EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 27 de diciembre de 2022

Mexico SA

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Comunicadores: memoria ausente // AMLO: no tienen autoridad moral // Calladitos y alineados con Borolas

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e moda está que una fracción de comunicadores abiertamente contrarios al actual gobierno se rompan las vestiduras en defensa, dicen, de la libertad de expresión, en la creencia, la suya, de que ese derecho no es circular, sino de una sola vía: si el presidente López Obrador les reclama o critica por la difusión de noticias falsas, es represión, pero si ella lo hace, entonces es libre ejercicio de las garantías constitucionales.

El tema ha sido recurrente en la presente administración y ayer no fue la excepción. La Jornada (Emir Olivares y Alonso Urrutia) lo reseñó así: “algunos de los más visibles ‘comunicadores’ que hoy se confrontan con el gobierno ‘no tienen autoridad moral’, pues apoyaron el ‘pacto de silencio’ para callar en los impactos que tenía la llamada guerra contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón, aseveró el presidente López Obrador, quien se refirió al llamado ‘Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia’, promovido por la administración calderonista y que se dio a conocer el 24 de marzo de 2011, cuando algunos medios informativos y periodistas se comprometieron, en palabras del propio ex mandatario, a dar ‘un manejo de la información vinculada a la violencia en el país’”.

En efecto, se trata de los abajo firmantes de todo tipo de panfletos ligados a lo que suelen llamar libertad de expresión, la suya, que, según ellos, es violentada por el presidente López Obrador cuando ejerce ese mismo derecho. Por ello, dijo el mandatario en la mañanera de ayer, pueden sacar un manifiesto diario, y pueden seguir atacándonos en periódicos, en radio, en televisión, pero no tienen autoridad moral. Nosotros no vamos a reprimir a ningún medio de comunicación, no lo hemos hecho ni lo haremos, por convicción. Entonces, necesitamos hacer el contraste sin enfurecernos, serenos, tranquilos, pero sí informar para que nunca más se silencie a los medios de información, ya sea por intereses políticos o intereses económicos, que la prensa sea verdaderamente libre, distante lo más que se pueda del poder y lo más cercano que se pueda al pueblo.

Y ya que el mandatario hizo referencia al citado acuerdo, promovido por Borolas, vale la pena recordar de qué se trató ese enjuague. La siguiente reseña fue publicada en La Jornada (25 de marzo de 2011), bajo la firma de Fabiola Martínez: “En un gran set de televisión montado en el patio del Museo Nacional de Antropología, poco más de 50 directivos de medios de comunicación firmaron el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, que los insta a seguir un decálogo de criterios editoriales para no interferir en el combate a la delincuencia, dimensionar adecuadamente la información y no convertirse en voceros involuntarios de los criminales.

“Los objetivos del pacto son proponer líneas comunes para que la cobertura informativa de la violencia que genera la delincuencia organizada con el propósito de propagar el terror entre la población no sirva para esos fines. Añade: en ninguna circunstancia, los medios debemos justificar las acciones y los argumentos del crimen organizado y el terrorismo, señala el punto uno del acuerdo firmado ayer en el que, a diferencia del texto original, se realzó el objetivo de que los medios no conviertan en víctimas o héroes públicos a presuntos delincuentes y omitir y desechar información que provenga de los grupos criminales con propósitos propagandísticos. Asimismo, compromete a los signatarios a evitar el lenguaje y la terminología empleados por los delincuentes y da pautas para la difusión de imágenes y fotografías de actos de violencia y terrorismo que definan cuándo y cómo se deben publicar o difundir, en qué espacios y cuántas veces.

“Al final del acto, reporteros que cubrían la nota –incluso de medios de comunicación signantes– comentaban con sorna el decálogo y en especial el punto que se refiere a la protección a periodistas y al cuidado del lenguaje. ‘¿Cómo le vamos a poner ahora?, ¿dos decapitados con poquita violencia? No, decapitados por gente poco amable. Mejor, esa gente antisocial esparció las extremidades de la víctima, quien no sufrió. Qué tal que mejor vamos a cubrir un operativo en bola con el acuerdo en mano’. A diferencia del año pasado, esta vez no hubo ningún representante gubernamental en el anuncio; los organizadores deliberadamente no los convocaron”.

Las rebanadas del pastel

Calladitos y alineados, por instrucción de Borolas, y ninguno se acordó de la libertad de expresión.

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