EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
martes, 13 de junio de 2017
Astillero
Astillero
2018: división garantizada
Las otras alianzas
Coahuila: anular elección
SLP: camarillas corruptas
Julio Hernández López
L
a propuesta lopezobradorista, aprobada en un súbito congreso del partido Morena, de rechazar tajantemente la posibilidad de una alianza en 2018 con el PRD, es oro molido para la pretensión de Miguel Ángel Mancera de construir un cuarto polo de izquierda, que nuclee al sol azteca, a Movimiento Ciudadano y a candidatos independientes, como el propio jefe del Gobierno capitalino desea serlo para buscar la Presidencia de la República (ayer, tanto la presidenta formal del PRD, Alejandra Barrales, como el coordinador de los diputados del partido de negro y amarillo, Francisco Martínez Neri, expresaron su deseo de que aún se pueda construir ese frente de izquierdas aunque, en los hechos, la cúpula perredista ya tiende la vista hacia un 2018 sin pejealianzas).
En caso de que no creciera tal proyecto mancerista-barralista, por divisiones y ambiciones internas insuperables, el PRD quedaría naturalmente emplazado a cerrar tratos con Acción Nacional, específicamente con Ricardo Anaya (difícil el caminar perredista junto a Margarita Zavala, política expresión conyugal de Felipe Calderón) e incluso con el Partido Revolucionario Institucional, como abiertamente lo ha sugerido el más reciente de los precandidatos en fiebre de destape, Silvano Aureoles Conejo, el perredista que no puede con el difícil encargo de gobernar Michoacán, pero ya ha anunciado que meses más adelante dejará ese puesto para buscar la postulación presidencial (ayer, por ejemplo, fueron colocadas unas 10 narcomantas en los municipios de Jacona y Zamora, y la inseguridad pública sigue en altos niveles en todo el estado).
Aureoles Conejo es congruente al proponer una alianza con el PRI, pues de este partido o, más precisamente, de Los Pinos, provino la maniobra que lo colocó en el Palacio de Gobierno, en Morelia; parte, como es, de la corriente encabezada por Luis Videgaray y, particularmente, proclive a una alianza plural en pro de un independiente apoyado por el PRI: José Antonio Meade Kuribreña. En esa misma línea de independientes, bien alineados, está el guerrerense Armando Ríos Piter, ex perredista que ahora, ya sin partido, hace talacha a título propio, la cual servirá para dividir el voto opositor o, según las circunstancias, podría desembocar en la propuesta priísta, sobre todo si ésta pertenece al grupo de Videgaray.
Las múltiples opciones de acomodos y reacomodos que se derivan de la temprana determinación lopezobradorista de ir solo con el PT, minipartido ya desde ahora ganón a cuenta del voto esperanzado de Morena, propician justamente lo que el sistema necesita, luego del ensayo general montado en el estado de México dos domingos atrás: el voto duro del PRI, incentivado con abundantes recursos públicos y dinero de procedencia teóricamente desconocida, apoyado por grupos del crimen organizado, fuerzas policiacas y medios de comunicación, más los órganos electorales oportunamente subordinados, puede salir adelante, a pesar del mayoritario rechazo en su contra, si su principal oposición llega fragmentada y confrontada, dejando a los hermanos divididos que peleen en busca de asignar uno a otro la responsabilidad de la derrota mínima, pero suficiente, como la que fue habilitada para Alfredo del Mazo Maza (este tecleador ya no supo qué decir cuando escuchó a la maestra Delfina, en el congreso nacional del PRD, proponer y presumir como resumen de su actuación mexiquense el que fue puesto a temblar el PRI, como si a estas alturas lo que se necesitaran fueran desahogos presuntamente telúricos, sin ganar, sin obtener el poder: bisutería retórica).
En Coahuila, el priísta Miguel Ángel Riquelme parece creer que ya se asienta como ganador de la batalla por la gubernatura. En la Ciudad de México, sin embargo, el Partido Acción Nacional juega por partida doble, presionando para que caiga Riquelme, por vía del tribunal electoral federal y como pago por la solidaridad panista con el fraude priísta en el estado de México, o bien, que se sostenga el citado Riquelme, pero ofrendando otro tipo de compensaciones a la directiva panista, encabezada por Ricardo Anaya Cortés, a quien no conviene que el compadre de Felipe Calderón y Margarita Zavala, Guillermo Anaya Llamas, se quede con el erario coahuilense.
El drama real está lejos de las intrigas y tretas que se desarrollan en el PAN y en Los Pinos: Coahuila ha vivido una tragedia constante, durante los casi 12 años del moreirato (ahora, Humberto Moreira anuncia nuevos planes, luego de que su hermano Rubén rasuró la votación del tal Partido Joven, que quedó a .13 puntos de alcanzar su registro y colar a Humberto como diputado local), y todo hace suponer que el estilo hosco del priísta Riquelme podrá agravar la situación en cuanto a corruptela institucionalizada, violencia contra la población (la Fuerza Coahuila ha sido fuente constante de agresiones contra civiles) y predominio de grupos del crimen organizado. El delfín de Moreira, ha de decirse, es de la misma escuela política y anímica de Javier Duarte de Ochoa: voraz y represivo. Hay varios audios donde queda claro su talante. Lo mejor para Coahuila sería la anulación de esta muy sucia elección de gobernador, el nombramiento de un interino que pueda tener a distancia a Rubén Moreira y a los Calderón y la convocatoria a nuevos comicios en fecha próxima.
En San Luis Potosí un video difundido por el periodista Jaime Hernández López en el diario Pulso, corroboró las complicidades criminales entre diputados y auditores que cobran porcentajes a presidentes municipales para limpiar las irregularidades contables que hubieran cometido (https://goo.gl/Fvsy50). No es el único escándalo en curso, pues ese mismo Congreso ha ido posponiendo la decisión respecto de un proyecto de instalación de lámparas de iluminación en el municipio de la capital, a cargo de un muy polémico perredista, Ricardo Gallardo. Dicho negocio corrupto, con 200 millones de pesos en ajustes presupuestales con tufo a moches, ha generado una creciente oposición en la capital potosina. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
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