Sembrando Vida: propuesta regional
esde su casa de Palenque, Chiapas, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que propondrá el jueves próximo a su homólogo estadunidense, Joe Biden, un plan de colaboración para incidir en la reactivación económica del sur de México y el llamado triángulo norte centroamericano: El Salvador, Guatemala y Honduras), regular la migración procedente de esos países hacia Estados Unidos y contribuir a la atenuación del cambio climático.
La base de la propuesta ya es conocida, pues había sido expresada en diversas ocasiones por el mandatario mexicano: llevar a tierras salvadoreñas, guatemaltecas y hondureñas el programa de reforestación con árboles frutales y maderables Sembrando Vida, mediante una colaboración pactada entre Estados Unidos, México y las naciones referidas, con el fin de generar fuentes de empleo, impulsar la generación de bienestar e incidir así a resolver problemas sociales como el desempleo, la delincuencia organizada, la violencia y la desintegración comunitaria y familiar, que son las causas de la migración masiva hacia Estados Unidos.
Ayer, López Obrador fue más allá y vinculó ese plan con una propuesta de regulación migratoria: que el gobierno de Washington conceda una visa de trabajo por seis meses a quienes laboren por tres años consecutivos en Sembrando Vida y que la repetición de varios de esos ciclos abra a quienes lo deseen la posibilidad de obtener residencia e incluso nacionalidad en el país vecino del norte.
Esta evolución de la iniciativa lopezobradorista parte de dos consideraciones: por un lado, que incluso si la reactivación económica fuera un completo éxito, ello no necesariamente eliminaría el deseo de muchos de acudir a territorio estadunidense a obtener mejores ingresos y condiciones de vida; por el otro, que a pesar de las políticas antimigratorias de Estados Unidos, la economía de este país necesita de la mano de obra extranjera en diversos de sus sectores para desempeñarse de manera adecuada en los mercados globales.
Por ambas razones, con la reformulación de la propuesta y su vinculación entre el proyecto de reforestación masiva y las disposiciones migratorias estadunidenses se incrementan las posibilidades de que sea aceptada.
El presidente mexicano informó que, de manera adicional, el programa mexicano incluirá acciones ambientales como no extraer más petróleo que el que el país requiere para producir sus combustibles –lo que significa establecer un límite a la extracción de crudo de dos millones de barriles diarios–, así como repotenciar las 14 mayores hidroeléctricas del país, con la finalidad de desechar las plantas de combustóleo y generar energía de manera limpia y renovable.
La reunión virtual entre ambos mandatarios, agendada para el jueves de esta semana, estará dedicada a las acciones sobre cambio climático. Es claro que la parte mexicana llegará al encuentro con una iniciativa sustancial, integral y con sentido común que contribuirá a despejar los malos augurios sobre un supuesto desencuentro entre AMLO y Biden por políticas ambientales y que ofrece, además, la posibilidad de alcanzar mecanismos de regulación migratoria que Washington necesita con urgencia. Cabe esperar, pues, que el mandatario del país vecino sea receptivo a la propuesta. La jornada
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