EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 16 de octubre de 2017

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México SA Dos ministros de a 2% Videgaray-Meade: saldo EPN: México en paz Carlos Fernández-Vega
¡F elicidades!, mexicanos suertudos, que ahora no tienen uno, sino dos ministros de finanzas del (d) año (en apenas un sexenio, el de Peña Nieto), privilegio que nadie en América Latina puede presumir, ni siquiera los países que permanentemente reportan el mayor crecimiento económico regional, el cual, dicho sea de paso, para el nuestro es asignatura pendiente desde hace tres décadas y media. Así es: los mexicanos son la envidia de tirios y troyanos, porque a la reconocida brillantez de Luis Videgaray, primer ministro del (d) año y ahora aprendiz de canciller, se suma la de José Antonio Meade, quien el pasado viernes obtuvo el citado galardón (cortesía de la revista especializada Global Markets) y no por una mera casualidad, porque –siempre según los otorgantes de la preciada medalla– el susodicho ha tenido la templanza y firmeza en el manejo de la economía mexicana durante un año difícil, amén de la adecuada política fiscal, la estabilización de la deuda pública respecto del PIB y las resultantes mejoras en las perspectivas sobre las calificaciones crediticias del país. Eso y mucho más, y como es tradición no faltó el piropo a modo (en este caso de la subsecretaria de Hacienda, Vanesa Rubio, quien recibió el premio en nombre de Meade), en el sentido de que el citado galardón es un reconocimiento internacional a las políticas financiera y fiscal del presidente Enrique Peña Nieto. ¡Ole! Entonces, con eso y un jarrito de atole México de nueva cuenta está en el umbral del primer mundo, con todo y que los habitantes de esta República de discursos ya no sienten lo duro sino lo tupido. ¡Congratulaciones!, pues: dos ministros del (d) año, cuya mejor carta de presentación es un crecimiento anual promedio de la misma proporción, es decir, a duras penas 2 por ciento, endeudar hasta la coronilla a los mexicanos (60 por ciento de aumento en lo que va del gobierno de EPN), decretar un megagasolinazo que no tiene parangón y aumentar los impuestos en proporciones maquiavélicas, porque al final de cuentas la mayor captación tributaria sólo ha sido útil para pagar crecientes intereses de la deuda pública (2.9 billones de pesos en lo que va del sexenio) y, desde luego, mejorar el de por sí elevadísimo nivel de vida de la clase político-empresarial, algo inversamente proporcional al de la mayoría. Ya entrados en gastos, el todavía gobernador del Banco de México, Agustín Carstens –quien muy cerca está de viajar a Berna, Suiza, para ocupar la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales– se aferra a su destartalada bola de cristal para pronosticar, una vez más, un futuro promisorio para el país, algo que viene diciendo desde que despachaba en la oficina principal de la Secretaría de Hacienda, con Felipe Calderón, momento de su tesis del catarrito brutalmente se estrelló con la realidad. Ahora, tal visión, combinada con su tesis de la temporalidad (todo es pasajero), también la aplica a las supuestas negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de las que espera un buen resultado, siempre con la expectativa de que se llegue a buen puerto en beneficio de sus tres socios. Pero si no resulta así, entonces no hay problema, porque si finalmente echan a México del mecanismo trilateral, entonces el impacto negativo sería de corto alcance (Carstens dixit) y la presión económica de corto plazo. Qué bueno que lo aclara, aunque es pertinente recordar que también pronosticó una volatilidad pasajera en el tipo de cambio peso-dólar, y en los hechos a lo largo del sexenio peñanietista la devaluación acumulada de nuestra moneda ronda 50 por ciento. También, su destartalada bola de cristal pronosticó el famosos catarrito que al país le costó un desplome de 6.5 por ciento en su producto interno bruto. Y así por el estilo. Pero bueno, ya se va a Berna. Y mientras ello sucede, el Centro de Investigación en Economía y Finanzas (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que los niveles inflacionarios permanecerán por encima de la meta del Banco de México por lo que resta de 2017, lo que limitaría el consumo interno y, por ende, el comportamiento económico del país. El CIEN detalla que en septiembre el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un aumento de 6.3 por ciento a tasa anualizada. Nuevamente, el precio de los energéticos ha sido uno de los elementos de mayor impacto en la evolución de la inflación (algo que, por cierto, Meade aseguró no sucedería). El incremento observado en el mes en cuestión fue de 15.3 por ciento en términos anuales y se dio como consecuencia de los crecimientos porcentuales de doble dígito en los precios del gas doméstico LP (24.4 por ciento), la gasolina de alto (21.6) y bajo octanaje (16.1) y el gas doméstico natural (12.8). Lo anterior se ha visto trasladado a los costos de transportación de las materias primas, de los productos finales, así como en la movilidad de las personas, ya que el incremento en el nivel de precios de los servicios de transporte fue de 10.1 por ciento. En cuanto a la inflación por nivel de ingresos, se aprecia nuevamente que las personas que obtienen los salarios más bajos se vieron afectados por los incrementos en el nivel de precios más elevados. Aquellos trabajadores que ganan cuando mucho un salario mínimo al día registraron una inflación de 7.1 por ciento, mientras las personas que devengan más de seis registraron un nivel inflacionario de 6.1. Quienes se ubican en el rango más bajo destinan la mayor parte de sus recursos a la adquisición de productos básicos para la alimentación, de manera que la inflación de 8.1 por ciento en la canasta básica tiene un impacto mayor en dicho sector de la población. Entonces, ¡gócenla!, que ya tienen dos ministros del (d) año de a dos por ciento. Las rebanadas del pastel ¿Y dónde quedó el México en paz prometido por el inquilino de Los Pinos?, porque de acuerdo con el Banco Mundial, su gobierno concretó compras de armamento en el extranjero por cerca de 7 mil 500 millones de pesos, 246.4 por ciento más, en términos reales, a las realizadas en 2010, un monto superior a los recursos públicos destinados a ciencia, tecnología e innovación... Por cierto, el aprendiz Luis Videgaray estará hoy en el Vaticano con el pretexto del 25 aniversario de las relaciones diplomáticas, pero todo indica que la intención real es pedir un milagrito para que el salvaje de la Casa Blanca no eche a México el TLCAN. Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

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