EL DELFÍN
Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.
domingo, 6 de marzo de 2016
A la mitad del foro
A la mitad del foro
La Revolución revolucionada
León García Soler
Ochenta y siete años, y como si no hubieran pasado los 12 de la travesía por el desierto del panismo empecinado en demoler las instituciones de la RevoluciónFoto José Antonio López
O
chenta y siete años cumplió el PRI, el Partido Revolucionario Institucional, cuya obsesión incluyente desveló a más de un académico de la lengua y a un sinnúmero de los de abajo acomodados en sus tres sectores, de contrasentido a debate de fondo entre Enrique Ramírez y Ramírez y Rodolfo González Guevara, o para la ironía del poeta Pablo Neruda, quien al serle presentados los líderes de los sectores agrario, obrero y popular, dijo: ¿Luego debo entender que en México los obreros y los campesinos no son populares?
No es dilema para Manlio Fabio Beltrones. Hace mucho tiempo que de crisis en crisis se concentraron los opuestos y se diluyeron las semejanzas. Cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio, el de Guaymas, Sonora, iba a ser el primer candidato a la presidencia de ese partido, que antes fuera aspirante a cualquier otro puesto de elección popular: uno que a toda prisa fue legislador, oficial mayor y presidente del CEN del PRI, para pasar al afamado gabinete económico de Carlos Salinas de Gortari y de ahí a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. Beltrones era entonces gobernador de Sonora, y ahí se mantuvo, atado al mástil para no oír el canto de las sirenas que lo llamaban a sustituir en el liderazgo del partido a su paisano y amigo, y sobrevivió a la sana distancia y al vuelco finisecular que trajo a la derecha al poder.
Ochenta y siete años, y como si no hubieran pasado los 12 de la travesía por el desierto del panismo empecinado en demoler las instituciones de la Revolución que quiso y pudo constituir el Estado moderno mexicano. Ya lo pasado, pasado. “Pior es chile y agua lejos”, dicen los campiranos que no necesitaban credencial ni del poético aval del gran chileno Neruda. No cito, incluyo aquí lo que dice Roberto Garduño, en La Jornada de ayer sábado 5 de marzo: Manlio Fabio Beltrones Rivera, presidente nacional del PRI, rescató anoche la esencia revolucionaria de su partido, que al cumplir 87 años institucionalizó la revolución del siglo XX, y revolucionó las instituciones para transformar a la sociedad del siglo XXI. Échense ese trompo a la uña. Con razón desbordaba el presídium nombres y apellidos de rancio abolengo.
O del nuevo milenio, si se quiere. Después de todo, es explicable la ausencia de Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, criatura de la banca central y de formación ortodoxa y neoconservadora, para no traer a cuento a los Chicago Boys. Todo pasa, hasta la ciruela pasa. Pero del MIT bostoniano y del ITAM capitalino permanecen en la cumbre, los de la apertura que diera paso a la dictadura del mercado libre, el tiempo en que nos convirtió en exportadores de la industria de transformación y evitó seguir dependiendo de las materias primas. Eso que convirtió en potencias en desarrollo a Brasil y otros de la América nuestra, mientras duró el acelerado desarrollo y portentoso crecimiento chino. Hoy padece el BRIC, y Luis Videgaray presume de profeta: deshacer Pemex nos hizo el milagro de crecer a 2 por ciento anual mientras otros no crecen.
Será, pero la disciplina fiscal y la austeridad a toda costa nos tienen hundidos en el pantano. Ya nadie se acuerda de los capitales golondrinos, y el presidente Peña presume de muy elevada inversión privada extranjera, pero con el petróleo barato y el dólar caro, con la incertidumbre global, en la segunda quincena de enero pasado los inversionistas extranjeros retiraron 6 mil 173.5 millones de dólares del mercado mexicano de valores, y de agosto de 2014 a la fecha se han retirado 53 mil 615.2 millones de dólares. Bienvenidos al jardín de las delicias. Del consejo político nacional del PRI hablábamos y del porqué a nadie extraña la ausencia del secretario de Hacienda y menos la del gobernador del Banco de México. Ausentes siempre, incluida la era de la carga de los búfalos.
Todavía hay clases, diría un personaje como el coronel Zataray, a pesar del certificado de defunción extendido a la lucha de clases. En Insurgentes Norte sesionaban funcionarios, legisladores y 12 candidatos del PRI a otras tantas gubernaturas que se disputarán este año, y nadie se acordó de reclamar respeto al derecho de huelga y de apoyar a los mineros de la acerera Lázaro Cárdenas en Michoacán; defenderlos de la prepotencia de autoridades laborales que dieron sabadazo a la declaración de huelga una hora antes de vencer el plazo fijado para iniciar el paro.
No estaba en la agenda, pero ya hicieron su reforma laboral, y ésta forma parte, a querer o no, del proyecto transformador de Enrique Peña Nieto. Busco en las imágenes del presídium el rastro de algún líder obrero, de la gerontocracia que sobrevive a los siete lobitos de la CTM. Ahora que hay cielos abiertos entre la Cuba de Fidel Castro y los Estados Unidos de Barack Obama podrían haber recordado lo dicho por Fernando Amilpa en la tribuna de Donceles a los diputados panistas que demandaban democracia como la cubana que recién elegía a Prío Socarrás. Señores del PAN: ¡Tengan su democracia! Y les hizo un gesto equivalente al caracolito que puso de moda el subcomandante Marcos en Chiapas.
Manlio Fabio Beltrones es líder del PRI del siglo XXI, y dijo: Sólo los conservadores y los timoratos no cambian, y aun retroceden. Son retrógradas autoritarios. (Nosotros) somos orgullosamente revolucionarios. Con verdad y entrega, venceremos a los conservadores de siempre y a los nuevos conservadores de una falsa izquierda que se disfrazan de demócratas. Ahí estaban Alejandro Moreno, gobernador de Campeche, y Claudia Pavlovich, de Sonora. Renuevo sexenal. Y fue notoria la ausencia de Javier Duarte, el veracruzano puesto en la picota, de quien dijo César Camacho, líder de la bancada priísta en San Lázaro, que se preparaba su juicio político. El que la hace la paga, dijo quien fuera gobernador del estado de México; para eso hay que dar tiempo al tiempo.
Ahí estaban los 12 candidatos de unidad, a gusto, y otros, a pesar del disgusto de los que no reconocen que pasó su tiempo. Roberto Borge es gobernador de Quintana Roo. No supo o no quiso entender que los caciques se hacen cuando pueden imponerse a la voluntad de su Pueblo y a la del poder del Centro. Así, con mayúsculas. Borge gozó del auge turístico y del amigable apoyo del gobierno federal. Creyó que era por méritos propios; se empeñó en hacer candidato a José Luis Toledo, pero desde el Comité Ejecutivo Nacional llegó el aviso: Mauricio Góngora tiene el perfil para cohesionar al partido en torno a un proyecto transformador y atraer el voto mayoritario de la ciudadanía. Y Roberto Borge hizo berrinche. Total. Lo del agua al agua.
Los 12 candidatos no son ni se imaginan ser 12 apóstoles del nuevo orden, pero está claro que creen en el propósito de revolucionar y modernizar al país, y no sólo por administrar el gobierno, como se hizo en los 12 años anteriores. De Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa; de Chihuahua, Enrique Serrano Escobar; de Durango, Esteban Villegas Villarreal; de Hidalgo, Omar Fayad; de Puebla; Blanca Alcalá; de Sinaloa, Quirino Ordaz Rocha; de Tamaulipas, Baltazar Hinojosa; de Tlaxcala, Marco Antonio Mena; de Zacatecas, Alejandro Tello, y de Quintana Roo, Mauricio Mayorga.
Todo cambia, pero las revoluciones revolucionadas tienen que dar pasos firmes y tener horizontes claros. O dan giros de 180 grados y siguen la ruta de los retrógradas autoritarios. Pasos firmes, de unidad no de unanimidad. A fin de cuentas quedó claro que al que no le guste el fuste y la reata no le cuadre...
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