EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
miércoles, 7 de junio de 2017
Astillero
Astillero
La hora de los duros
En el Edomex y Coahuila
Margarita y las uvas (verdes)
Guatemala: extrañas coincidencias
Julio Hernández López
L
os cómputos distritales que comienzan hoy, y el final que se realizará el domingo, forman parte de la secuencia autoritaria que, recurriendo incluso a métodos violentos no usuales, pretende doblegar desde ahora la oposición partidista y cívica, en preparación de similares o peores prácticas que podrán ser aplicadas cuando llegue el momento de la elección presidencial.
Los órganos electorales tratarán de actuar, en estos días definitorios, en consonancia con ese libreto gubernamental de aplastamiento de la oposición morena. Marrullerías legaloides y manipulación mediática serán utilizadas para tratar de contener la fundada indignación de un segmento social, y los alegatos formales del partido principalmente afectado, respecto a discordancias numéricas evidentes, que confirman la existencia de una manipulación de cifras en los tramos del conteo rápido y los resultados preliminares, manipulación que fue utilizada para instalar un triunfo de Alfredo del Mazo en una primera fase periodística y, ahora, en el ámbito legal, en la verdad histórica respecto a estos comicios que sí han sido históricos, pero en cuanto a suciedad y violencia.
Es la hora de los duros. Enrique Peña Nieto ha apretado, sin miramientos, en busca de conservar, al costo que sea, el control de la entidad nativa y, sobre todo, la plataforma simbólica de viabilidad priísta en 2018. Miguel Ángel Osorio Chong y Eruviel Ávila, secretario de Gobernación y gobernador del estado de México, respectivamente, han operado con toda la rudeza necesaria, tratando, cada cual por su lado, de reivindicar el oficio político de las cañerías ante la predominancia de la tecnocracia encabezada por Luis Videgaray Caso.
Esta es la oportunidad de los políticos para mostrar cómo se puede entrampar y acaso vencer a López Obrador y Morena, haiga de ser como haiga de ser, a sabiendas de que la próxima asamblea nacional priísta podría poner diques a las pretensiones de los contendientes de sonrosada militancia clásica, como son Videgaray, el tierno Nuño y el maduro Narro (por fuera, pretendiéndose independiente, navega José Antonio Meade).
En ese contexto, los cómputos por realizarse serán un forcejeo intenso entre las evidencias que deberían llevar a la apertura de (muchos) paquetes electorales para su recuento y la línea superior, que ha indicado hacerlo en el menor número posible de casos. Es probable que a partir de hoy se vea una oficialidad electoral aferrada a maromas y recovecos normativos para eludir las demostraciones de la adulteración de cifras. Ayer mismo circulaban en las redes sociales distintos testimonios gráficos que ponían en evidencia la disminución de votos en las cuentas de Morena y el aumento sistemático en las del priísmo. Pero, a pesar de que se está ante un fraude a la vista (y no sólo en el punto concreto de los números asentados en actas), la cúpula del sistema político ha decidido cerrar las puertas a las mínimas apariencias democráticas previas y jugarse el todo por el todo en el estado de México.
El peñismo, pues, lo que necesita es una declaración final de mayoría en favor de Del Mazo, para tener de su lado la legalidad y actuar contra los impugnadores e incluso exacerbar de nuevo a las bandas que, antes de la jornada electoral y durante ésta, se dedicaron a amenazar, agredir y provocar. No es inconexo el hecho de que el coordinador de los diputados federales del PRI, el mexiquense César Camacho, esté insistiendo en la necesidad de que en un periodo extraordinario de sesiones del Congreso federal se apruebe, de inmediato, la famosa ley de seguridad interior. Tampoco es ajeno a ese libreto de vandalismo institucional la insistencia, en ciertos sectores oficialistas, de tratar de sacar adelante, a marchas forzadas, sin cuidar forma alguna, en un golpe de última hora, la figura de la segunda vuelta en elecciones presidenciales.
En Coahuila, el gobernador Rubén Moreira Valdez va con todo contra el calderonista Guillermo Anaya. El desaseo electoral es parecido al del estado de México, con todo el peso (descuadrado, primitivo) del gobierno estatal en favor del priísta Miguel Ángel Riquelme. Aun cuando el morenista Armando Guadiana y el independiente Javier Guerrero se han unido al panista Anaya en defensa de la necesaria limpieza electoral, el Moreira políticamente superviviente, Rubén (pues Humberto se hunde en la amargura), también está decidido a dar muestras de la dureza que el priísmo ha decidido para estas horas difíciles.
Felipe Calderón y Margarita Zavala van pintando su raya respecto del PAN y su dirigente, Ricardo Anaya, con la intención (perfilada desde muchos meses atrás) de que la ex presidenta del DIF nacional (éste ha sido su más alto y único cargo de gobierno) se postule como candidata independiente a la presidencia del país. Ayer, la mencionada ex presidenta lanzó una descalificación de fondo al que todavía es su partido: luego de las pasadas elecciones estatales, se está debilitando como la opción real de cambio para 2018 y, bajo la conducción del mencionado Anaya, Acción Nacional se está convirtiendo en todo lo que despreciamos del PRI. Por ello, Zavala estaría considerando no acompañar más al PAN.
Lo cierto es que el control de Anaya sobre la estructura del PAN hace poco probable que Zavala gane la postulación a la Presidencia de México y, ante ello, la abogada nacida en Ciudad de México prefiere recurrir a la fábula política y decir que siempre no quiere las uvas (panistas), que le son inalcanzables, porque no están maduras.
Y, mientras Peña Nieto cumple una visita oficial a Guatemala, que ha tenido la extraña circunstancia de coincidir con la estancia en cárcel del amigo de Los Pinos, Javier Duarte de Ochoa, y con la solicitud formal de extradición de este veracruzano, procedimiento oficial que estaba en suspenso pero ahora, luego del sugerente viaje, habrá de presentarse hoy, con lo cual se inicia un proceso que se estima tardará entre seis meses y un año en tener a Duarte de regreso a México, ¡hasta mañana!
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