PUBLICADO:
06 SEPTIEMBRE 2013
El
próximo 7 de septiembre se cumplen cinco años de la muerte de la autora cubana
Celia Hart. En su recuerdo publicamos un artículo de 2005 publicado en
rebelion. org
La cinta
alemana Good Bye Lenin carece de una dimensión. Lo sé porque
viví allá, en la RDA hasta poco antes de la caída del Muro. Ese Muro estaba
derribado antes de erigirse. La inmensa tragedia que constituyó el tránsito al
capitalismo en la Europa del Este no puede medirse por el par de años que
transcurrieron desde la vulgar y decadente perestroikahasta que
vimos derribarse festinadamente las estatuas de Lenin. No se le puede decir
adiós a Lenin, pues nunca se le dio la bienvenida. Tan sólo importaron una
imagen, marginándolo, convirtiéndolo en un sumiso payaso de la burocracia
estalinista.
Al Lenin
que le trataron decir adiós en aquella cinta, no era para nada representativo
del iniciador del socialismo en el mundo. Aquellas estatuas estaban vacías de
contenido...sospecho que también de forma.
Eso sí.
No lo entenderemos mientras permanezca oculto en muchos sitios la vida y el
pensamiento de León Trotsky. Puede ser irónico mas la única manera que podemos
traer a Lenin de vuelta es entendiendo por cuáles razones fue desterrado su
mejor contemporáneo. No sabremos entender lo que pasó si no comprendemos el oscuro
mecanismo por el cual la casta burocrática soviética se adueñó del socialismo,
traicionó la internacional, y desmontó el espíritu revolucionario del mundo.
Por
supuesto nos queda una alternativa: Descubrirlo todo desde el principio, cosa
que nos llevará el tiempo que es cada vez más escaso, además estaríamos
rechazando información de primera mano. Es como si naufragara un barco, y el
maquinista enviara notas expresas de cómo y porqué naufragó, y entonces con
dosis elevadas de irresponsabilidad pretendiéramos zarpar, por los mismos mares
y con las mismas intenciones sin investigar las causas de la catástrofe,
enterrando como avestruces el mensaje embotellado en la arena.
Comparto
con Hugo Chávez su discurso de urgencia donde, más o menos parafraseando a Federico
Engels, expresa nuestra disyuntiva, la cual se balancea entre el socialismo y
las cucarachas. Sí las cucarachas, pues la barbarie sería una variante casi
idílica de pensar en los días actuales, luego de calcular groseramente el
numero de veces que podríamos exterminar la vida en la Tierra.
El siglo
XX no ha terminado de hablar. La vicisitudes por las que pasó la práctica
revolucionaria está en gran medida engavetada. Y si alguien puede hablarnos del
siglo XX es precisamente León Trotsky.
Ernest
Mandel lo dijo mucho mejor: "De todos los más importantes
socialistas del siglo XX Trotsky fue el que más claramente reconoció las
tendencias fundamentales del desarrollo y las contradicciones principales de la
época y también fue Trosky quien formuló más claramente una adecuada estrategia
emancipadora para el movimiento obrero internacional."1
Sí,
necesitamos a Lenin, mas hoy no vendrá a nosotros sin que escuchemos lo que
Trotsky debe decirnos. Ellos defendieron lo mismo, tan sólo Trotsky lo
sobrevivió y supo interpretar en su propia vida y con su propia muerte los
poderes del exterminio del socialismo. Reto en este instante a cualquier
pensador que de manera sincera pretenda interpretar la historia que no tenga
que recurrir, incluso para rebatirlas, a las experiencias trotskistas. Los que
las obvian, los que las pasan por alto no son verdaderos leninistas.
Dicen que
sin Lenin no hay Carlos Marx útil, yo diría que sin Trotsky no hay Lenin. Todos
los pensadores marxistas, sobre todo todos los marxistas verdaderamente
revolucionarios son imprescindibles para entender a Carlos Marx, el cual no
tenía la bola de cristal. Tan sólo le puso dirección a las ideas
revolucionarias, a la filosofía y por primera vez en la historia los hombres
haríamos concientemente el túnel hacia nuestra felicidad...globalizada.
Usemos el
siguiente símil. El socialismo se supone ser un túnel, una vereda por donde
podamos transitar. Es ese mundo que tenemos que ganar, perdiendo sólo nuestras
cadenas. Pues bien: La Revolución de Octubre fue el primer intento por cavar
este túnel, que nos apuntó Carlos Marx. Pero el estalinismo nos lo dinamitó por
dentro. Durante su construcción fueron colocadas las dinamitas para su
destrucción. Trotsky fue entonces el ingeniero que dijo donde estaban los explosivos.
No hubo manera de escucharlo, y ya sabemos el fin. Tierra arrasada.
Ahora se
habla muy poéticamente que el túnel que construiremos será el socialismo del
siglo XXI. Sea del XXI o del XXXI, el túnel puede ser dinamitado por
exactamente las mismas insuficiencias y seguiremos llenos de lágrimas esperando
el socialismo del venidero siglo...Eso sí , esta vez convertidos ya en
cucarachas.
La
posibilidad del tránsito al socialismo es un descubrimiento científico. No es
un poema, ni una manera de hablar. La única forma que tenemos de acceder a él
es a través de la lucha de clases. Así de sencillo. El socialismo del siglo XXI
es tan sólo porque estamos en el siglo XXI. Es casi una obviedad decirlo. El
descubrimiento del origen de la explotación capitalista es una verdad
científica del mismo valor y de la misma objetividad que el movimiento de
traslación de la Tierra en torno al Sol. No necesitamos a Einstein para que nos
explique a través la Ley de la Relatividad General y las geodésicas, la causa
por la que pasamos del verano al otoño. Newton es más que suficiente. Los
resultados son idénticos y las matemáticas infinitamente más sencillas. No
necesitamos entender los huecos negros, o las teorías de Hawking para colocar
un satélite en órbita. Puede ser que las comunicaciones, la informática etc.,
hayan complicado un tanto la realidad del capitalismo moderno, pero la esencia,
(el pollo del arroz con pollo) sigue siendo la misma que hace
siglos atrás. No hacen falta los “economistas cuánticos” o la “matemática tensorial”
para explicarnos el origen de la explotación y la depauperación del sistema
capitalista en la actualidad
El
llamado socialismo del siglo XXI es equivalente a decir que
debemos construir un avión del siglo XXI . Pero ese avión
deberá vencer la gravedad, como hizo el del siglo XX En el siglo XXI tal cual
desde hace unos cuantos miles de millones de años la constante G de Gravitación
Universal sigue siendo la misma que calculó Newton. (G = 6,7 x 10-11m3/ Kg. s2
)Coincido que debemos fabricar aviones más cómodos, rápidos y seguros, pues las
exigencias del siglo XXI difieren de las del siglo XX, pero la razón última de
una pieza que deba vencer la gravedad es la misma. Haciendo un parangón
pudiéramos decir que nuestro avión que trató de vencer la gravedad en 1917 tomó
altura y se estrelló contra la superficie terrestre. Mas nos vale buscar las
causas antes de tanto discurso futurista, pues por mucho siglo XXI que haya, G
sigue invariante. Del siglo XIX al XXI las razones primigenias de la
explotación capitalistas son las mismas: La expropiación del trabajo. Entonces
sólo hay una manera de transitar “del reino de la necesidad al reino de
la libertad”. Basta ya de caracolear, que cada instante de tiempo está
en nuestra contra.
El avión
se nos cayó y creemos ahora que por tener computadoras, celulares o INTERNET,
éste podrá desafiar la gravedad sin tener en cuenta G ¡No señor! La gravedad
seguirá siendo la misma hasta el que colapse el planeta. Más nos vale
apurarnos, dejarnos de retórica y asumir de una buena vez que el enemigo sigue
siendo el mismo. Tal vez más vulgar guerrerista y peligroso, pero el mismo.
Apurémonos, eso sí, en saber quienes somos nosotros.
Y
entonces ¿por qué León Trotsky? No es obstinación por una figura histórica como
muchos me acusan. Es tan sólo porque este hombre tiene muchas pistas de la caja
negra de aquel avión que quiso hacer despegar la historia.
Hoy hace
65 años que León Trotsky fue asesinado de la manera más grotesca. 65 años
después nos salpica todavía aquella sangre. Debió bastar aquel asesinato para
extinguir el derecho del Kremlin a pretender alguna vez monopolizar y acuñar el
pensamiento socialista, pero lo siguió haciendo y a estas alturas está
convertido en estatua de sal. Con la medalla de la Estrella Roja de Ramón
Mercader se acuñaba entre vítores secretos y cobardes la defunción del
socialismo verdadero. Ese asesinato constituyó uno de los actos de terrorismo
de estado más perversos en la historia, pues el glorioso Octubre del 1917 se
suicidó aquel 20 de agosto.
Mercader después
de cumplir la condena en México estuvo en Cuba. No me entero todavía con quien
se reunió, ni por donde caminó, ni siquiera si pudo mirar de frente las palmas
de Martí, ni las cenizas de Mella. Murió en Cuba, por más que me cueste
aceptarlo, el hombre que tuvo en sus manos, sin él imaginarlo, la misión de
tratar de desaparecer la izquierda de las ideas del socialismo...estuvo en los
60, en esos años luminosos del Che Guevara... Me parece que es absolutamente
imposible.
Por
supuesto, el camino de la supervivencia ideológica de la revolución cubana no
tiene nada que ver con Mercader, la GPU y el estalinismo. Todo lo contrario, lo
que hace sobrevivir a mi revolución ha sido precisamente el espíritu de León
Trotsky, aunque paradójicamente no lo sepamos, porque ha estado oculto en los
pliegues de la memoria histórica.
La verdad
es testaruda y se abre paso como el agua lenta , pero constante e indetenible..
Hay un canal misterioso en la revolución cubana que nace con el Partido
Revolucionario Cubano, se funde con Mella, después con lo más radical del
movimiento 26 de Julio, culminando de manera sublime en el Che Guevara. El
canal del compromiso irrestricto de clase y del internacionalismo. Allí,
silencioso, desconocido y difamado anda León Trotsky con pícara sonrisa. ¿Por
qué durante muchos años le han prohibido a Trosky relacionarse con la
revolución cubana? Nunca lo he podido saber, porque si alguna revolución ha
sido radical e interminable ha sido la nuestra, si alguien apeló por las
revoluciones radicales e interminables fue sin dudas León Trosky. Tal vez Martí
no se equivocó cuando dijo que en política lo real es lo que no se ve.
De Julio
Antonio Mella tendremos que hablar mucho, mucho más en otro momento y analizar
con más profundidad su labor en México. Entre otros contamos con los trabajos
excelentes de Olivia Gall2 y Alejandro Gálvez Cancino3 donde de manera
absolutamente clara y precisa y con una carga documental excelente analizan la
labor comunista de Mella en ese período. Al margen de que Mella citara a
Trotsky una vez que regresara de la URSS y pudiera conocer los objetivos de la
Oposición de Izquierda a través de Andrés Nin, (asesinado, para variar por la
GPU en la guerra civil española), o que le escribiera a un camarada en el
libro La plataforma de la Oposición “Para Alberto Martínez
con el objeto de rearmar el comunismo. Julio Antonio Mella”2. so
trotskismo declarado no es lo que más debe importarnos. Mucho más trascendentes
fueron sus posiciones radicales en México. De hecho y por su consecuencia
política “los trotskistas consideran a Mella como el iniciador de la
corriente que más tarde conformó la Oposición de Izquierda en el PCM (partido
Comunista Mexicano)3 a decir de la historiadora Olivia Gall.
¡Y fue
Julio Antonio Mella quien nos introdujo en el camino del socialismo en Cuba!
Quien tendió ese puente hermoso entre Martí y el bolchevismo, quien fundió
nuestro mejor pasado reciente, con el reciente futuro del mundo. Y a pesar de
lo que se pueda decir, por más que algunos quieran enjaularlo en una patética
bandera patriotera y le asignen un discurso escaso, es este Mella valiente,
vigoroso, polémico ¡Y nunca otro! el primer comunista cubano.
El
estalinismo que contagiamos después y que de alguna manera tuvo relevancia por
unos años en la revolución socialista es eso no más. ..un virus contagioso, a
pesar del cual y no sin batallas logró sobrevivir el ideal del socialismo,
porque éstas estaban en la esencia misma del proceso revolucionario. Los
partidos estalinistas no contribuyeron ideológicamente a nuestro proceso, ni
cuando echaron a Mella del partido, ni cuando pactaron con Machado, ni en
muchas otras ocasiones ¡Gracias a Dios!
Por ahí
andan algunos camaradas trotskistas con mucho que contarnos, fieles a la
revolución socialista.... y agradecidos por haber sido ayudados y escuchados
por otro marxista consecuente que engalana junto a Mella el logotipo de la
Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba: El Che.
Y es
precisamente al Che al que quiero invitar, con todo y su estrella en la frente
a dar esta bienvenida a León Trotsky en el 65 aniversario de su asesinato.
El Che
Guevara, símbolo del comunismo más radical también llegó a instrumentar un
trotskismo que no conocía. Y es tan sólo porque las verdades teóricas de
Trotsky tienen la misma constancia que el valor de G, la constante de
Gravitación Universal. El Che llegó a muchas de las tesis del pensamiento de
Trotsky por su propia cuenta, sin saberlo nunca... sin que se lo dejaran saber.
Les
expondré un par de ejemplos con los cuales empecé a descubrir una comunión
secreta entre ambos:
El Che
Guevara fue de todos los revolucionarios que ha existido el que mejor entendió
los principios de la revolución permanente... A tal punto que murió por tratar
de defender sus principios. Pero no tan sólo por morir llevando a la práctica
estas tesis, sino también por arribar intelectualmente a sus esencias:
Por ser
el 65 Aniversario del asesinato de León Trotsky me permito repetir los tres
aspectos de la revolución permanente.
Primer aspecto “La teoría de la Revolución
Permanente resucitada en 1905, declaró la guerra a estas ideas demostrando que
los objetivos democráticos de las naciones burguesas atrasadas, conducían en
nuestra época, a la dictadura del proletariado, y que ésta ponía a la orden del
día las reivindicaciones socialistas”4.
El Che
fue terminante en eso. Déjenme decirlo en voz de Néstor Kohan: “Él (el Che)
en ningún momento acepta que en América latina (y en el mundo diría yo) las
tareas consistan en construir una “revolución nacional”, democrática”,
“progresista”, o un capitalismo con rostro humano, que deje para el día de
mañana el socialismo. Plantea de una manera tajante, muy polémica, que si no se
plantea a la revolución socialista, eso es caricatura de revolución, que a la
larga termina en fracaso o en tragedia, como pasó tantas veces”5.
Son dos
planteamientos idénticos. Los países subdesarrollados no tienen porque razón
esperar por que un inglés u alemán decidan organizarse para hacer la
revolución. Es más el propio Trotsky mencionó en el Manifiesto de la
Conferencia de Emergencia de la Cuarta Internacional, de mayo de 1940 “…la
perspectiva de la revolución permanente no significa en ningún caso
que los países atrasados deban esperar la señal de los países avanzados, ni que
los pueblos coloniales deban esperar pacientemente a que el proletariado de los
centros metropolitanos los libere. ¡Ayúdate a ti mismo!
El
segundo aspecto: de
la teoría, caracteriza ya a la revolución socialista como tal. A lo largo de un
período de duración indefinida y de una lucha interna constante van
transformándose todas las relaciones sociales. La sociedad sufre un proceso de
metamorfosis (...) Este proceso conserva forzosamente un carácter político
(...). Las revoluciones de la economía, de la técnica, de la ciencia, la
familia, (...) se desenvuelven en una compleja acción recíproca que no permita
la sociedad alcanzar el equilibrio4.
Y dijo el
Che en el Socialismo y el hombre en Cuba:
“En
este período de la construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que
va naciendo. Su imagen no está todavía acabada no podría estarlo nunca ya que
el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas”6.Según
el Che “el único descanso de los revolucionarios es la tumba”
El tercer
aspecto: es el
internacional. Dijo Trotsky: “Este aspecto de la teoría de la revolución
permanente es consecuencia inevitable del estado actual de la economía y de la
estructura social de la humanidad únicamente un reflejo teórico. El
internacionalismo no es un principio abstracto, sino únicamente un reflejo
teórico y político del carácter mundial de la economía (...) La revolución
socialista comienza dentro de las fronteras nacionales; pero no puede
contenerse en ellas. La contención de la revolución proletaria dentro de un
régimen nacional no puede ser más que un régimen transitorio, aunque sea
prolongado, como lo demuestra la experiencia de la Unión Soviética. Sin
embargo, con la existencia de una dictadura del proletariado, las
contradicciones interiores y exteriorescrecen paralelamente a sus éxitos. De
continuar aislado el Estado proletario caería mas tarde o más temprano, víctima
de dichas contradicciones (...)” 4
Dijo el
Che refiriéndose a los revolucionarios: “Si su afán de revolucionario se
embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala local y se
olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser
una fuerza impulsora y se asume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros
enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El
internacionalismo es un deber, pero también es una necesidad revolucionaria”6.
No voy a
detenerme demasiado. Si alguien luchó por hacer cada vez más socialista la
revolución cubana fue el Che. El Che se lanzó a la construcción del socialismo
en una tierra atrasada y profundizó día a día su carácter socialista...y lo
abandonó todo en nombre de la revolución mundial. No conozco otro que haya
hecho lo mismo. No creo que haya habido mayor fidelidad a las tesis de la
revolución permanente. Si las condiciones en Bolivia eran o no eran
propicias...es tema para otro análisis y no el de la revolución permanente.
Podemos criticarle que fue un revolucionario demasiado permanente o demasiado
consecuente.
Y otro
aspecto que con las debidas diferencias de circunstancias acercan el
pensamiento de Trotsky al del Che es, sin dudas, la decidida opción por la
economía planificada. Es cierto que Trotsky optó al principio por la NEP en el
joven estado soviético dada las terribles condiciones económicas del llamado
Comunismo de Guerra. Pero después casi desde le comienzo Trotsky criticó este
estado de cosas. Sostuvo como nos dice Isac Deutscher “que con la transición
a la NEP, la necesidad de planificar se había hecho más urgente (...)
Precisamente porque el país volvía a vivir bajo una economía de mercado debía
tratar de controlar el mercado y prepararse para ejercer su control. Volvió a
platear la demanda del Plan único, sin el cual era imposible racionalizar la
producción, concentrar los recursos en la industria pesada y establecer el
equilibrio entre los diversos sectores de la economía” 7
Las
posiciones del Che a favor del plan y su proverbial animadversión a la NEP son
harto conocidas. De hecho el Che insistía que Lenin de haber tenido tiempo la
hubiera reconsiderado. Y no sólo al plan: El Che se pronunció en sus últimos
años sobre la democracia socialista. Escribió Michael Löwy en Rebelión: “
Sabemos que en los últimos dos años de su vida Ernesto Guevara avanzó mucho en
su toma de distancia hacia el paradigma soviético (...) Entre estos documentos
se encuentra una crítica radical al Manual de Economía Política de la Academia
de Ciencias de la URSS, redactada en 1966(...) Uno de ellos es muy interesante,
porque demuestra que en sus últimas reflexiones políticas Guevara se acercaba a
la idea de la democracia socialista”.8
Ahí está
el Che, sin haber estudiado suficientemente a León Trotsky, acuñando las tesis
trotskistas más consecuentes. Quizás nunca lo supo, pero no importa. Eso indica
solamente que esas tesis son verdad y a su vez les otorga, paradójicamente,
mucha más fuerza y vigor al pensamiento de Trotsky. En 1965 el Che le escribe a
Armando Hart estando en Tanzania acerca de sus convicciones para el estudio de
la filosofía marxista. En el apartado VII le dice “y debería estar tu
amigo Trotsky, que existió y escribió según parece”.9
Podrán
imaginarse entonces lo poco que conocía sobre el fundador del Ejército Rojo.
Sin embargo pudiera parecer que en su último año pudo acercarse bastante a su
literatura. Juan León Ferrer, un compañero trotskista que trabajaba en el
Ministerio de Industrias me lo han comentado. El Che recibía además el
periódico de su organización y fue el Che quien los sacó de la cárcel después
de su regreso de África. El compañero Roberto Acosta, ya fallecido tuvo gran
camaradería con Guevara. Según Juan León Ferrer durante las zafras azucarera
debatían estos temas. Este camarada sostiene que el Che se había leído La
Revolución Permanente y es sabido que a Bolivia marchó con La
Historia de la Revolución Rusa. en su mochila de combate.
Y así
podríamos poner muchos más ejemplos donde de alguna manera estos dos
revolucionarios ejemplares encendían la luz por la misma ruta.
Los dos
dirigieron a un ejército y a un naciente estado socialista de manera brillante
y exitosa, asumiendo a Carlos Marx desde el estribo del caballo; los dos fueron
ideólogos revolucionarios que tomaron el poder e intentaron profundizar sus
procesos revolucionarios manteniéndose fieles a Lenin y Fidel respectivamente,
reclinados, eso sí, a la izquierda de ambos. Por representar el ideal más
acabado del internacionalismo y la consecuencia revolucionaria, fueron los dos
brutalmente asesinados.
Ernesto
Guevara me hizo trotskista. Cuando tuve acceso a Trotsky, muy tarde para mi
gusto, me di cuenta que muchas de esas cosas ...ya me las había dicho desde
niña el Che. Al leer sus primeras paginas confirmé aquello que tantas veces
sentí en sus textos: que la revolución no tiene nada que ver la idiosincrasia
nacional. Y que por esto en el socialismo no tenían espacios los pronombres
“nuestro “ o vuestro”, que la teoría revolucionaria , al igual que las leyes de
la física tenía el mismo idioma universal. Que tal como señalara Armando Hart
en otra época: “Nuestra lucha no es solamente por Cuba, sino por todos
los trabajadores y explotados del mundo. Nuestras fronteras son morales.
Nuestros límites son de clase”10
Lo que
más reconozco en Trotsky es eso...la manera de hablar, la pasión que me
despiertan todavía sus discursos. Fue lo mismo que me conquistó del Che
Guevara. Por eso milito en su ejército y en el del Che sin traicionar a
ninguno. Ambos esgrimen con la misma verdad de luz la palabra , el fusil y el
corazón.
Camaradas:
Alcancemos de una vez nuestra mayoría de edad. Son demasiadas las injusticias
de la explotación; demasiada grande la evidencia de la única solución; y son ya
demasiados nuestros muertos. León Trotsky nos vuelve a convocar a la lucha
¡Démosle la bienvenida sin trámite alguno! Su anfitrión es el Che Guevara y los
pueblos de América Latina que claman por el socialismo. Trotsky ganó de forma
dramática la partida teórica. Armemos nuestros movimientos revolucionarios sin
dilación con confianza. Trotsky y el Che están en nuestro partido. Sacudamos de
una buena vez el árbol desenmascarando a los nuevos reformistas que no dejan
avanzar a la revolución bolivariana que está llamada a ser la punta de lanza ,
el primer peldaño de una revolución continental sin precedentes.
Recordemos
una vez más que el Sol , las estrellas... y la gravedad terrestre son nuestros
aliados.
¡Proletarios
de todos los países uníos!
Notas
1.
Ernest Mandel “Trotsky
as alternative” Verso, 1995
2. Alejandro Gálvez Cancino. "Julio
Antonio Mella. Un marxista revolucionario" Crítica de la Economía
política, 1986
3. Olivia Gall. “Trotsky en
México” Colección Problemas de México, 1991
4. León Trotsky. “La revolución
permanente” Fundación Federico Engels.
5. Ernesto Guevara . “El
socialismo y el hombre en Cuba” Marcha Montevideo 1965
6. Néstor Kohan. “Ernesto Che
Guevara. Otro mundo es posible” Editorial Nuestra América 2003
7. Isac Deutscher. “El profeta
desarmado” Ediciones ERA,1968
8. Michael Löwy. Ni calco ni copia:
Che Guevara en búsqueda de un nuevo socialismo Rebelión 5 de Agosto 2002
9. Ernesto Guevara , Carta dirigida
a Armando Hart en 1965 y publicada en Contracorriente (1997) Ver en la ref.5pág159
10. Armando Hart “Saludo del CC
del PCC al XXIII Congreso del PCUS” (Política internacional de la
Revolución cubana, editora política,1966)
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