El mercado del gas en América del Sur
- Análisis
El mercado internacional del gas natural ha experimentado una evolución en el último trimestre de 2020: un aumento de la oferta de la empresa francesa TOTAL en Mozambique; una leve recuperación del precio internacional; y modificaciones en acuerdos sudamericanos en destinos de exportación. Esta nota describirá la situación del mercado del gas natural en América del Sur y las perspectivas.
El gas natural es una combinación de varios gases ligeros en los que predomina el metano. Su uso es energético, principalmente para generación eléctrica. Hay dos formas de transportarlo: en su forma gaseosa y en su forma líquida o licuada. La condición gaseosa m por tubería y es más barata si la infraestructura está disponible. En forma licuada, el gas se enfría y se transporta en tanques sin canales para recorrer varios kilómetros. La ventaja del gas líquido es que tiene 600 veces menos volumen que la forma gaseosa. En Mozambique, otro punto de venta comprime el gas natural, que se utiliza para baterías de hidrógeno.
En América Latina, el principal proveedor de gas en forma gaseosa es Bolivia. En 2004, el gobierno boliviano nacionalizó los hidrocarburos para ser administrados por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), empresa estatal que aporta recursos al erario público. Bolivia ya tenía un acuerdo de exportación firmado con Brasil en 1999 y con Argentina, ajustado en 2004. Los acuerdos de exportación fijaban un precio indexado a la prima boliviana superior a la cotización internacional.
Brasil es el principal importador de gas natural boliviano, con casi el 60% del total. Para 2018, los hidrocarburos generaron el 15% de la electricidad. Del total utilizado, el 30% del gas era de origen boliviano. Desde 2015, las importaciones han tenido una tendencia a la baja debido a la transformación de la matriz energética de Brasil debido a la expansión de proyectos de energía alternativa.
El otro 40% del gas boliviano se destina a Argentina. Sus importaciones comenzaron en la década de 1970 y alcanzaron su punto máximo en 2017, y luego variaron su tendencia. Argentina es el mayor productor de gas natural de América Latina. El gas natural es la fuente de energía más utilizada en el país y la producción nacional no fue suficiente. Así, importó gas natural en forma gaseosa, de Bolivia y licuado, de Trinidad y Tobago y Estados Unidos. En 2018, el 70% de la electricidad generada provino de este hidrocarburo.
En junio de 2020, el gobierno argentino incumplió porque la administración boliviana de Jeanine Áñez solicitó un anticipo en los pagos de importación. Tres meses después, YPFB no alcanzó la producción anual pactada en la estipulación. Con ello, el pacto entre los dos países sufrió una revisión y supuso que, en 2021, Argentina importaría menores cantidades de gas a menor costo. Sin embargo, el 24 de diciembre de 2020, el recién reelegido Gobierno de Bolivia anunció el descubrimiento de un mega campo de gas natural en la región sur, un área administrada por la empresa española Repsol, la angloholandesa Shell y la argentina Pan American Energy. Este hallazgo podría conducir a un nuevo acuerdo con Argentina. La exportación de gas natural es indispensable para el país andino por su importancia para los ingresos fiscales y las reservas internacionales.
Hay dos grandes exportadores de gas licuado en América Latina: Trinidad y Tobago y Perú. El primero es el mayor vendedor de gas natural licuado de la región y tiene una industria petrolera orientada a la exportación. Las mayores empresas presentes son Repsol, Shell, British Petroleum (Inglaterra) y Phoenix Park Gas Processors Limited (EE.UU.). Para 2019, Trinidad y Tobago era la décima exportación más importante de gas licuado del mundo a todos los continentes. Sus principales mercados fueron Estados Unidos, España, República Dominicana y China.
Perú es el segundo mayorista de gas natural licuado de la región. Al igual que Bolivia y Trinidad y Tobago, la producción peruana se dirige principalmente al exterior. De 2013 a 2017, el principal comprador de gas peruano fue México. El pacto fue acordado en 2004 por Repsol para su venta a la Comisión Federal de Energía (CFE) de México por 18 años. En 2014, Shell compró el trato. La prensa mexicana y peruana criticó duramente el acuerdo comercial de gas desde su firma. En México, se argumentó que la oferta peruana no sería suficiente para la enorme demanda mexicana. El argumento peruano se debió a una sospecha de juego sucio en el escenario del trato. En cada región, Henry Hub determina el precio de referencia. Sin embargo, en Norteamérica, la cotización se desplomó desde 2010, dejando una abismal diferencia entre áreas. Este diferencial de valoración deja un beneficio extraordinario para que el administrador del contrato compre al valor más bajo del mundo y venda al tipo internacional. El gas llegó a Manzanillo para su reexportación a Estados Unidos.
Hay esfuerzos para que Perú deje de exportar a México y enviar a Asia, donde la rentabilidad es mayor. Corea del Sur tiene una tendencia de importación creciente y China ha mostrado interés en controlar el gas natural licuado en Perú con la compra de Luz del Sur a la norteamericana Sempra Energy, el principal proveedor de gas natural licuado del país.
El gas natural se presenta como una alternativa al petróleo porque es menos contaminante. Sin embargo, el cambio de matriz energética a energías más limpias, como la hidroeléctrica, eólica y solar, hace que se empiece a perder terreno en las políticas medioambientales. Los países latinoamericanos continuarán produciendo gas natural debido a su importancia en la generación de electricidad, el comercio internacional y los ingresos fiscales.
Num.4, Año 2021 11 de febrero ª
- Carlos de León , Facultad de Economía, UNAM, miembro de obela.org
- OBELA , Oscar Ugarteche (Coord), Armando Negrete, Carlos de León, Arturo Martínez, Bertín Acosta, Priscila Martínez, Hiromi Ijima.
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