EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 9 de abril de 2016

Economia Moral

Economía Moral Para unificar conceptos y mediciones de desarrollo, desigualdad y pobreza/ IV Bienestar objetivo o florecimiento humano, valor supremo y fin último Julio Boltvinik
V istas las limitaciones de las soluciones fragmentarias de valores de uso que mostré en la entrega del 1/4/16, reitero que las soluciones correctas son las combinadas (es decir que integran valores de uso y valores), pero descarto las que llamé falsas soluciones (donde la dimensión de ingresos no está anclada en valores de uso) sino las auténticas en las que la línea de pobreza (LP) está anclada en valores de uso, ya que se calcula como el costo de una canasta normativa de satisfactores. Ésta debe ser una canasta del subconjunto de satisfactores o valores de uso no incluidos en NBI, es decir cuyo acceso directo no haya sido verificado directamente. La pobreza se mide, entonces, comparando el ingreso disponible en el hogar (deducido lo gastado en los rubros de NBI) con dicha LP. El único método de medición de la pobreza y la estratificación social que cumple estos requisitos, es el MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza). Con el MMIP se supera, además, la fragmentación temática entre los indicadores de NBI, que se perciben e integran como conjunto, leyendo las bases de datos horizontalmente (para cada hogar o persona). El indicador consolidado de NBI (y el de cada dimensión), que se han vuelto métricos (se han cardinalizado), permite dibujar curvas similares a las de ingresos, ordenando los hogares desde el peor situado al mejor situado. En la gráfica se presenta esta curva para México en 2014. Al combinarse estos dos datos por hogar con los respectivos de ingresos, se obtiene el indicador integrado del MMIP con el cual se pueden construir curvas similares en las que pueden apreciarse y medirse tanto la desigualdad como la carencia y, como con ingresos, puede construirse la curva de Lorenz y medirse el coeficiente de Gini como indicadores de D. Estas mediciones tienen dos particularidades que no permiten su comparación con los mismos indicadores obtenidos por la solución monetaria. 1) los indicadores de NBI se han construido para estimar el bien-estar objetivo (BEO), para lo cual los indicadores métricos de logro originales (años de escolaridad, relación cuartos-personas, ingresos) por arriba de la norma se han rescalado para acotarlos al rango 0-2 (0 peor situación, carencia total; 2, máximo BEO posible, y 1 en la norma o umbral que separa pobres de no pobres, carencia de satisfacción. Este acotamiento de los valores en la parte superior, y el carácter truncado de algunos indicadores, explican que la curva se vuelva asintótica en el nivel superior. En el nivel inferior, el carácter asintótico, más corto, está explicado por los límites inferiores de la vida humana y porque la ENIGH no entrevista a los sin techo. Con los resultados así obtenidos se mide la desigualdad del BEO, no la desigualdad de recursos, ni la del indicador métrico original (años de educación, espacio por persona en la vivienda). Si se quisiera medir esta desigualdad original de acceso a recursos o a servicios se puede hacer recuperando los datos antes de la rescalación. Ambos análisis pueden hacerse a partir de las bases de datos del MMIP. Como en ingresos también se hace la rescalación, en el MMIP se logra la comparabilidad entre ingresos y NBI y, por tanto, se hacen integrables. Los ingresos, a pesar de lo que piensan muchos economistas y el Coneval, no expresan BEO. Para hacerlo hay que transformar los ingresos en BEO. Como han señalado Foster y Sen, “la métrica del valor de cambio no está diseñada para darnos –y de hecho no puede darnos– comparaciones interpersonales de bienestar o ventaja” (Economic Inequality, Annex, p.208). 2) Muchos indicadores, tal como se captan en las ENIGH y en otras fuentes, son indicadores truncados que no permiten identificar las condiciones de quienes están por arriba de la norma. Por ejemplo, la mejor situación posible en censos de población y en las ENIGH es tener agua entubada dentro de la vivienda (que es el umbral de satisfacción), pero no se indaga el número y tipo de salidas de agua corriente en la vivienda, con lo cual quedan con el mismo puntaje una vivienda que tenga una salida de agua en Chalco y la Casa Blanca. En la EPASB-2009 y en la ENASB-2011, encuestas levantadas en el DF por el Evalúa-DF, el truncamiento por arriba se eliminó, por lo cual los mejores ejemplos al respecto son los que se pueden elaborar con dichas encuestas, lo que dejo pendiente. En la primera entrega de esta serie (18/3/16) señalé que el primer elemento común entre desarrollo (DS), desigualdad (D) y pobreza (P) es la dualidad valor de cambio-valor de uso. El segundo elemento común y constitutivo de los tres conceptos es el bien-estar objetivo (BEO) y su variante más avanzada: el florecimiento humano (FH) o desarrollo de las fuerzas esenciales humanas (necesidades y capacidades) al que Marx llamó riqueza humana. En consecuencia, el BEO o el FH se constituye en fin último y valor supremo que, implícita o explícitamente, se persiguen cuando se estudia el DS como algo que hay que promover y la D y la P como lo que hay que reducir o erradicar. En el estudio del desarrollo, sin embargo, es totalmente defendible una perspectiva también adoptada por Marx, distinta pero no contradictoria, sino más bien complementaria, que postula centrada en el desarrollo de las fuerzas productivas como un valor en sí mismo igualmente importante (del cual el desarrollo de las fuerzas esenciales humanas son el concepto espejo referido al sujeto) que se asocia con el desarrollo de las capacidades humanas y con la sustentabilidad del BEO que depende, en alguna medida, del desarrollo sostenido de las fuerzas productivas. El énfasis en este aspecto conlleva la idea de superar la escasez y construir el reino de la abundancia como requisito para alcanzar una sociedad pos-clasista. Aunque la crisis ambiental contemporánea, en particular el cambio climático, han puesto en duda la viabilidad de este objetivo, mi opinión es que con un estilo tecnológico y un modo de producción distintos es factible alcanzar una sociedad que supere la escasez de manera permanente. El capitalismo promueve los bienes y servicios como los satisfactores únicos del BE. Pero al trasladar el acento de las mercancías a satisfactores no económicos, como relaciones, actividades y conocimientos, la abundancia se volvió compatible con la sustentabilidad, pues será sobre todo una abundancia de tiempo disponible para relacionarse con los demás, para cultivarse y para hacer lo que uno siempre ha querido hacer. La tesis que defiendo desde 2004 es que el elemento constitutivo del progreso social (concepto más amplio que el de DS) es el desarrollo continuado de las fuerzas esenciales humanas (necesidades y capacidades), lo que requiere la satisfacción de las primeras y la aplicación de las segundas. Pero por ahora quedémonos con las nociones de DS como aumento en el tiempo del BEO social, con la desigualdad de BEO, y con P como mal-estar o ausencia de BEO. julioboltvinik.org jbolt@colmex.mx Subir al inicio del texto

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