EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
miércoles, 24 de enero de 2018
Bajo la lupa
Bajo la lupa
Nueva California proclama su independencia y su desmexicanización
Alfredo Jalife-Rahme
S
on tiempos de balcanizaciones en la fase de desglobalización y post-globalización, como vaticiné en mi libro premonitorio El lado oscuro de la globalización: post-globalización y balcanización (https://goo.gl/sDRnBA), de hace 18 años.
George Soros, vilipendiado globalista y agente de la CIA, según el investigador Wayne Madsen (https://goo.gl/F6h7sC), prevé la balcanización de la Unión Europea (UE) y cataloga a Rusia como un poder nacionalista (¡mega-súper-sic!) resurgente (https://goo.gl/GhpyPq).
El polémico Soros admite que su repudiado nacionalismo es hoy la ideología dominante (sic) en el mundo que afecta a los 28 países de la UE.
Más que la anacrónica taxonomía decimonónica, que arreció durante la guerra fría, entre izquierda y derecha –totalmente desdibujadas en el siglo XXI en la fase de la multipolaridad–, el mundo de hoy se ha fracturado entre los globalistas financieristas de corte israelí-anglosajón, en repliegue planetario, y los resucitados nacionalistas que los multimedia todavía omnipotentes del neoliberalismo global, que apabullan a los dos lados del Atlántico –no se digan con sus caricaturas latinoamericanas/africanas/asiáticas–, que ultrajan con epítetos de amargura como populistas, tildados antes en forma exorcista de globalifóbicos.
Se ha iniciado el proceso de balcanizaciones y California, feudo a mayoría demográfica mexicano-latina, no es la excepción cuando la descomposición de la globalización ha golpeado los dos lados de la transfrontera amurallada –aberración del mismo neoliberalismo global y el libre paso de personas antes que de las mercancías–, con el advenimiento del trumpismo (con o sin Trump).
Dejo para otra ocasión la balcanización económica y sociopolítica del “México neoliberal itamita”.
Hace poco más de un año abordé el Calexit (salida de California de EU, en semejanza al Brexit de Gran Bretaña), como una propuesta de secesión del nuevo califato de California” (https://goo.gl/CFWwYt): Varios escritores conjeturan el origen etimológico literario de California como un Califato: paraíso ficticio habitado por amazonas de raza negra gobernadas por la reina Calafia, en honor al Califa (sucesor del profeta Mahoma), por haber combatido junto a los musulmanes (https://goo.gl/w6AzgY).
En ese entonces comenté que “A Obama le quedan 30 días para dislocar aún más a la sociedad fracturada de EU –donde varios estados amagan con la secesión, desde California hasta Texas– y deteriorar a su punto más bajo las relaciones con Rusia, a la que desea impedir su acercamiento geoestratégico con Trump”.
El pasado 15 de enero, los activistas rurales (¡super-sic!) del estado de California –el más próspero y progresista de EU– declararon su independencia como Nueva California y Estado número 51.
Los secesionistas de Nueva California desean conseguir su independencia respetando la legislación estatal y federal e invocando el artículo 4 sección 3 de la Constitución de EU, es decir, con el consentimiento de los estados existentes.
A juicio de los balcanizadores, el presente estado de California es ingobernable debido a la declinación en los servicios esenciales básicos como la educación, respaldo a la ley, protección a incendios, transporte, vivienda, salubridad, impuestos, derechos de votantes, banca, sistemas de pensión estatal, prisiones, parques estatales, manejo de recursos acuíferos (súper-sic), propiedad del hogar, infraestructura. ¡Pues casi todo el estado está desmantelado!
La solución de los fundadores de Nueva California desprenderá la mayor parte territorial de California –que incluye a la mayoría de los condados rurales (sic) del total de 58– y dejan de lado las áreas urbanas costeras: las megalópolis de Los Ángeles, San Francisco y Salinas.
Se apoderan estratégicamente de San Diego, donde existe la mayor base naval nuclear de EU en la costa del Pacífico. Ver mapa (https://goo.gl/tbydiH).
Ya en 2014, el megaespeculador Tim Draper había buscado balcanizar al Estado Dorado en seis pedazos, que incluyen el Estado de Silicon Valley, pero no consiguió éxito en las urnas (https://goo.gl/5KA3Si).
Russia Today ha dado mucho vuelo al proyecto de balcanización de California: “A diferencia del movimiento Calexit, que busca la independencia para el Estado integral de California de EU, el grupo de Nueva California desea permanecer como parte de EU, pero no desea ser más gobernado por el Estado de California” (https://goo.gl/PNxEB8).
El fundador y vicepresidente del movimiento secesionista interno, en la propia California, Raúl Preston, explaya la esencia rural de Nueva California.
Los procesos balcanizadores se copian entre sí. Nueva California se inspira de Tabarnia, término acuñado por la plataforma Barcelona no es Cataluña: una petición de crear una nueva autonomía dentro de España que integre gran parte de las provincias de Barcelona y Tarragona), según el muy solvente portal Sputnik (https://goo.gl/pP2kCv), que devela su objetivo de aislar a las grandes ciudades catalanas, las más productivas en términos de PIB, de la amenaza separatista y de la consiguiente salida de la UE (https://goo.gl/6FCsAQ).
¿Se trata de un trumpismo rural sincrónico al supremacismo blanco protestante anglosajón sin mexicanos/latinos?
Sputnik ya había abordado a los beneficiarios del Calexit, hoy fallido, y cita al controvertido periodista Conor Friedersdorf, de Los Angeles Times, quien aduce que el Calexit hubiera sido un desastre para los valores progresistas (https://goo.gl/MtPJdg).
Según Conor Friedersdorf, con el Calexit –separación de California con EU, a diferencia de la separación interna de Nueva California de su matriz California–, el Partido Demócrata saldría perdiendo su mayor fuente (55 votos electorales: el mayor en el Colegio Electoral) y el país perdería su diversidad étnica.
A mi juicio, este axioma se aplicaría internamente en Californa con Nueva California, ya que solamente Los Ángeles, la mayoría mexicano-latina quedaría aislada, no se diga San Francisco.
Hace un año advertí que peligran secesiones internas en la misma California que comporta tres centros estratégicos en su seno: “1. La importante base naval/nuclear de San Diego –que daría su salida al océano Pacífico al trumpismo; 2. Silicon Valley, con magnas trasnacionales cibernéticas; y 3. Hollywood, centro de la tóxica propaganda sionista expuesta con sus execrables sexo-escándalos” (https://goo.gl/fhJezU).
Justamente hace un año avizoré que “ya empezaron a conjugarse las reingenierías racistas, con sus poderosas propagandas multimediáticas, del primer ministro Netanyahu y el trumpismo mediante la palestinización de los mexicanos (https://goo.gl/xUfQjK) y (https://goo.gl/qjDdzp) de California, cuyo origen literario, 500 años más tarde, sería tildado esta vez en forma real como el nuevo califato de California”.
A mi juicio, Nueva California epitomiza la desmexicanización de California y la subyugación del Partido Demócrata por el trumpismo rural.
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