa e incrementado la violencia étnico-religiosa en el país. 
Grecia: la súbita transformación de Syriza
Desde que Syriza ganó las elecciones griegas el 25 de enero de 2015 hasta la mitad de marzo, Alexis Tsipras, primer ministro, y Yanis Varoufakis, nombrado ministro de economía, faltaron a cada una de las promesas –las más importantes y las menos– del programa electoral. Adhirieron, en cambio, a lo más retrógrado de los procedimientos, medidas y relación con la Troika (el FMI, la Comisión Europea y el BCE) que Syriza había denunciado en su programa de Salónica poco tiempo antes.
Tsipras y Varoufakis repudiaron la promesa de rechazar los dictados de la Troika. En otras palabras, aceptaron la regla colonialista y la continuación del vasallaje.
Rasgo típico de su demagogia y engaño: ambos procuraron encubrir su sumisión a la universalmente odiada Troika apodándola “la institución” –sin engañar a nadie más que a sí mismos– y se convirtieron en el hazmerreír de los más cínicos observadores de la Unión Europea.
Durante la campaña, Syriza había prometido impugnar toda o buena parte de la deuda griega. Una vez en el gobierno, Tsipras y Varoufakis aseguraron inmediatamente que la reconocían y prometieron hacerse cargo de todas las obligaciones relacionadas con la deuda.
Syriza había prometido priorizar el gasto humanitario y negar la austeridad, aumentando el salario mínimo, volviendo a emplear a los destituidos en la salud y la educación y aumentando las pensiones. Después de dos semanas de humillarse servilmente, los “reformados” Tsipras y Varoufakis priorizaron la austeridad realizando pagos de deuda y “postergando” incluso los gastos más magros contra la pobreza. Cuando la Troika le dejó al gobierno Syriza 2.000 millones de euros para que pudiera alimentar a los griegos hambrientos, Tsipras alabó a los supervisores y prometió que les presentaría una lista de regresivas “reformas” por varios miles de millones de euros.
Syriza había prometido reexaminar las sospechosas privatizaciones de lucrativas empresas públicas realizadas por los anteriores gobiernos de derecha y parar aquellas que estaban en proceso y las proyectadas para el futuro. Una vez en el gobierno, Tsipras y Varoufakis renegaron rápidamente de esa promesa. Aprobaron todas las privatizaciones; las pasadas, las presentes y las futuras. De hecho, hicieron tanteos para conseguir nuevos “socios” privatizadores, ofreciendo jugosas concesiones para deshacerse de más empresas públicas.
Syriza prometió enfrentar la alta tasa de desempleo (26 por ciento en el ámbito nacional, con el 55 por ciento en el sector juvenil) por medio del gasto público y la reducción en el pago de la deuda. Diligentemente, Tsipras y Varoufakis satisficieron los pagos de deuda y ¡no asignaron dinero alguno para la creación de puestos de trabajo!
Syriza no solo continúa las políticas de la derecha; además, lo hace con un estilo y una sustancia grotescos, adoptando ridículas posturas públicas y gestos demagógicos sin coherencia alguna: un día, Tsipras dejará una corona de flores en la tumba de 200 guerrilleros griegos asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial y al día siguiente se prosternará ante los banqueros alemanes para satisfacer sus exigencias de austeridad presupuestaria, negando dinero público a dos millones de griegos en el paro.
Una tarde, el ministro Varoufakis posará en una sesión de fotos para Paris Match que lo muestra, con un cóctel en la mano, en la terraza de su lujoso ático con vistas a la Acrópolis y ¡unas horas más tarde estará haciendo un discurso para las masas empobrecidas!
Incumplimiento de promesas, engaño y demagogia, todo durante los dos primeros meses en el gobierno; Syriza ha establecido un récord en su conversión de un partido de izquierdas contrario a la austeridad en un vasallo conformista y servil de la Unión Europea.
La exigencia de Tsipras a Alemania de que pague reparaciones por los daños a Grecia durante la Segunda Guerra Mundial –una reclamación que, aunque correcta, ha sido largamente postergada– es otra farsa demagógica diseñada para distraer a los empobrecidos griegos de la capitulación de Tsipras y Varoufakis ante los actuales requerimientos alemanes de austeridad. Un cínico funcionario de la UE le dijo al Financial Times (12/MAR/2015, p. 6), “Ahí está (Tsipras) dándoles (a los militantes de Syriza) un caramelo para que chupen”.
Nadie espera que los líderes germanos cambien su línea dura por unas injusticias del pasado, sobre todo porque son traídas a colación por un interlocutor que está arrodillado... En la UE, nadie toma en serio la exigencia de Tsipras. Es vista como una retórica de lo más vacía hecha para el consumo interno.
Hablar de unas reparaciones alemanas de 70 años evita hablar de la adopción de medidas prácticas hoy, como repudiar la deuda o reducir los pagos de una deuda ilegítima a los bancos alemanes o negarse a obedecer los dictados de Merckel. La diáfana traición de los compromisos más elementales con el arruinado pueblo griego ya ha dividido a Syriza. Más del 40 por ciento de la comisión central, incluido el presidente del parlamento, repudiaron los acuerdos de Tsipras-Varoufakis con la Troika.
La gran mayoría de los griegos que votaron por Syriza esperaba algún alivio inmediato y unas reformas. Sin embargo, está cada día más desencantada. No esperaba que Tsipras nombrara a Yanis Varoufakis, un ex asesor económico de George Papandreu, el corrupto líder del neoliberal PASOK, como ministro de economía. No se marcharon en masa muchos votantes del PASOK en los últimos cinco años para encontrar a los mismos cleptócratas e inescrupulosos oportunistas ocupando los cargos más altos de Syriza puestos allí por el dedo índice de Alexis Tsipras.
El electorado tampoco puede esperar una lucha, una resistencia, una decisión de romper con la Troika de los profesores anglo-griegos* llamados de regreso a Grecia por Tsipras. Estos izquierdistas de salón (seminaristas marxistas) nunca se implicaron en los conflictos urbanos ni sufrieron las consecuencias de la prolongada depresión.
Syriza es un partido liderado por acomodados profesionales, académicos e intelectuales con movilidad social ascendente. Aunque en nombre de los trabajadores empobrecidos y asalariados de clase media, los gobiernan desde su posición prominente, pero atienden a los intereses de los banqueros –tanto los griegos como especialmente los alemanes–. Priorizan la pertenencia a la UE por encima de una política independiente y nacional. Su actitud respecto de la OTAN es de tolerancia, que se manifiesta en su apoyo a la junta de Kiev en Ucrania, a las sanciones contra Rusia, a la intervención de la OTAN en Siria e Iraq, y en ¡el mantenimiento de un sonoro silencio en relación con la amenaza militar a Venezuela!
Brasil: recortes presupuestarios, corrupción y revuelta popular
El gobierno del supuesto Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, en el poder durante 13 funestos años, ha sido uno de los más corruptos de América latina. Respaldado por las principales confederaciones de trabajadores y varias organizaciones de campesinos sin tierra, y compartiendo el poder con partidos de centroizquierda y de centroderecha, fue capaz de atraer la inversión de decenas de miles de millones de dólares de capital extranjero proveniente de la industria extractiva, las finanzas y los agronegocios. Gracias al boom de un decenio de altos precios de las materias primas del agro y la minería, al crédito fácil y a las reducidas tasas de interés, hubo un alza en los ingresos, el consumo y el salario mínimo mientras se multiplicaban los beneficios de la elite económica.
Como consecuencia de la crisis financiera de 2009 y la bajada de los precios de los commodities, la economía brasileña se estancó justo cuando fue elegida la nueva presidenta, Dilma Rousseff. El gobierno de Rousseff, como el de su predecesor, Lula Da Silva, favoreció los agronegocios en detrimento del reclamo de una reforma agraria por parte de los trabajadores rurales sin tierra. Su gobierno dio alas a los barones de la madera y los productores de soja, y propició el avance de estas industrias en las tierras de las comunidades indígenas y la selva amazónica.
Elegida para un segundo mandato, Rousseff se encontró ante una importante crisis política y económica: profundización de la recesión económica, déficit fiscal, y detención y proceso de muchos miembros corruptos del PT y legisladores aliados, directivos de la empresa Petrobras.
Los líderes del PT como las finanzas de campaña del Partido recibieron millones de dólares de sobornos de las empresas de construcción para asegurar contratos de la gigantesca empresa petrolera semipública. Durante su campaña electoral, la presidenta Rousseff prometió que “continuará apoyando los programas sociales en beneficio del pueblo” y que “erradicará la corrupción”. Sin embargo, inmediatamente después de ser elegida abrazó la ortodoxia de la política neoliberal y nombró un gabinete de neoliberales de la derecha dura, entre ellos al banquero Joaquín Levy, de Bradesco, en el ministerio de finanzas. Levy propuso reducir las prestaciones por desempleo, las pensiones y los salarios del sector público. También se manifestó en favor de una mayor desregulación del sector bancario y propuso debilitar la legislación de protección del trabajador para atraer al capital. Además, reclamó el superávit presupuestario y la necesidad de atraer la inversión extranjera a expensas del sector laboral.
Rousseff, en coherencia con la adopción de la ortodoxia neoliberal, designó a Katia Abreu, senadora de derecha, líder de toda la vida de los intereses del agronegocio y acérrima enemiga de la reforma agraria, para que se haciera cargo del ministerio de agricultura. Apodada “Miss Deforestación” por Greenpeace, la senadora Abreu se ha opuesto con vehemencia al Movimiento de Trabajadores sin Tierra (MST) y a la confederación de trabajadores, pero ha sido en vano. Con el total respaldo de Rousseff, Abreu está empeñada en acabar con la muy mínima redistribución de la tierra emprendida por la presidenta en su primer mandato (estableciendo colonias que beneficiaron a menos del 10 por ciento de los ocupantes sin tierra). Abreu aprobó normas que facilitan la expansión de cultivos genéticamente modificados y promete el desalojo forzoso de los indígenas amazónicos que habitan tierras productivas para favorecer a las corporaciones del agronegocio a gran escala. Además, promete defender vigorosamente a los terratenientes contra las ocupaciones de tierra por parte de trabajadores rurales sin tierra.
La incapacidad de Roussef y/o su falta de voluntad para llevar a los tribunales al tesorero del Partido de lo Trabajadores, involucrado en un escándalo por 1.000 millones de dólares en sobornos y coimas que ya lleva 10 años, ha profundizado y ampliado la oposición popular.
El 15 de marzo de 2015 más de un millón de brasileños se lanzaron a la calle en todo el país; las manifestaciones estaban convocadas por los partidos de derecha pero consiguieron el apoyo de las clases populares, que exigen inmediatos juicios contra la corrupción y duras condenas pero también la revocación de los recortes en el gasto social implementados por Levy.
La contramanifestación en apoyo de Rousseff organizada por la CUT –la central de los trabajadores– y el MST solo movilizó la décima parte de aquélla; a unas 100.000 personas.
La respuesta de Dilma Rousseff fue llamar al “diálogo” y asegurar que está “abierta a [considerar] propuestas” sobre la corrupción aunque rechazó explícitamente cualquier cambio en su regresiva política fiscal, sus nombramientos para un gabinete neoliberal y su opción por la agenda del sector del agronegocio y el de la minería.
En menos de dos meses el PT y su presidenta han manchado indeleblemente a sus líderes, sus políticas y sus apoyos con la brea de la corrupción y la regresión en las políticas sociales.
El apoyo popular se ha ido a pique. La derecha está creciendo. En las grandes manifestaciones del 15-M incluso estuvieron presentes los activistas que abogan por el autoritarismo y el golpe de estado militar; llevaban carteles que reclamaban el “juicio político” y el regreso al gobierno de los militares.
Como en la mayor parte de América latina, la derecha autoritaria brasileña es una fuerza que está en ascenso y se posiciona para la toma del poder mientras el centroizquierda adopta la agenda del neoliberalismo en todo el continente. Los partidos apodados “de centroizquierda”, como el Frente Amplio en Uruguay y el progubernamental Frente para la Victoria en Argentina están estrechando los vínculos con el capitalismo corporativo del agronegocio y la minería a cielo abierto.
Opiniones sin fundamento de escritores izquierdistas de Estados Unidos, como Noam Chomsky, que dicen que “América latina es la vanguardia contra el neoliberalismo” están atrasadas al menos un decenio y, ciertamente, equivocadas. Fueron engañados por declaraciones políticas de tipo populista y se niegan a reconocer que las políticas de corte neoliberal están fomentando el descontento popular. Los gobiernos que adoptan políticas regresivas en lo socio-económico no constituyen una vanguardia hacia la emancipación social...
Conclusión
¿Cómo se explican estos bruscos retrocesos y rápidos incumplimientos de las promesas electorales por parte de los –supuestamente– “partidos de izquierda” recientemente elegidos en Europa y América latina?
Se podía esperar este tipo de comportamiento en América del Norte: del Partido Demócrata de Obama en EEUU o del Nuevo Partido Democrático de Canadá... Pero estábamos dispuestos a creer que en Francia, con su tradición republicana de izquierdas, un gobierno socialista –“críticamente”– respaldado por izquierdistas anticapitalistas iba al menos a poner en marcha reformas sociales progresistas. Un ejército de blogueros progresistas también nos había dicho que Syriza, con su carismático líder y retórica radical iba a cumplir al menos las promesas electorales más básicas levantando la dominación impuesta por el yugo de la Troika, empezando a poner fin a la miseria y proporcionando electricidad a las 300.000 viviendas iluminadas con velas. Los “progresistas” nos repitieron una y otra vez que el Partido de los Trabajadores había sacado de la pobreza a 30 millones de personas. Proclamaron que “un ex trabajador de la industria automotriz” (Lula Da Silva) nunca permitiría que el PT volviera a los recortes presupuestarios neoliberales y se abrazara con sus supuestos “enemigos de clase”. Los profesores izquierdistas de EEUU se negaron a dar crédito al burdo robo de 1.000 millones de dólares al Tesoro Nacional de Brasil durante el mandato de dos presidentes del PT.
A nuestra mente llegan varias explicaciones para estas traiciones políticas. Una es que a pesar de su discurso popular y “obrerista”, estos partidos estaban dirigidos por abogados, profesionales y burócratas sindicales de clase media, desconectados orgánicamente de su base militante. Durante las campañas electorales, en procura de los votos, se unen un momento con los trabajadores y los pobres, pero después pasan el resto del tiempo en restaurantes caros para conseguir “acuerdos” con los banqueros, hombres de negocios propensos al soborno e inversores extranjeros para financiar las elecciones siguientes, la escuela privada de sus hijos y el lujoso piso de su querida...
Durante un tiempo, cuando la economía estaba en alza, los beneficios de las grandes corporaciones, las compensaciones y los sobornos iban de la mano con los aumentos de salarios y los programas contra la pobreza. Pero cuando se desencadenó la crisis, los líderes “populares” se quitaron la insignia del partido de la solapa y dijeron “la austeridad fiscal era inevitable” mientras mendigaban algo a sus financistas internacionales.
En todos esos países, que ahora viven tiempos difíciles, los líderes de la izquierda procedentes de la clase media le temían tanto al problema (la crisis capitalista) como a la auténtica solución (la transformación radical de la sociedad). En lugar de enfrentar el problema se volvieron hacia la “única solución”: se acercaron a los líderes del capitalismo y trataron de convencer a las asociaciones del mundo de los negocios y, por sobre todo, a los financistas, de que ellos eran “políticos serios y responsables” deseosos de renunciar a la agenda social y adoptar la disciplina fiscal. Para el consumo interno, insultaron y amenazaron a las elites, esto es, un poco de teatro para entretener a los seguidores de la plebe, ¡antes de capitular!
Ninguno de estos líderes –académicos devenidos en izquierdistas– tenía un vínculo profundo y durable con las luchas populares. Su “activismo” se limitaba a la lectura de documentos en “foros sociales” y al aporte de ponencias en congresos sobre “emancipación e igualdad”. La sumisión política y la austeridad fiscal no ponen en peligro su posición económica. Si sus partidos de izquierda son derrotados por electorados enfadados y movimientos sociales radicales, los líderes izquierdistas hacen la maleta y regresan a su cómodo empleo de siempre o a su bufete de abogado. Ellos no tienen por qué preocuparse por los despidos en masa o la reducción de las pensiones de subsistencia. En los ratos libres podrán sentarse y escribir un artículo más sobre la forma en que la “crisis del capitalismo” afectó a su bien intencionado proyecto o cómo vivieron la “crisis de la izquierda”.
Debido a su desconexión con el sufrimiento de quienes han caído en al pobreza y los votantes que están en el paro, los izquierdistas de clase media en el gobierno no ven la necesidad de romper con el sistema. En realidad, comparten los puntos de vista de sus supuestos adversarios conservadores: ellos creen también que se trata de “el capitalismo o el caos”. A este lugar común adoptado se lo hace pasar por una profunda reflexión propia de los dilemas de la socialdemocracia. Los funcionarios y asesores izquierdistas de clase media siempre utilizan la excusa de las “limitaciones institucionales”. “Teorizan” su impotencia política; nunca reconocen el poder de los movimientos protagonizados por las organizaciones de clase.
La cobardía política de estos izquierdistas de clase media es estructural y facilita las traiciones morales: sostiene que “la crisis no es el momento para hacer ajustes en el sistema”.
Para la clase media, el “tiempo” se convierte en una excusa política. Los líderes de clase media de los movimientos populares, carentes de audacia o programas de lucha, siempre hablan de cambio... en el futuro...
En vez de comprometerse en la lucha popular, corren de un lado a otro, de un centro del poder financiero al Comité Central, confundiendo el “diálogo” que termina en sumisión con la resistencia consecuente.
Al final, el pueblo les corresponderá dándoles la espalda y rechazando sus pedidos de reelección para “una segunda oportunidad”.
La tragedia es que toda la izquierda resulta manchada. ¿Quién puede creer las bonitas palabras de “liberación”, “la voluntad de tener esperanza” y “recuperar la soberanía” después de haber vivido lo contrario durante años?
Las políticas de izquierda serán las perdedoras durante toda una generación, al menos en Brasil, Francia y Grecia.
La derecha ridiculizará el cierre de cremallera de Hollande, la falsa humildad de Dilma Rousseff, los gestos vacíos de Tsipras y las payasadas de Varoufakis.
El pueblo maldecirá su recuerdo y su traición a una causa noble.
* Entre estos profesores ‘repatriados’, están el propio Yanis Varoufakis y Costas Lapavitsas, ambos diputados electos en las últimas elecciones. Los dos se graduaron en Inglaterra y fueron profesores universitarios; en Australia, el primero, y en Inglaterra, el segundo. (N. del T.)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Apunta hacia la privatizacion la Refoma a la Ley gral de aguas

Deslinda a la autoridad de su responsabilidad de garantizar el suministro: Claudia Campero
Apunta hacia la privatización la ley general de aguas: especialista
No solamente generará un incremento en las tarifas, sino que las empresas que la explotarán no invertirán en llevarla a las zonas alejadas y pobres, dice
Continuaría el desabasto en el DF
Alejandro Cruz Flores
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2015, p. 28
La eventual aprobación de la iniciativa de ley general de aguas que se discute en la Cámara de Diputados afectaría el derecho humano de acceso al líquido y profundizaría un modelo de gestión que apunta a la privatización de este recurso natural, advirtió Claudia Campero Arena, integrante de la Coalición Mexicana por el Derecho al Agua.
En entrevista, señaló que además la norma deslinda a las autoridades de su responsabilidad de garantizar el suministro de agua potable a la población, con base en un modelo que busca solucionar el problema del abasto con la participación de la inversión privada, lo cual no solamente generará incremento en las tarifas, sino que las empresas que participen no invertirían en llevar agua a las zonas más alejadas y pobres, pues sus habitantes no podrían pagarla.
La también consultora de la organización civil global Blue Planet Project señaló que el problema de abasto que tiene la ciudad de México continuaría, porque se estaría confiando en que la solución sería una nueva etapa del Cutzamala y la extracción a mayor profundidad, cuando lo que se tiene que atender es la red de abastecimiento, principalmente lo relacionado con fugas, y promover una mayor participación de la ciudadanía en el cuidado del liquido, en vez de buscar más soluciones más descentralizadas para gestionar el agua, indicó.
Campero Arenas explicó que con esta iniciativa de ley lo que se pretende es profundizar el modelo de gestión que se maneja en la actualidad, que incluye la privatización y que ha provocado una crisis del agua que se vive tanto en el Distrito Federal como en el resto del país.
Es un modelo que se basa en la creación de infraestructura que traslada grandes volúmenes de agua, lo cual es una visión equivocada, porque siempre estás buscando aumentar la oferta, manifestó la especialista.
En cuanto a la participación de la iniciativa privada en el proceso de abasto de agua, dijo que está demostrado, no sólo en México sino en todo el mundo, que ha traído sólo problemas, como el incremento de las tarifas, además de falta de inversiones para llevar el líquido en las zonas donde no lo tienen.
En México la privatización del agua la venimos viviendo desde hace años, pero además buscando eximir de las responsabilidades de las autoridades de surtir agua a las poblaciones dispersas y asentamientos irregulares.
Además, el artículo 49 de esa iniciativa sólo reconoce el derecho al líquido para los asentamientos legalmente constituidos, y los conceptos que establece en torno a calidad del agua se alejan de los estándares internacionales.
Aunado a ello, establece el transvase como de utilidad pública, es decir, llevar grandes volúmenes de agua de una cuenca a otra y darle uso distinto, como la extracción de hidrocarburos, pasando sobre los derechos de las personas a contar con agua.
Por todo lo anterior, afirmó, diversas agrupaciones sociales se han manifestado a escala nacional y se están organizando para evitar la aprobación de esa iniciativa de ley, manifestó la activista.
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  • Aguas que nos quitan
    Yeshua Galindez
    Los problemas se van a complicar ya que los concesionarios les vale un pepino la población, lo que quieren es comer billetes, a costa de la población. Lo mismo paso en España, Bolivia, Filipinas donde privatizaron disfrazadamente el agua. Cobrando tarifas de lujo estilo europeo, que ven todo con ojos de negocio. A defender el agua.
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Entrevista a Omar Gonzalez

Pese al diálogo, las cosas entre Cuba y EU no se resolverán a corto plazo
En Latinoamérica se avizora un futuro muy explosivo, con preinsurrecciones
Foto
En México se enfrenta una crispación muy grande; yo sólo sentí algo similar en las etapas más difíciles de Colombia, aseguraFoto Francisco Olvera
Arturo Cano
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2015, p. 10
El diálogo entre Estados Unidos y Cuba es un proceso indetenible que tiene su propio camino y no se verá afectado por el conflicto entre el poderoso país del norte y Venezuela.
Así lo afirma el escritor Omar González, intelectual que, en su calidad de coordinador del capítulo cubano de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad (Redh), cuenta con información de primera mano sobre la realidad latinoamericana.
Ese entrenado ojo le permite decir que tras décadas de conflicto, tanto Estados Unidos como Cuba están buscando que el diálogo no se vea afectado por otros factores, aunqueserá un proceso necesariamente muy demorado.
González, amigo de intelectuales como Gabriel García Márquez, guarda las distancias pero recuerda que, por ejemplo, los encuentros entre EU y Vietnam, para reparación de los daños de guerra, se llevaron la friolera de nueve años. Tenemos que conversar con EU, pero es un proceso largo sobre el que no hay que hacerse ilusiones ni pensar que las cosas se van a resolver pronto.
Enseguida, fragmentos de la extensa conversación que González sostuvo con La Jornada.
–Resulta paradójico que Barack Obama parezca favorecer a Nicolás Maduro, entre otras cosas porque el chavismo es una fuerza que se fortalece en la confrontación.
–Ah, claro. Está entrenada, muy bien preparada. Tiene un adiestramiento indiscutible en ese tipo de lucha de confrontación con una oposición muy virulenta. Con la orden ejecutiva de Obama, la imagen de Venezuela se fortalece, incluso de cara a la Cumbre de las Américas. Una medida de este tipo es inconcebible, pero es claro que Obama está entrampado, tratando de dividir a la izquierda, cuando trata de mostrar al mundo que conversa con Cuba pero con Venezuela no hay diálogo posible.
Otra lectura de la declaratoria de Obama de Venezuela como unaamenaza es, sostiene González, que el presidente estadunidense extiende por esa vía una suerte de autorización:Es como una señal que le dice, a la ultraderecha, que tienen libertad para hacer lo que quiera, aunque EU no intervenga. El escritor pide recordar que a las órdenes ejecutivas siempre les sucede una escalada, aunque ésta pueda ser, como ahora, mediática, o tener la forma de una guerra económica.
México, país de la crispación
Desde hace más de una década, González ha participado en decenas de encuentros con intelectuales, escritores, científicos y periodistas de todos los países de América Latina. Con esa carga dice que en el subcontinente se avizora un futuro muy explosivo, donde se observan situaciones preinsurrecionales en algunos países y con cambios en curso en otros, donde existen gobiernos progresistas. Los cambios están ocurriendo, aunque las formas de lucha hayan cambiado y no se den con la radicalidad de los manuales. Son las revoluciones de ahora.
En un recorrido a vuelo de pájaro por lo que ocurre en América Latina, González llama la atención sobre el tono muy a la derecha de las protestas contra el gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, donde algunos piden la intervención de los militares. “Allá vi manifestaciones con visos facistoides muy extremos, piden sangre, piden que se desbarate todo, no es un cambio light lo que están promoviendo”.
–¿No le parece que es un sector minoritario el que demanda eso en las protestas?
–Lo es, pero también hay mucho coro.
–La derecha y sectores de la izquierda latinoamericana siguen planteando el dilema Lula o Chávez. ¿Qué le parece?
–Esa dicotomía no tiene sentido. En México, por ejemplo, la intelectualidad de izquierda gira, desde mi punto de vista, alrededor de tres ejes: los zapatistas, el Partido de la Revolución Democrática y ahora Morena. Los otros no estaban demasiado preocupados por la cultura de manera sistemática. Hoy existe una crisis indiscutible en las fuerzas de izquierda, y eso va a tener repercusiones entre la intelectualidad. Es hora de pensar el mundo desde México, a la manera de una iniciativa que llevamos a cabo en Bolivia. Es posible porque la situación que hay en México es muy convocante. Se vive aquí crispación muy grande; yo sólo sentí algo similar en las etapas más difíciles de Colombia.
Venezuela y sus intelectuales
La Redh ha girado buen tiempo en torno al proceso venezolano, desde que en 2004 se realizó una importante reunión de intelectuales con el presidente Hugo Chávez.
A pregunta, González reconoce que un sector de la intelectualidad venezolana se alejó del llamado proceso bolivariano. Entre los factores que condujeron a esa situación, el escritor menciona el malestar por las leyes habilitantes, lanzadas por Chávez vía decreto, que fuecapitalizado por la oposición, pero añade que un sector de los intelectuales venezolanos estaba de por sí muy ligados a la oligarquía y se caracterizaba por tener una fuerte dosis de racismo, de modo que no tragaban al primer mulato presidente en la historia
–El pataenelsuelo, decían los carteles en las marchas opositoras.
–Sí, eso eran muchos de esos intelectuales, dueños de periódicos, amigos nuestros de toda la vida.
–¿Habla de Teodoro Petkoff?
–Y de otros, como Miguel Henrique Otero (dueño El Nacional, el principal periódico venezolano), cuya madre, María Teresa, fue una persona muy allegada a Cuba, amiga de Alejo Carpentier. En el seno de la familia Otero hubo un conflicto fuerte por Chávez. Pero llegó un momento en que El Nacional era casi el líder la oposición.
–Bueno, no casi, durante el paro petrolero los medios y la cúpula de Petróleos de Venezuela eran los líderes opositores.
–Yo siempre los minimizo, no tanto.
–La oposición venezolana parece haber aprendido: volvió al terreno electoral con un candidato único.
–Creo que fue muy torpe cuando renunció a las elecciones.
–La historiadora Margarita López Maya sostenía que el problema es que Chávez abandonó la Constitución para imponer el modelo comunal que fue derrotado en el referendo de 2007.
–Chávez fue siempre muy constitucional. Hizo tantas elecciones, tantos referendos, tantas pruebas de democracia.
–Un venezolano me decía que lo mejor del chavismo es el pueblo negro, sudoroso y desdentado.
–Los que están en los cerros.
–Sí, el chavismo popular.
–No, hay intelectuales de nuevo tipo. Una visión nueva requiere un nuevo tipo de intelectuales. Por ejemplo, los medios han creado intelectuales mediáticos, que no tienen nada que ver con ese modelo clásico de los enclaustrados en su torrecita.
“La venezolana es una revolución a la que le hace falta pensarse y repensarse. Tú notas esa ausencia de un pensamiento, que había mucho con Chávez, en muchos procesos políticos. Debe ser la dinámica, el ritmo de estos tiempos. Habría que ordenar esa profusión de fragmentos que tanto tiene que ver con la propia identidad, articularlos, y ahí pudiera haber un discurso político.
“Cada vez está más disperso identificar un discurso político coherente en cualquier proceso, y hay una desazón, un abandono de aquello que caracterizó a la izquierda en los 60: casi podría decirse que primero pensaba y después actuaba o que era simultáneo.
Puede ser bueno recurrir al pasado para entender el presente, porque sin memoria no se puede visualizar el futuro, pero también indica una ausencia muy grande de nuestros contemporáneos.

Mexico SA

México SA
Vacaciones vs. combustibles
En México, 40% más caros
A la baja... en otros países
Carlos Fernández-Vega
A
punto de comenzar el periodo vacacional por la llamada Semana Santa, no pocos aspirantes a viajeros piensan dos veces sus recorridos por la bella República, porque los precios de los combustibles (que ya no suben) impactan severamente sus presupuestos, la mayoría de los cuales no son precisamente abundantes.
Con el pretexto de que es necesario equiparar los precios internos de los combustibles con los externos (léase los de Estados Unidos), mes tras mes y durante muchos años el gobierno federal incrementó los precios domésticos, al grado que a estas alturas los internos superan en cerca de 40 por ciento a los externos.
De acuerdo con los especialistas de GlobalPetrolPrices, como regla general los países más ricos tienen los precios más altos, mientras los países más pobres y los que producen y exportan petróleo tienen precios significativamente más bajos. Una excepción es Estados Unidos, país económicamente avanzado con los bajos precios de gasolina. Las diferencias de precios entre países se deben a los diferentes impuestos y subsidios para la gasolina. Todas las naciones tienen acceso a los mismos precios del petróleo en los mercados internacionales, pero se imponen diferentes impuestos. Pero México rompe la regla citada, y como productor y exportador de petróleo registra elevados precios de los combustibles.
Un informe de la Cámara de Diputados detalla que mientras en el vecino del norte dichos precios registran altibajos, en México siempre suben, nunca bajan. Así, de enero de 2007 a igual mes de 2015 el precio de la gasolina Premium se incrementó 73.04 por ciento, al pasar de 8.31 a 14.38 pesos por litro; el de la Magna 100.74 por ciento (de 6.76 a 13.57 pesos) y el del diésel 147.82 por ciento (de 5.73 a 13.20 pesos).
En ese mismo periodo, de acuerdo con el Inegi, la inflación acumulada fue de 38.23 por ciento, de tal suerte que el precio de la gasolina Premium se incrementó 1.9 veces por arriba de la inflación, el de la Magna 2.63, y el del diésel 3.87. En enero de 2007 llenar un tanque de gasolina con capacidad de 40 litros costaba 270.40 pesos; en igual mes, pero de 2015, por el mismo volumen se pagaron 542.80 pesos. Obvio es que más que rebasado quedó el citado pretexto gubernamental de equiparar los precios internos y externos.
El análisis de la Cámara de Diputados señala que “el descenso de los precios de los petrolíferos en Estados Unidos como producto de la reducción del valor de los hidrocarburos a nivel internacional y los constantes incrementos en México, han generado que al 12 de enero de 2015 (fecha de corte del informe) el precio de la Premium en nuestro país resulte 5.21 pesos por litro más caro que en el vecino del norte; la Magna lo es por 5.98 pesos por litro y el diésel por 2.52 pesos por litro”.
Detalla que en México existe un conjunto de precios de bienes y servicios administrados por el gobierno federal que están regulados por la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, cuyainterpretación corresponde a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que es la establece y revisa los precios y tarifas de los bienes y servicios de la administración pública federal y con la Secretaría de Economía las bases para fijar dichos precios y tarifas. Así, los precios al consumidor de las gasolinas y el diésel son administrados y determinados por esas dependencias del Ejecutivo, y tienen como características que no responden a las leyes del mercado. Por el contrario, están determinados por el sector público en mercados no competitivos, de allí que nunca desciendan, es decir, compran barato a los productores y venden caro a los consumidores.
La Cámara de Diputados explica que de acuerdo con la Secretaría de Energía, la política de administración de los precios de las gasolinas y el diésel instrumentados en el país tiene como objetivo emitir señales económicas apropiadas a través de mecanismos de precios y que reflejen los costos de oportunidad en una economía abierta, de tal manera que simulen condiciones de mercado en el ámbito del monopolio estatal; además de contar con mecanismos de fijación de precios que brinden una respuesta rápida a las condiciones de oferta y demanda y lograr transparencia en la integración de los precios. Pero loscostos de oportunidad no son para los consumidores, quienes pagan el impuesto especial sobre producción y servicios y el impuesto al valor agregado.
Refiere que uno de los rasgos más importantes de la política gubernamental de precios de los combustibles es que es inelástica a shocks económicos de origen interno o externo, como puede ser el incremento/reducciones de los precios internacionales de los hidrocarburos, el principal insumo para su producción o movimientos drásticos del tipo de cambio. En contrapartida, en Estados Unidos el sistema de precios responde a criterios de competencia y son altamente elásticos a la presencia de estos shocks, por lo que reflejan sus costos de producción, como consecuencia, bajan cuando el precio de los hidrocarburos, principal materia prima utilizada para su producción, se reduce, y viceversa; por el contrario, en un esquema administrado, independientemente de la tendencia del mercado petrolero mundial, los precios de las gasolinas y el diésel generalmente se fijan al alza o se congelan, tal como ha ocurrido en nuestro país.
En 2015, señala el citado informe,internamente el precio de las gasolinas y el diésel sufrieron un incremento que será único para el resto del año, a menos que exista una situación fiscal extraordinaria que obligue al gobierno federal a modificar esta política, situación que no se puede descartar, dado el complejo panorama del mercado internacional del petróleo y la alta dependencia fiscal que nuestro país tiene de la exportación de hidrocarburos.
Los precios de los combustibles en México a principios del 2015 se fijaron en sentido contrario de la tendencia internacional: en nuestro país se encarecieron aún más, mientras en Italia, Holanda, Noruega, Hong Kong, Grecia, Dinamarca, Reino Unido, Turquía, Israel, Finlandia, Francia, Alemania, Suiza, Suecia, Bélgica, Japón, Estados Unidos y Canadá, entre otros, se abarataron debido a la caída de los precios internacionales de los hidrocarburos.
Las rebanadas del pastel
Un país sin educación no tiene futuro, y parece que México hace lo imposible por no tenerlo: quedaron fuera 91 de cada 100 aspirantes a ingresar a una licenciatura en la UNAM.


Accion ejecutiva de Obama: carrera contra el tiempo

Acción ejecutiva de Obama: carrera contra el tiempo
Ana María Aragonés
E
l 20 de noviembre de 2014 Barack Obama impulsó sin apoyo del Congreso el programa acción diferida para padres de ciudadanos estadunidenses y residentes legales permanentes (DAPA, por sus siglas en inglés), que busca conceder permisos de trabajo y detener las deportaciones a los padres y madres de hijos ciudadanos estadunidenses, así como ampliar la cobertura del programa acción diferida para los llegados en la infancia (DACA), que beneficia a aquellos hijos de indocumentados que llegaron de niños al país. Estos programas beneficiarían a poco más de 5 millones de indocumentados, de acuerdo con cálculos de Jeffrey Passel y Eileen Patten.
Los presidentes de Estados Unidos tienen una herramienta que les permite implementar o modificar una ley cuando la política doméstica lo demande o en momentos de guerra; son las llamadas acciones ejecutivas. Y si bien se trata de un instrumento que no está definido claramente en la Constitución de Estados Unidos, la realidad es que, como señalan Chu y Garvey, son aceptadas como un aspecto inherente al poder presidencial y tienen la fuerza y efecto de una ley. Y a pesar de la falta de claridad acerca de su naturaleza, los diversos presidentes, desde la fundación de Estados Unidos, las han utilizado.
Sin embargo, este instrumento puede ser modificado o revocado por diversas vías. Una de ellas es por conducto del Congreso, que puede dificultar el otorgamiento de los fondos necesarios para llevar a cabo los cambios propuestos. Esto se intentó en el caso del presidente Obama al negarle los fondos al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encargado de aplicar los programas DACA y DAPA. No obstante, como esto implicaba comprometer gravemente la seguridad nacional, el Congreso se vio en la necesidad de aprobar el presupuesto sin más objeciones el pasado 3 de marzo.
La otra vía es la judicial, y los republicanos también la han puesto en marcha. El 16 de febrero del año en curso el juez federal Andrew Hanen emitió una suspensión temporal a la acción ejecutiva de Barack Obama, pues sostiene que su administración no ha cumplido con los procedimientos que rigen este mecanismo. El Departamento de Justicia (DOJ) respondió interponiendo un recurso de apelación ante la corte del juez Hanen en Brownsville, Texas, con el objetivo de levantar la medida cautelar que suspendía temporalmente la acción ejecutiva. Ante ello el juez Hanen solicitó más tiempo y demoró su respuesta hasta el 19 de marzo, y ese día señaló que posiblemente impondrá sanciones al Departamento de Justicia por considerar que el gobierno lo engañó en torno a la fecha en que comenzó a aplicar una de las medidas asentadas en la orden ejecutiva. El problema es que el tiempo corre y hasta el momento no se ha presentado ni dictamen ni sanción alguna, según el corresponsal Juan Lozano, de la Prensa Asociada.
La estrategia de alargar el proceso y dejar en un limbo jurídico a los programa DACA y DAPA el mayor tiempo posible, podría obedecer a que sólo dos órdenes ejecutivas han logrado revocarse por la vía judicial, según señala Mark Koba (CNBC). Por tanto, se estaría apostando a la otra vía posible, que es llegar a la siguiente elección para que el nuevo presidente, que esperan sea republicano, elimine por completo la posibilidad de los cambios propuestos por Barack Obama. Pues, de lo contrario, si se hacen efectivos los programas DAPA y DACA, aun cuando un nuevo presidente puede revocar las acciones ejecutivas del presidente anterior, la verdad es que sería casi imposible quitar los documentos a cerca de 5 millones de personas. Como lo reconoce el propio juez Hanen al declarar sobre el tema, no existe una manera efectiva de regresar la pasta de dientes dentro del tubo.
Las elecciones presidenciales no están tan lejanas y los republicanos piensan en una victoria presidencial, pues en una encuesta de opinión electoral para 2016 elaborada por CNN, entre las preferencias electorales se presenta el republicano Jeb Bush (ex gobernador de Florida, hijo y hermano de dos ex presidentes), que puede ser un fuerte competidor de Hillary Clinton, la cual se perfila como la candidata del Partido Demócrata.
Barack Obama está consciente de dicha situación, por lo que está tratando por todos los medios de llegar a la otra vía que es la Suprema Corte, donde espera ganar, pues hasta ahora ésta ha sido la tendencia histórica de las acciones ejecutivas.
La lucha en los tribunales se ha convertido en una carrera contra el tiempo, tanto por parte de los republicanos, para evitar que los migrantes salgan de la clandestinidad, como para los demócratas, que no sólo están comprometidos con los migrantes, sino que además serían un activo importante para ganar las próximas elecciones.


Proyectos bajo acoso

Proyectos bajo acoso
Pedro Miguel
P
ara los gobiernos progresistas de Sudamérica corren tiempos difíciles. La virulencia de una oposición interna mayoritariamente azuzada por Estados Unidos y Europa occidental era el principal problema del gobierno venezolano hasta que las cotizaciones internacionales del crudo se vinieron abajo. En Buenos Aires la Casa Rosada tenía suficiente con la ofensiva de los especuladores foráneos –los representantes de los fondos buitres–hasta que hubo de hacer frente al sórdido suicidio del fiscal Alberto Nisman, ocurrido en el contexto de una renovada campaña de desestabilización de los sectores oligárquicos afectados por las medidas gubernamentales. Dilma Rousseff no sólo se encuentra agobiada por el estancamiento en el que ha caído la economía brasileña, sino ahora también por el más reciente escándalo de corrupción que ha detonado en Petrobras. Una tribulación similar afecta a Michelle Bachelet, cuyo hijo fue pillado en negocios inmobiliarios más bien turbios. En Uruguay ha terminado el mandato carismático de José Mujica y ha vuelto al poder Tabaré Vázquez, un político sin duda eficaz pero más rutinario y, lo decisivo, menos resuelto en los asuntos de la integración regional. Por si algo faltara en el panorama, en Bolivia el Movimiento al Socialismo de Evo Morales acaba de sufrir una derrota electoral significativa nada menos que en El Alto, su bastión tradicional, y en otras demarcaciones.
Desde luego, la circunstancia económica internacional ha hecho lo suyo; además, el proverbial injerencismo occidental en la región está al alza: Barack Obama acaba de formular una declaración de enemistad contra Venezuela cuya carencia de fundamento real –de cuando acá el país caribeño puede ser considerado una amenaza a la seguridad estadunidense– está más que compensada por el sustento de los intereses energéticos y geoestratégicos de la superpotencia. La clase política madrileña tradicional –de Mariano Rajoy a Felipe González– está también en plena ofensiva propagandística con el propósito de serrucharle el piso a Nicolás Maduro. En Argentina elaffaire Nisman tiene el sello característico de los servicios de inteligencia de Israel y de Estados Unidos. Las oligarquías locales, por su parte, parecen reagruparse bajo el designio de una restauración continental en contra de los programas políticos populistas ydemagógicos. Esos factores permiten explicar, en parte, los problemas que afrontan los gobiernos así (des)calificados por los capitales trasnacionales y sus representantes políticos. Se ha escogido bien el momento: cuando el ciclo de expansión económica llega a una fase de agotamiento y cuando se hace sentir el desgaste del poder.
Sin ignorar esos componentes del actual panorama político y económico sudamericano, sería un error ignorar que en él confluyen también carencias y omisiones gubernamentales. La primera es haber ignorado o subestimado la capacidad de subsistencia de la corrupción. En efecto, no basta con recuperar la soberanía nacional –la financiera, la comercial, la tecnológica, la diplomática– ni emprender medidas exitosas de política social, y ni siquiera reformar radicalmente la institucionalidad republicana –casos de Venezuela y Bolivia– para mantener a raya ese fenómeno.
Ha faltado también sentido de futuro para imaginar estrategias capaces de satisfacer las expectativas de los sectores llegados a las clases medias como resultado directo de la disminución de la pobreza –Brasil–, ir más allá de los cauces de la democracia representativa tradicional y establecer instituciones de democracia directa o, cuando menos, participativa. En otros términos, no es suficiente con alterar las ecuaciones del poder a favor de las mayorías: es preciso, además, que estas mayorías se reconozcan como protagonistas de las transformaciones en curso, de las ya realizadas y de las que se encuentran en proyecto.
Una asignatura pendiente particularmente angustiante es la de la inseguridad y la violencia delictiva. A la vista de las cifras correspondientes en Argentina, Brasil y Venezuela, hay que reconocer que no basta con deslindarse de las políticas neoliberales más agresivas para abatir estos fenómenos, que parecen ser expresión de una crisis civilizatoria más perdurable y trascendente que la simple globalización, sea cual sea la modalidad nacional que se adopte: la soberanista e integracionista de la mayor parte del continente o la supeditada, asumida por los gobiernos de México, Perú y Colombia.
Sudamérica se encuentra, pues, en una peculiar encrucijada: tal vez sus gobiernos logren superar las tremendas dificultades que los acechan y avanzar en la consolidación de una propuesta alternativa al neoliberalismo puro y duro y consolidan a la región; pero si no realizan un ejercicio de autocrítica, realismo, imaginación y visión de futuro, esta generación de proyectos políticos progresistas podría quedarse en el camino y ser remplazada por una desastrosa restauración oligárquica. Ojalá que no.
Twitter: @Navegaciones
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  • Mi Cuba
    Misil
    Los yankees, quieren negociar, pero cn el sector privado, para poder crear una quinta columna interna, crear una capa burguesa, o lo que es igual un país dos sistemas, en nuestro peís el pueblo es el que gobierna, que traten con nosotros, y luego veremos. Internet, si pero el estado tiene que tener control, el contratista que estuvo preso fue por querer crear una red paralela. Siguen encaprichado en cambiar nuestro sistema social, y eso no lo vamos a permitir, nuestro Socialismo, no es el Socialismo exportado de Europa, el nuestro fue abonado con la sangre de mucho de nuestros hermanos. Piden más cooperación de nuestros dirigentes, y aún nuestra Sección de Intereses en el Imperio, no tiene un banco donderealizar sus operaciones, fariceos es lo que son.
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Mexican@s, al grito del agua

Mexican@s, al grito del agua
Víctor M. Toledo
E
l agua grita. El agua sobrexplotada, contaminada, envenenada o convertida en vapor. El agua nos convoca. Nosotros le respondemos. El agua une, moviliza y hace conciencia ¿Acaso no somos agua defendiendo el agua? ¿No somos la vida misma amenazada por el imperio de las máquinas? ¿Las máquinas movidas por la energía del infierno y la codicia y ambición de unos cuantos? Golpe tras golpe, los mexicanos ya aprendimos que contra lo que debería ser y no es, el Estado está, con sus honrosas excepciones, del lado del capital y no del de la sociedad. Los ejemplos saltan. El Estado está del lado de las mineras, de los consorcios hoteleros, de las corporaciones energéticas, de los dueños de las inmobiliarias que construyen febrilmente millones de microscópicas viviendas como panales obreros. En el diferendo jurídico por el que los ciudadanos logramos detener la entrada del maíz transgénico, tanto la Sagarpa como la Semarnat se han puesto de parte de las gigantescas empresas biotecnológicas y alimentarias (Monsanto y Syngenta a la cabeza), no del lado de la sociedad o del país. Las mal llamadas reformas estructurales son los mecanismos para abrir y mantener abiertas las venas de la nación.
Como ha sucedido con el petróleo, el gas, los minerales, los paisajes y la biodiversidad, Estado y capital van ahora en franca complicidad por el agua. Aquí de nuevo el dilema es quién gobierna, controla y gestiona el líquido vital. Los seres humanos como los seres vivos dependemos del agua y, más precisamente, del ciclo hídrico que incluye tanto el movimiento del agua superficial como de las aguas subterráneas, los flujos visibles e invisibles. Ambos ciclos tienen lugar en las cuencas, de ahí que un criterio clave es la búsqueda de un buen manejo de la cuenca y no solamente de las diversas fuentes de agua que se encuentran dentro. Por ello la correcta gobernanza del agua requiere de un esfuerzo colectivo, algo que las sociedades antiguas hicieron y que las verdaderas sociedades democráticas deben hacer. La gestión adecuada del agua implica democracia desde abajo, acciones participativas, consensos, información y conocimiento científico, esfuerzos de las colectividades en territorios concretos. Y esto pone en evidencia lo anacrónico de las instituciones de la modernidad, tremenda paradoja, deja al descubierto la inoperancia de la democracia representativa, la poca eficacia y la corrupción de las instituciones dedicadas al tema (Conagua a la cabeza), las contradicciones jurídicas y la enorme trampa que representa la nueva ley del agua impulsada por el gobierno actual, la que quiso imponer y aprobar en unas cuantas horas. Los ciudadanos respondimos al llamado del agua.
Para sorpresa de quienes buscan quedarse con el agua (los parásitos y los depredadores), miles de mexicanos y sus organizaciones han creado un gran frente de resistencia que agrupa a científicos, abogados, técnicos, comunidades de regantes, asociaciones civiles, núcleos rurales y ambientalistas. Este frente reclama la gestión social de los ciclos locales bajo criterios de equidad y sustentabilidad. Con el lema de Agua para tod@s; agua para la vida, echó a andar con un gran congreso en diciembre de 2012 y en sus inicios conjuntó 40 organizaciones locales y regionales y 15 de escala nacional (ver). Estas organizaciones y otras muchas en acción conjunta lograron detener la ley negociada por los partidos. Sólo la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), logró recabar 12 mil firmas en unos cuantos días.
En México las batallas en defensa del agua se han multiplicado por todos sus rincones. Por el agua están dando la vida los habitantes de Tecámac (Edomex), los ciudadanos de Baja California Sur, el movimiento popular de San Pedro Mártir, los yaquis de Sonora, las mujeres zapatistas del Lerma, más de 90 comunidades de la Sierra Norte de Puebla. Nuestros registros hemerográficos revelan 65 conflictos por el agua. Ante la dura batalla jurídica que tendrá lugar en junio próximo, cuando se discutirá de nuevo la legislación en torno al agua, habrá que presentar un gran frente nacional ciudadano que impulse una ley inspirada en un nuevo paradigma civilizatorio. El agua debe ser, como lo señala el artículo cuarto de la Constitución, un bien común, un derecho humano, que debe ser gestionado sin fines de lucro y pensando en las generaciones futuras.
Hoy el agua nos grita y nos exige una modalidad de gestión completamente inédita. El agua, como máxima representante de la naturaleza, nos domestica y nos civiliza. Hay que dejar atrás los sistemas autoritarios, verticales, centralizados y mercantilizados para crear formas ciudadanas, colectivas y verdaderamente democráticas. Hay que crear una legislación que promueva la gestión trans-escalar del agua: comités de microcuencas, de subcuencas y consejos de cuencas, todo lo cual dé lugar a un organismo de escala nacional que sea transparente, diverso y abierto al consenso. Ello significa que los ciudadanos expropiemos la Conagua y se anule todo intento por mantener esas estructuras turbias por las que los presidentes del país desde hace décadas han dispuesto de una caja chica de miles de millones de pesos para sus oscuros intereses y sin control alguno. Hoy el agua nos grita que ha llegado el momento de decir basta, y echar a andar. ¡Mexican@s, al grito del agua!
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  • obligatorio
    JC
    ver la película "La Corporación". Absurdo que a los habitantes de la vega de un río no puedan sacar agua para sus necesidades, porque el presidente lo dice.
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