EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 4 de julio de 2022

Mexico SA

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Biden ve osos por todas partes // Negocio armamentístico, boyante // ¿Barril petrolero a 380 dólares?

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▲ Ciudades del este de China reforzaron las medidas de restricción ante el covid-19 tras la aparición de nuevos focos de contagio, lo que supone una amenaza para la recuperación económica bajo la estricta política gubernamental de cero coronavirus. Wuxi, centro manufacturero situado en el delta del Yangtze, en la costa central, suspendió las operaciones en tiendas y supermercados, así como los servicios de comida en los restaurantes. Además, el gobierno emitió la recomendación de trabajar desde casa. El condado de Si, en la provincia de Anhui, encerró a sus 760 mil residentes y suspendió el tráfico público. Yiwu, capital china de la exportación de pequeños productos, canceló los vuelos a Pekín durante un periodo no especificado. (Con datos de Reuters)Foto Afp
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icen los oftalmólogos que al presidente Joe Biden se le incrustó un oso ruso en la retina, porque desde febrero pasado es lo único que ve (y de paso utiliza como pretexto para justificar el creciente malestar de los estadunidenses por los pésimos resultados económicos de su gobierno que se traducen en decrecientes niveles de bienestar); otros especialistas consideran que, en realidad, se le empotró el signo de dólares, resultante del jugosísimo negocio que tal personaje ha armado en Ucrania para que sus amigos del complejo industrial-militar se den vuelo con el voluminoso cuan creciente presupuesto que la Casa Blanca, con el aval del Congreso, destina a esa nación europea, siempre con la muletilla de que todo se hace para fortalecer la paz en la región.

En realidad son las dos cosas: el pretexto del oso ruso lo utiliza para intentar justificar el vertiginoso aumento inflacionario, especialmente en el caso de los combustibles, y el desbarajuste económico provocado a partir de su decisión –seguida por sus marionetas en los gobiernos europeos–, de aplicar interminables sanciones a Rusia, mismas que han tenido un creciente impacto negativo (efecto búmeran) en las mismas naciones del viejo continente que le siguieron el juego. Y el signo de dólares le aletea en la retina, porque le hace recordar los enormes negocios que George W. Bush y su inseparable hampón Dick Cheney hicieron en Irak, y él quiere seguir ese camino en Ucrania –aunque ahí no hay tanto petróleo– con los (hasta ahora) 40 mil millones de dólares aprobados para dicho país (prácticamente todo para armamento… que le vende el complejo industrial-militar estadunidense).

Para no ir más lejos, en la reciente Cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid, Biden ofreció una conferencia de prensa y en ella se le trabó la cinta: lo fundamental es que, en última instancia, la razón por la que los precios de los combustibles han subido es por culpa de Rusia, Rusia, Rusia, Rusia. La razón por la que existe la crisis alimentaria es por culpa de Rusia. Rusia no permite que salga el grano de Ucrania, y si no repitió más el nombre del oso fue porque se le acabó el tiempo. Rusia hasta en la sopa, pero quien decidió boicotear el petróleo y el gas rusos fue él mismo, sin medir consecuencias ni enterarse de la dependencia que de esos combustibles tiene Europa. Fue Rusia, dice, y se quedó tan tranquilo.

El oso es culpable de todo, según Biden, pero en Rusia los precios de los combustibles no se han incrementado. Por ejemplo, desde el inicio del conflicto bélico en Ucrania el litro de gasolina regular incluso se ha reducido ligeramente –lo mismo con el gas natural y el licuado de petróleo–, mientras en Estados Unidos y Europa los consumidores ya no sienten lo duro sino lo tupido por los niveles históricos que deben pagar, si pueden, por gas, electricidad, gasolinas y diésel.

Pero lo peor podría estar por venir: los precios mundiales del petróleo podrían alcanzar unos 380 dólares por barril si los países de Occidente aplican nuevas sanciones económicas contra Rusia e imponen topes al precio de su crudo, informó Bloomberg citando a analistas del grupo financiero JPMorgan Chase. De acuerdo con sus expertos, los intentos de los países del G-7 de reducir los ingresos de Rusia a través de la limitación de la cantidad de dinero que puede obtener por cada barril que vende, obligarían a Moscú a adoptar contramedidas. Advierten que Moscú puede permitirse recortar la producción diaria de petróleo en 5 millones de barriles sin dañar significativamente su economía. Esta decisión podría tener consecuencias desastrosas para otros países, ya que los precios del crudo podrían alcanzar los 190 dólares si Rusia reduce su producción diaria en 3 millones de barriles, mientras que el recorte de 5 millones podría provocar un salto a 380 dólares. Es probable que el gobierno ruso tome represalias recortando la producción como una forma de infligir dolor a Occidente. La estrechez del mercado mundial del petróleo está del lado de Rusia.

El barril mexicano de exportación inició julio con una cotización de 103.02 dólares.

Las rebanadas del pastel

Según el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, la estrategia de abrazos, no balazos, es demagogia y hasta cierto punto complicidad. ¿En serio?, porque en realidad demagógica y cómplice es la Iglesia católica con sus curas pederastas, a quienes dice investigar, pero los mantiene impunes. Y esa es una práctica añeja.

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