l subsecretario de
Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, confirmó ayer el
primer caso de la variante ómicron del coronavirus en México. La cepa se
detectó en un empresario de 51 años que el pasado 21 de noviembre –es
decir, tres días antes de que se informara sobre la existencia de
ómicron– ingresó al país proveniente de Sudáfrica, y quien tiene
enfermedad leve y voluntariamente se internó en un hospital privado en
la Ciudad de México para evitar contagiar; su pronóstico de recuperación
es favorable
. López-Gatell exhortó a la población a no caer en pánico, porque no se trata de una nueva epidemia
ni hay indicios de que sea más virulenta o letal que las demás variantes en circulación.
El jueves, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) ya habían dado por sentado que ómicron llegaría al
territorio nacional debido a que para entonces había sido detectada en
todas las regiones del mundo. El doctor Samuel Ponce de León Rosales,
coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la
Emergencia del Coronavirus, insistió en que aún hay más preguntas que
respuestas sobre el impacto de ómicron, pero con la información que
tenemos hasta ahora es probable que sea mucho más transmisible
, aunque parece que no escapa a nuestras defensas y respuesta inmune
.
En esta línea, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los
medios de comunicación no actuar con amarillismo o sensacionalismo, ya
que la variante no debe ser motivo para atemorizar sin elementos
. Asimismo, el mandatario calificó como un exceso que se pretenda cercar
a las personas procedentes de África, y recordó que el alarmismo tiene
consecuencias graves, como ilustran los desplomes bursátiles y en los
precios de materias primas que tuvieron lugar cuando la Organización
Mundial de la Salud (OMS) informó a la comunidad internacional sobre la
detección de una nueva variante.
Después de casi dos años de pandemia, ha quedado claro que de nada sirve estigmatizar y pretender el aislamiento de comunidades nacionales o grupos étnicos, pues –además de ser claramente violatorias de los derechos humanos– tales medidas llegan siempre demasiado tarde para evitar la propagación del virus. En cambio, es necesario atender al llamado de las autoridades para que quienes aún no se vacunan acudan a recibir la dosis de alguno de los antígenos disponibles, así como a las recomendaciones preventivas ya conocidas por todos: uso de cubrebocas, ventilación de los espacios cerrados, distanciamiento social y evitar aglomeraciones.
Existe una medida preventiva adicional que no está de más recordar:
la solidaridad. Como ya se ha sostenido en este espacio, y como clamó
Ayoade Olatunbosun-Alakija, vocera de la Alianza Africana para la
Entrega de Vacunas, la aparición de ómicron es el resultado inevitable
del acaparamiento de los inmunizantes por parte de los países ricos y de
la consiguiente bajísima vacunación en las naciones en desarrollo, la
cual es terreno fértil para la propagación y mutación del coronavirus.
En suma, no será con restricciones discriminatorias como podrá ponerse
freno a la pandemia, sino asumiendo el combate a la enfermedad como un
reto compartido a escala global.La jornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario