EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Un mundo asustado


Un mundo asustado
Orlando Delgado Selley
T
ras sucesivos encuentros entre los gobernantes de los países de la zona euro y los de Estados Unidos, en los que se mostraron opiniones divergentes sobre lo que debe hacerse para evitar que la crisis de deuda soberana y la parálisis estadunidense lleven al mundo otra vez a la recesión, Obama declaró que la crisis fiscal europea está asustando al mundo. Reconoció que los gobernantes europeosintentan tomar decisiones responsables, pero no están siendo todo lo rápidos que deberían.
La respuesta de los europeos ha sido inmediata, repitiendo los señalamientos que habían hecho luego de la intervención de Geithner, secretario del Tesoro de Estados Unidos, en la reunión de los Ministros de Finanzas de la Unión Europea. Dramatizando han respondido diciendo que los desempleados griegos o los trabajadores irlandeses no fueron los que causaron la caída de Lehman Brothers, lo que es cierto. Pero lo relevante en este momento de la crisis no es quien la originó, sino cómo se resuelven los problemas que se enfrentan.
El fondo de la divergencia entre el gobierno estadunidense y los gobiernos de la zona euro es sobre la tarea central para evitar la recesión. Obama sostiene que lo fundamental es atender una urgencia social básica: regresar al trabajo a los millones de desempleados. Los europeos sostienen que, en cambio, lo central es que los países miembros del euro cumplan en el mediano plazo con los requerimientos de Maastricht: déficit fiscal equivalente al tres por ciento del PIB y deuda pública máxima del 60 por ciento del PIB.
Estas diferentes prioridades se traducen en distintas políticas. La administración Obama intenta poner en marcha programas fiscales que estimulen la creación de empleo, lo que rechaza la bancada republicana cuyas posiciones se acercan a las de los gobernantes de la zona euro. Para lograr que estos programas funcionen requieren que otros países los apliquen. De allí su insistencia a los europeos. Los gobiernos de la Unión Europea están instrumentando severos planes de austeridad en los países de la Unión. Lo cierto es que la incapacidad para acordar políticas coordinadas, como las que se lograron en noviembre de 2008 entre los países miembros del G-20, ha conducido a que la recuperación se detenga.
Tras estas diferencias políticas hay visiones económicas encontradas sobre el funcionamiento económico. La crisis es, por supuesto, el resultado de malas decisiones económicas, de incompetencia e ignorancia, pero es también el fracaso intelectual de las ideas que han dominado la profesión económica durante los últimos treinta años. Sin embargo, estas ideas siguen ejerciendo su predominio en el mundo. La visión de los halcones del déficit fiscal esta sostenida en la ortodoxia neoclásica, en las premisas centrales que promovieron un funcionamiento económico que condujo precisamente a la primera gran crisis económica del siglo XXI.
Son estas ideas las que provocaron decenas de millones de desempleados en el mundo entero. Son estas ideas las que han llevado a la indignación a cientos de miles de jóvenes que no encuentran trabajo, ni lo encontrarán en los próximos años. Son estas ideas las que tiene a la economía mundial cada vez más cerca de un colapso que, como lo advirtiera la nueva directora gerente del FMI, no podrá ser enfrentado con las medidas que tomaron los gobiernos en 2008 y 2009.
En efecto el mundo está asustado. Lo está porque, como dijera hace unas semanas el presidente alemán Wulff, los políticos tienen que dejar de actuar frenéticamente en respuesta a cada caída de los mercados de valores. Deben dejar de sentirse dependientes de las alarmas de los banqueros, de las agencias calificadoras y de los erráticos medios. Deben formular políticas para el bien común y mostrar coraje para enfrentar el conflicto con intereses individuales.
El mundo esta asustado porque se están eliminando bienes públicos fundamentales, que protegían a los más débiles, para beneficiar los intereses de los poderosos. Es momento de detener los excesos del capitalismo y defender el estado del bienestar, como lo señaló ayer E. Milliband, líder del partido laborista inglés. Es momento de perder el miedo y actuar solidariamente.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Los cañones de agosto


Los cañones de agosto
Alejandro Nadal
M
ientras el riesgo de una moratoria griega se mantiene latente, los líderes europeos empujan a la Unión Europea al borde del abismo. Lenta pero irremediablemente, la economía europea y la moneda común están siendo arrastradas hacia una crisis más profunda y prolongada, con consecuencias políticas inimaginables.
Es posible que se aumenten los recursos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o que se le otorgue mayor flexibilidad al Banco Central Europeo para sus acciones. Eso será muy poco y demasiado tarde. La moratoria griega es ya un hecho y traerá una larga cauda de quiebras bancarias y nuevas cargas fiscales para rescatar a los bancos europeos más expuestos. La recesión prolongada en Europa será inevitable. Las secuelas de desempleo, pobreza y desigualdad tendrán efectos políticos decisivos, para bien y para mal.
En 1962 la historiadora Bárbara Tuchman publicó su libro Los cañones de agosto, una historia militar sobre el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Es un estudio con lecciones interesantes en el contexto actual. Aunque las circunstancias son distintas, destacan algunos paralelismos entre lo que hoy hunde a Europa en la crisis y los orígenes de la tragedia de 1914. Los nacionalismos estrechos y el dogmatismo son rasgos que se vuelven a presentar.
Ayer como hoy, los principales líderes e intelectuales en Europa mantenían la ilusión de que los vínculos comerciales ya existentes en el continente eran una garantía de que los conflictos no se resolverían por la vía armada. Se pensaba que las consecuencias económicas de una conflagración serían tan graves y, sobre todo, evidentes, para todas las partes involucradas, que la guerra sería impensable. Cuenta Tuchman que cuando el jefe del estado mayor alemán, el general Von Moltke, fue advertido sobre esas consecuencias económicas para incluirlas en sus planes, exclamó irritado: Yo soy militar, ¡no economista! Era como si las virtudes del doux commerce de Montesquieu se hubieran erigido en un inmenso valladar frente a los impulsos belicistas.
Pero el argumento de que los lazos comerciales y la riqueza impiden las guerras descansa en la idea de que la prosperidad aumenta el costo de oportunidad de una conflagración: los agentes hacen sus cálculos y el saldo es negativo para la opción guerrera. Pero las cosas no son tan sencillas. Las economías con mayor riqueza también tienen más recursos para ir a la guerra. A esto se le puede llamar el efecto ingreso y actúa en detrimento de la paz.
Por otra parte, la guerras no afectan por igual a los países. Francia es una abstracción, como dijera Marx. Lo que existen son clases sociales, élites y proletarios o clases medias. Normalmente, quien paga con sangre los costos de la guerra o la crisis son las masas, no las élites. Aunque el paralelismo entre 1914 y la Europa de 2011 no estriba directamente en un escenario de guerra, la crisis económica en la que se hunde el continente también tendrá efectos dolorosos y prolongados sobre las masas.
En 1914 todos los protagonistas del conflicto estaban convencidos de que una guerra duraría poco tiempo. En unas cuantas semanas regresarán los muchachos, se decía cuando los contingentes marchaban a una de las peores carnicerías en la historia. Esta idea sobre la forma en que se desarrollaría la guerra estaba basada en visiones dogmáticas sobre los conflictos armados en la segunda mitad del siglo XIX. Los mandos militares y las élites políticas subestimaron sistemáticamente el impacto de los cambios tecnológicos que ya habían irrumpido en los arsenales de todas las potencias involucradas y fueron incapaces de entender la naturaleza cambiante de la guerra.
De manera análoga, la crisis financiera y económica en Europa ha sido mal entendida y sus efectos han sido subestimados de manera peligrosa. Los líderes europeos no han comprendido la naturaleza de la crisis. Han sido lentos en su respuesta y dogmáticos en su enfoque. Y en su actitud no ha estado ausente una buena dosis de cobardía. Al someterse a los dogmas neoliberales cerraron las puertas a políticas que hubieran revertido el efecto de la crisis. En no pocos casos se han rendido frente a nacionalismos que coexisten con una regresión política.
Hay que insistir: no es que el escenario de una guerra en Europa sea el punto de comparación directa con el libro de la Tuchman. Pero las sombras de un conflicto vibraron hace unos días cuando el ministro polaco de Finanzas, Jasek Rostowski, declaró ante el Parlamento europeo que la crisis del continente podría destruir la Unión Europea y hasta arrojarla a un conflicto armado. Europa está en peligro, señaló Rostowski. Quien piense que una guerra en Europa es impensable sólo tiene que recordar el conflicto en Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina entre 1992 y 1995.
El euro y la Unión Europea neoliberales son proyectos mal concebidos. Y ahora su destrucción puede ir acompañada de una peligrosa regresión política en la que muchos escenarios pueden caber.

martes, 27 de septiembre de 2011

El contrato social de America es la prosperidad para los ricos.

25 DE SEPTIEMBRE 2011 - 17H22 
Paul Krugman: contrato social de América es la prosperidad para los ricos

Esta semana, el presidente Barack Obama dijo lo obvio: los estadounidenses más ricos, muchos de los cuales pagan relativamente poco en los impuestos, debe correr con parte del costo de la reducción del déficit presupuestario a largo plazo. Y los republicanos como el representante Paul Ryan respondió con gritos de "guerra de clases". 

Por Paul Krugman, en "The New York Times" 

Por supuesto, nada de eso. Por el contrario. Son gente como Ryan, que quieren eximir a los muy ricos a soportar cualquier carga para hacer que nuestra financiación sostenible, que están librando una guerra de clases. 

Como la información, que ayuda a saber lo que ha sucedido con los ingresos en los últimos tres decenios. Estimaciones detalladas de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que sólo hasta el año 2005, pero la estructura básica no ha cambiado, sin duda muestran que entre 1979 y 2005, ajustado por inflación de ingresos de las familias de ingresos medios aumentaron un 21%. Es un crecimiento, pero es pequeño, sobre todo en comparación con el aumento de 100% en el ingreso promedio más de una generación después de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras tanto, en el mismo período, los ingresos de los más ricos, la parte superior del 0,01% de la distribución del ingreso se elevó un 480%. No, no es un error tipográfico. En dólares de 2005, el ingreso promedio anual de este grupo aumentó de US $ 4.2 millones a $ 24,2 millones. 

Pronto, los ricos parecen a usted una víctima de la lucha de clases? 

Para ser justos, no es el argumento acerca de la medida en que la política del gobierno era responsable de la enorme disparidad en el crecimiento de los ingresos. Lo que sabemos a ciencia cierta, sin embargo, es que las políticas siempre se inclinó por los ricos y en contra de la clase media. 

Algunos de los aspectos más importantes que implican cosas como la pendiente sostenido ataque contra los trabajadores organizados y la desregulación financiera, lo que creó grandes fortunas, al tiempo que prepara el camino para el desastre económico. Hoy, sin embargo, nos centraremos únicamente en los impuestos. 

Los números de la oficina de presupuesto muestran que la carga de los impuestos federales se redujo para todas las clases de ingresos, que por sí solo refuta la retórica que se escucha de los sospechosos habituales. Sin embargo, esta disminución fue menor en porcentaje de los ingresos, para los ricos. Parte de ello se debe a grandes recortes en las bandas superiores de ingresos, pero también fue un gran cambio de la tributación de la riqueza para trabajar: las tasas de impuestos sobre las ganancias corporativas, las ganancias de capital y los dividendos se redujeron, mientras que el impuesto sobre la renta deducidos en la hoja-el principal impuesto pagado por la mayoría de los trabajadores, se levantó. 

Y una consecuencia de esta reducción de la imposición de la riqueza al trabajo es la creación de muchas situaciones, como Warren Buffett y Obama dicen que las personas con ingresos multimillonarios, que por lo general obtienen gran parte de que los ingresos por ganancias de capital y de otras fuentes que pagan poco impuestos, terminan pagando los impuestos en general más bajos que los trabajadores de clase media. Y no estamos hablando de unos pocos casos excepcionales. 

Según datos del independiente Centro de Política Tributaria, una cuarta parte de las personas con ingresos superiores a $ 1 millón al año pagan impuestos de 12,6% o menos en sus ingresos, lo cual la carga tributaria para muchas personas por debajo de la clase promedio. 

Pero sé lo que la respuesta adecuada a estos hechos con las estadísticas de reclamos morales engañosas o dudosas. 

Por un lado, tenemos la afirmación de que no aumenta la cantidad de impuestos pagados por los ricos que muestra la carga de la que es subiendo, bajando. Para señalar lo obvio, que los ricos paguen más impuestos, porque son mucho más ricos que antes. Cuando la clase media los ingresos apenas en crecimiento y los ingresos de los tiempos más ricos cada vez seis, ya que la parte pagada por los ricos, no aumentaría, aún con tasas de impuestos a caer? 

Por otro lado, tenemos la afirmación de que los ricos tienen el derecho a conservar su dinero que no tiene en cuenta el hecho de que todos vivimos y el beneficio de ser parte de una sociedad más amplia. 

Elizabeth Warren, una reforma financiera que se está ejecutando actualmente para EE.UU. Senado de Massachusetts, recientemente hizo comentarios que son elocuentes al respecto, así, conseguir un montón de atención. "No hay nadie en este país que se enriquecieron. Nadie ", dijo, señalando que sólo los ricos pueden obtener ricos gracias al" contrato social "que ofrece una sociedad decente en el que puede funcionar y prosperar. 

Lo que nos lleva de nuevo a los gritos de "guerra de clases". 

Los republicanos dicen estar muy preocupados por el déficit federal. De hecho, la escasez de Ryan llamó una "amenaza existencial" para Estados Unidos. Pero insisten en que los ricos-que supuestamente tienen tanto en juego como cualquier otro en el futuro de la nación, no deben ser llamados a desempeñar un papel en la prevención de esta amenaza. 

Bueno, este es un requisito que un pequeño número de la suerte de estar exentos del contrato social que se aplica a todos los demás. Y así, si usted se pregunta, es lo que parece ser una guerra de clases real. 

Traducción: George Khouri El Andolfato 


lunes, 26 de septiembre de 2011

crisis de estado

La crisis del Estado (II y último)
ARTURO GONZÁLEZ ARAGÓN
20 DE SEPTIEMBRE DE 2011 · 2 COMENTARIOS
ANÁLISIS
Pobreza extrema. Fracaso político.
Foto: Prometeo Lucero
En la segunda parte de su colaboración, el exauditor superior de la Federación, Arturo González de Aragón desmenuza las cifras económicas de México en la última década y hace evidente que la falta de liderazgo, de visión y de proyectos –sobre todo por la mezquindad de la clase política– han alimentado el creciente número de pobres en el país y el fracaso de la mayoría de las políticas públicas y de la búsqueda del desarrollo.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Según el físico y matemático británico Lord William T. Kelvin (1824-1907), “lo que no se puede medir no se puede mejorar”, por lo que toda actividad humana y social puede ser mensurable para conocer su nivel y grado de avance o retroceso.
Por lo anterior es necesario conocer el estado que guarda nuestro país. Para ello se necesita un conjunto básico de indicadores, parámetros y percepciones que midan el desempeño de México, como herramienta fundamental para conocer su posición y detectar las áreas de riesgo a fin de convertirlas en oportunidades de mejora de nuestra circunstancia particular.
Durante la década 2000-2010, México ha mostrado un comportamiento errático, producto de la ausencia de una visión de Estado con perspectiva que le permita aprovechar todas sus fortalezas y potencialidades en beneficio del desarrollo y la realización de todos los mexicanos. Esta última década nos muestra los principales resultados siguientes:
De acuerdo con datos de los censos de 2000 y 2010 levantados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el país contaba con una Población Económicamente Activa (PEA) de 34.2 millones de personas en 2000 y de 44.7 millones al final de 2010; es decir que la PEA aumentó 10.5 millones, 31%. La población desocupada pasó de 400 mil personas en 2000 (1.2%) a 2.3 millones al cierre de 2010 (5.1%), mostrando un crecimiento de 1.9 millones, 475%.
En México, según afirmación del rector de la UNAM, existen 7 millones y medio de jóvenes que conforman la generación “nini” –ni estudian ni trabajan–, que se convierten en caldo de cultivo de la delincuencia organizada agravando la inseguridad en el país.
Durante el periodo 2000-2010 el Producto Interno Bruto (PIB) mostró un crecimiento de 6.6% en 2000, de 0.8% en 2002, de 4% en 2004, de 5.1% en 2006 y de 1.3% en 2008, para reflejar una caída de -6.5% en 2009 y un aumento de 5.5% en 2010. El brutal decrecimiento de 2009 es la más severa caída desde 1932.
En relación con la deuda total, su comportamiento muestra que su saldo pasó de 1 billón 183 mil 700 millones de pesos al cierre de 2000, a 3 billones 483 mil 500 millones de pesos a marzo de 2010, lo que refleja un crecimiento de dos billones 299 mil 800 millones de pesos, 194.3%; es decir, casi dos veces más en 10 años.
Adicionalmente y según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la deuda de estados y municipios creció tres y media veces, al pasar de 89 mil 501 millones de pesos en 2000 a 314 mil 13 millones de pesos al cierre de 2010. Según un estudio del Senado, 97% de los ingresos tributarios los obtiene el gobierno federal y únicamente 3% los gobiernos estatales.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hasta 2009 México obtenía por recaudación federal 17.60% del PIB, en tanto que Noruega recaudaba 37.95% del PIB, el primer lugar en la muestra. Por su parte, la recaudación de impuestos en México a escala estatal era sólo de 0.62% del PIB, uno de los más bajos de la OCDE.
Por cierto, recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que las entidades federativas han recibido en los últimos 10 años 3.5 billones de pesos a través del Ramo 33, monto equivalente en el mismo periodo a la suma de los presupuestos de las secretarías de Educación Pública, Salud, Desarrollo Social, Agricultura, Ganadería y Pesca, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Economía y Energía.
En cuanto a la inflación de la década, pasó de 8.9% en 2000 a 4.4% en 2010; es decir que se redujo 4.5 puntos, lo que equivale a 50.6%, siendo uno de los indicadores económicos positivos.
Considerando el nivel más alto de cada año, el tipo de cambio muestra que en 2000 se pagaban 10.07 pesos por cada dólar, 13.91 en 2008, 15.36 en 2009 y un poco más de 12 en 2011, reflejando una tendencia firme a la apreciación del peso.
El precio del petróleo en dólares por barril pasó en la última década de 24.79 en 2000, a 53 en 2006 y a 98.3 en 2008, para descender a casi 50 dólares en 2009 y subir a 71.5 en los primeros meses de 2010; esto es un aumento del precio del barril de petróleo 2000-2010 de 46.71 dólares, equivalente a 188.4%. Por la crisis política y económica en algunos países árabes y europeos así como las catástrofes naturales en Japón, este año el precio ya rebasó los 100 dólares por barril.
Por su parte la producción petrolera durante la década 2000-2010 mostró un comportamiento a la baja al pasar de 3 millones 12 mil barriles diarios en 2000 a 3 millones 383 mil barriles diarios en 2004 y a 2 millones 576 mil barriles diarios a finales de 2010, lo que representa una disminución –entre 2004 y 2010– de 807 mil barriles diarios, equivalente a 24%. Como podemos observar, la reforma energética de 2008 no ha cumplido con sus objetivos.
Pemex está produciendo hoy lo mismo que en 1990, con la diferencia de que en aquel entonces eran 80 mil empleados y hoy son 184 mil. El subsidio a los energéticos representa en México cuatro veces más recursos que todos los programas de combate a la pobreza, según el Informe sobre Desarrollo Humano 2011.
En relación con el Índice de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, México, entre 139 países, ha perdido 34 posiciones al pasar del lugar 32 que tenía en 2000, al 66 en 2010; es decir, su descenso ha sido dramático, afectando seriamente los atractivos para la inversión externa.
La pobreza del país por nivel de ingresos ha disminuido en la última década al pasar de 53.6% de la población en 2000 a 44.5% en 2008 y mostrar un repunte a 51.3% en 2010, reflejo de la crisis económica mundial. El efecto neto de la disminución de la pobreza en el país por su nivel de ingresos ha sido de 2.3% durante el periodo 2000-2010. Existen 57.4 millones de mexicanos en pobreza de ingresos, de los cuales 11.7 millones –10.4% de la población– se encuentra en pobreza extrema. En los dos últimos años, 3.2 millones de mexicanos cayeron en la pobreza, informó el Coneval el pasado 29 de julio.
El Inegi dio a conocer recientemente los resultados del censo de 2010, que muestra avances importantes en la última década en algunas materias a consecuencia de la estabilidad macroeconómica y la continuidad de algunas políticas sociales.
Destaca que casi 7 millones de familias de 3.9 miembros adquirieron una vivienda con luz eléctrica, agua entubada, alumbrado, teléfono, televisión, refrigerador y lavadora. En el bienio 2009-2010 el Infonavit otorgó casi 1 millón de créditos para compra de vivienda, lo que es una cifra récord en la materia.
El censo de 2010 muestra también que el número de compu­tadoras por hogar creció de menos de 10% a casi 30%; el uso de internet pasó de 2.5 millones de hogares a 17 millones, y una de cada dos familias ya tiene automóvil.
Por cierto, el pasado 15 de julio el Inegi informó que el ingreso promedio mensual por hogar era de 11 mil 645 pesos; es decir que de 2008 a 2010 el ingreso familiar descendió 12.3%. Si a ello sumamos la caída entre 2006 y 2008 –que fue de 1.6%–, tenemos que en cuatro años la pérdida promedio del ingreso alcanzó 13.9%, una de la razones del aumento de la pobreza en los últimos años.
En la última década las administraciones gubernamentales se han fijado como meta la cobertura universal de los servicios de salud a través del Seguro Popular para la población que carece de seguridad social. Al mes de agosto de 2010 el padrón de beneficiarios era de 38 millones de personas, siendo uno de los programas más exitosos de los últimos años. La meta se estima en 51.3 millones de afiliados al final de la administración.
Según información de la SHCP los ingresos públicos totales pasaron de 1 billón 178 mil 800 millones de pesos en 2000 a 3 billones 176 mil 300 millones en 2010, lo que representa un crecimiento de 1 billón 997 mil 500 millones; el aumento fue de 169.5%.
Por su parte el Presupuesto de Egresos de la Federación muestra un crecimiento muy importante: pasó de 1 billón 195 mil 300 millones de pesos en 2000 a 3 billones 176 mil 300 millones en 2010, lo que refleja un aumento de 1 billón 981 mil millones de pesos, equivalente a 165.7%.
Los ingresos extraordinarios que recibió el país durante el periodo 2003-2006 fueron de 767 mil 300 millones de pesos, producto principalmente del crecimiento espectacular de los precios del petróleo. En la presente administración se obtuvieron ingresos extraordinarios excedentes por 247 mil 400 millones de pesos en 2007 y de 315 mil 500 millones de pesos en 2008.
En resumen, en el periodo 2003-2008 el gobierno federal recibió ingresos excedentes extraordinarios por 1 billón 330 mil 100 millones de pesos, de los cuales se aplicaron al gasto corriente 72%, a inversiones financieras 12% y a proyectos de inversión pública 16%. La falta de visión y la carencia de proyectos fueron evidentes.
Así, la década 2000-2010 muestra un país con crecimiento económico insuficiente, bajo nivel de empleo, el aumento del desempleo y la pobreza, crecientes inseguridad, delincuencia y crimi-
nalidad, deficiente impartición de justicia, aumento de las estructuras de gobierno y de la burocracia y uso inapropiado de los ingresos extraordinarios excedentes que se recibieron fundamentalmente por el petróleo.
El país vive una grave crisis y los principales responsables de ella son los líderes políticos de todos los partidos y corrientes ideológicas, que carecen de una visión de Estado que sacrifique las perspectivas particulares en favor del interés supremo de la nación.
* Auditor superior de la Federación de 2002 a 2009.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Es necesario eliminar las deudas ilegitimas

"Es necesario anular las deudas ilegítimas"
Entrevista con Eric Toussaint
Sébastien Brulez
Ver en línea : Le Courrier
Economista, presidente de la sección belga del Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo (CADTM), Eric Toussaint integró la comisión para la auditoria de la deuda creada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, a raíz de la cual Ecuador decidió anular una parte de su deuda ilegítima. Toussaint nos explica su análisis de la crisis que afecta actualmente a varios países europeos.
Grecia, Portugal, España e Italia, y ahora Estados Unidos: la crisis de la deuda continúa golpeando a países industrializados. ¿Asistimos a un retorno del rescate de bancos por los Estados, como ocurrió durante la crisis de las subprimes de 2008?
Eric Toussaint: Sí y no. Por supuesto, las deudas públicas en algunos países (Estados Unidos, Irlanda, Gran Bretaña, Bélgica, Portugal) aumentaron fuertemente después del rescate de bancos privados. Eso costó mucho dinero y, para financiar estos planes de rescate masivos, los correspondientes Estados se endeudaron con los mercados y por lo tanto sus deudas aumentaron. Pero no es la única causa. La otra es la recesión económica que disminuye la recaudación de los Estados y que, por consiguiente, los obliga a multiplicar el recurso a los préstamos.
Pero también es la consecuencia de las políticas aplicadas antes de la crisis financiera de 2007-2008. Fueron 20 años de políticas fiscales neoliberales que consistieron en reducir radicalmente los impuestos pagados sobre sus beneficios por las sociedades privadas, en particular las grandes sociedades, y en los regalos fiscales hechos a las personas más ricas (la clase capitalista), que pagan menos impuestos, ya sea sobre su patrimonio o sobre sus ingresos. Y como esta parte de la sociedad ha contribuido en menor cuantía a los impuestos, se aumentaros aquellos que afectan a otras capas de la sociedad (los trabajadores), se aumentó el IVA por ejemplo. También, fue necesario durante esos 20 años, al reducirse la carga fiscal sobre los ricos, rellenar ese agujero con los préstamos. Así que la deuda pública aumentó estos últimos 20 años como consecuencia de unas reformas fiscales neoliberales.
Se llega, por lo tanto, a un momento en el que los Estados no podrán seguir manteniéndose artificialmente, y eso tendrá repercusiones sociales...
Sí, los gobiernos están frente a la siguiente alternativa: o emprenden un cambio que lleve a la ruptura con el neoliberalismo y que, paralelamente, adopten medidas para hacer contribuir a la clase capitalista y a las empresas, impongan una nueva disciplina a los mercados financieros y tomen medidas para la creación de empleos, —es evidente que los gobiernos actuales no van en esta línea—. O aprovechan la crisis para aplicar, como diría Naomi Klein, la «estrategia del shock» y profundizar, aún más, las políticas neoliberales.
Estados Unidos quiere elevar el techo de su deuda, que ya alcanza el 100 de su PIB. Más allá de confrontación entre republicanos y demócratas, ¿qué significa ese aumento?
Retomando las dos opciones que ya nombré, la fuente de la crisis de la deuda en Estados Unidos está en la profundización de la ofensiva neoliberal efectuada por el gobierno de Obama, y eso impide tomar medidas para disminuir la deuda pública. Porque es evidente que hay que reducirla. Y se podría hacer favoreciendo a la población: hacer pagar a las instituciones financieras y las personas muy ricas, que poseen una gran parte de la deuda pública, el coste de la reducción de la misma.
¿Cuál es su análisis de los últimos planes europeos de rectificación de la deuda, especialmente respecto a Grecia?
Los últimos planes europeos, y especialmente el plan dirigido a Grecia, cuya filosofía se ha extendido a Portugal e Irlanda, requieren una precisión sobre las situaciones de esos países: éstos sólo pueden pedir préstamos a los mercados financieros a corto plazo, a tres o seis meses. Si quisieran pedirlos a cinco o diez años, y es el caso de Grecia, deberían pagar un tipo de interés de alrededor del 17 %. Por lo tanto, Grecia tiene préstamos concedidos por el mercado financiero sólo a tres o seis meses. ¿Y quién le presta a largo plazo? Pues la Troica, o sea, el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Son ellos los que prestan a plazos más largos y se benefician del estado de desamparo de estos países para decirles: nosotros, los buenos guardianes del orden, no os pedimos tipos de interés del 17 %, o del 14 %, os pedimos (y son las últimas medidas de hace diez días) nada más que el 3,5 % o el 4,5 %, pero con una condición. Y ésta es la obligación de aplicar drásticos planes de austeridad, constituidos por medidas neoliberales extremadamente duras.
Como consecuencia de unas medidas que disminuyen la actividad económica —puesto que disminuyen la demanda global al afectar los ingresos de las personas de ingresos modestos— no habrá una recuperación económica. La deuda pública seguirá aumentando y estos países deberán continuar emitiendo deuda para poder reembolsar. Por lo tanto, tienen un horizonte de diez, quince o veinte años de austeridad y de aumento de la deuda. Lo que puede producir, en los próximos años, cesación de pagos, ya que se llegará a situaciones insostenibles.
En el caso de Grecia, donde la clase dirigente dio prueba de un alto nivel de corrupción, ¿cómo se puede imponer una mejor gestión del dinero público?
¿Cómo se hace frente a la corrupción de los capitalistas y de la clase política local? La respuesta es mediante la auditoría de la deuda. Una auditoría ciudadana que permita mostrar a la población que la deuda no es una especie de mal incomprensible que se abate sobre un país, sino el resultado de políticas deliberadas y perfectamente injustas. Las deudas contraídas en el marco de actos de corrupción son ilegítimas, incluso ilegales, y deben ser anuladas.
"Nada obliga a aplicar la austeridad"
Si un Estado no quiere que sus ciudadanos paguen la deuda, ¿tendrá los medios para hacerlo?
Por supuesto, es totalmente posible. A causa de la crisis bancaria, los bancos privados tuvieron que anular más de 1,2 billones de dólares (1.200.000.000.000 de dólares) de activos tóxicos de sus balances, es decir de acreencias dudosas, de deudas que otros les debían y que fueron borradas. Es perfectamente posible continuar la limpieza anulando otras acreencias dudosas. Y las acreencias dudosas son aquellas que los Estados deberían considerar como deudas ilegítimas, y por lo tanto decidirían no pagarlas. Si se observa lo que pasó en los últimos treinta años en Europa, tendremos el argumento: el aumento de la deuda pública es debido a una política deliberada, social y fiscalmente injusta. Esta política consistió en privilegiar fiscalmente a los ya privilegiados por sus ingresos y bienestar.
Pero eso implica, y es evidente, tener gobiernos de izquierda que lleguen al poder con la voluntad de cambiar en forma radical el curso de las cosas. Eso plantea la cuestión de la movilización popular, que es la clave de la solución. Pero, en el plano técnico, es perfectamente posible. Sólo hay que obligar al sector bancario a tomar en cuenta las pérdidas, a poner en pérdidas y beneficios una serie de elementos de sus balances que son acreencias dudosas o acreencias ilegítimas.
¿Cuál será el siguiente paso? ¿Un plan Marshall para recuperar el empleo?
Más bien que un plan Marshall, el siguiente paso sería, o un New Deal del tipo del de los años 1930, desarrollado por Franklin Roosevelt, o un programa más radical. Pero Roosevelt, en las medidas tomadas durante los primeros meses de su mandato, había aumentado radicalmente el interés del impuesto para la capa con ingresos más elevados, que llegó a ser del 90 %. Un New Deal impondría una nueva disciplina financiera, como la de prohibir a los bancos de negocios fundirse con los bancos de depósitos, o sea, los bancos donde el público ingresa sus ahorros. Roosevelt había instaurado la Glass Steagall Act, que obligaba a los bancos a separarse en bancos de inversiones y negocios por una parte, y bancos de depósitos por otra. Esa sería una versión keynesiana capitalista de salida de la crisis.
Pero podríamos tener otra versión, una salida más radical, una salida anticapitalista, con medidas, por ejemplo, de nacionalizaciones sin indemnizaciones del sector bancario y de otros sectores claves de la economía. Esto implicaría no tener simplemente un gobierno tipo Roosevelt, sino un verdadero gobierno de izquierda, un gobierno de los trabajadores. Esta opción es también imaginable en los próximos 5 o 10 años. Por el momento, estamos en un viraje de la historia y los meses y los años próximos nos dirán si las rebeliones, como la de los indignados en España o en Grecia, acumularán fuerzas suficientes y se llegaría a cambios que sobrepasarían los producidos en las urnas. No afirmo que eso pasará, digo que es una posibilidad abierta, que no hay que descartar. Los movimientos sociales y las personas que quieren con vehemencia un cambio real, deben apoyar estas movilizaciones.
Traducido por Griselda Pinero
8 de agosto de 2011

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El neoliberalismo


Recuperación y destrucción del neoliberalismo
Alejandro Nadal
L
a maquinaria institucional e ideológica heredada de 30 años de neoliberalismo no está ahí por nada: sus objetivos son el retroceso político y mantener vivos los viejos dogmas. Esto se logra imponiendo una narrativa dominante sobre los orígenes y naturaleza de la crisis que impida pensar en caminos alternativos.
La historia que cuenta el neoliberalismo sobre su propia crisis comienza con el estallido de la burbuja en el sector inmobiliario y la diseminación de sus efectos por todo el sector financiero gracias a la bursatilización de activos tóxicos. Después viene el rescate y la recuperación. Pero esta historia es absurda porque no hay recuperación a la vista.
Lo notable es que esta narrativa termina con el principio de la pesadilla. Su culminación es el ¡retorno al neoliberalismo! Eso es absurdo: si algo sabemos es que el neoliberalismo ya no va a poder funcionar jamás. Un vistazo a la historia de las principales economías capitalistas durante los últimos tres decenios permite comprobarlo.
En los años 70 termina el periodo glorioso de acumulación rápida de capital y crecimiento del ingreso personal de los trabajadores. Ese lapso (1945-1975) se caracterizó por altas tasas de crecimiento, fuertes incrementos en productividad y fuerte inversión en capacidad productiva.
En los años 70 la tasa de ganancia se estancó y declinó durante varios años. No importa qué medida prefieran los lectores, y más allá de las polémicas sobre el significado de este movimiento en la tasa de ganancia, lo cierto es que se puede documentar sin dificultad esta declinación en la tasa de ganancia. Y a partir de ese hecho, todo cambió: para enfrentar esta caída en la rentabilidad el capital desencadenó una ofensiva de largo aliento en contra del trabajo.
El resultado de esta acometida fue el estancamiento de los salarios. El crecimiento en productividad que pudo mantenerse (y hasta acelerarse durante algunos periodos) no tuvo su contraparte en un incremento de los salarios. En la distribución de la renta, las ganancias se beneficiaron y el asalariado se llevó la peor parte. Esa redistribución mejoró las condiciones de rentabilidad en los años 1988-2002, con sus diferencias entre países y sectores.
El estancamiento en la rentabilidad durante los 70 también provocó una búsqueda de espacios de inversión financiera que pudiera darle la vuelta a ese mal necesario(como decía Marx) que es el circuito productivo. La expansión del sector financiero fue la consecuencia directa y los centros de poder a nivel nacional y supranacional se afanaron en eliminar las barreras a la circulación del capital financiero.
Uno de los rasgos más interesantes de la reproducción capitalista en los últimos decenios consiste en que mientras los salarios se estancaron, el nivel de consumo se mantuvo más o menos constante. ¿Cómo fue eso posible? La explicación se encuentra en la caída en la tasa de ahorro y en el crédito. Es decir, las familias aumentaron la parte de su ingreso que se destina al consumo y, por otra parte, incurrieron en un sobre endeudamiento crónico. El sector financiero ya las estaba esperando.
La desregulación y las innovaciones financieras hicieron bien su trabajo. La capitalización de títulos financieros, acciones y activos inmobiliarios, alimentó la ilusión de un aumento de riqueza virtual que pudo respaldar durante unos años el nivel de consumo de las clases medias. En Estados Unidos hasta tenemos el fenómeno de un segmento de la clase trabajadora que tuvo ingresos derivados de la rentabilidad del mercado accionario. Pero el sobre endeudamiento fue el mecanismo más importante para mantener el nivel de demanda agregada que necesita todo sistema capitalista.
En ese periodo (1980-2000) la inversión productiva mantenía tasas de crecimiento raquíticas. Es decir, la recuperación de la rentabilidad derivada de la ofensiva anti-laboral no se acompañó de un incremento en la capacidad productiva o en la introducción de una nueva plataforma tecnológica capaz de sostener una nueva fase de expansión. De las varias interpretaciones, la más cercana a la realidad se relaciona con un agotamiento de las oportunidades de inversión asociadas con altas tasas de beneficios.
Esto es lo que cierra el circuito de acumulación neoliberal en los espaciosnacionales. En el plano internacional, la famosa globalización permitió poner a competir entre sí a la fuerza de trabajo de todo el mundo. Y eso se acompañó del desmantelamiento de una parte de la capacidad industrial estadunidense al transferir las multinacionales líneas completas de producción hacia China. El proceso culminó con la consagración de Estados Unidos como consumidor en última instancia a escala mundial.
En la actualidad no existen instancias internacionales capaces de marcar un nuevo derrotero. La guerra social al interior y entre espacios nacionales, así como los desequilibrios internacionales son la señal más clara: la única recuperación posible pasa por la destrucción del neoliberalismo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

"Post-modernista" moda cultural del neoliberalismo

17 DE SEPTIEMBRE 2011 - 17H17 

"Post-modernista" moda cultural del neoliberalismo





Raíces en el pasado del pensamiento burgués, el postmodernismo surgió en oposición al marxismo y predica la fragmentación y el "todo vale", la cultura, apoliticismo, el rechazo de los conocimientos científicos y la idea de que la sociedad (y la historia) no se puede cambiar a través de la acción colectiva de los hombres. 

Por José Carlos Ruy (*) 


El "posmoderno" es un tema que surgió sobre todo después de la década de 1970, aunque sus ideas eran antes. Su aparición (70 años) refleja los cambios que ocurren en el sistema capitalista. El término "posmoderno" sólo traer algo de confusión para los incautos. Hay un sentido explícito de la superación de la modernidad. No es exactamente una novedad en el campo del pensamiento, sino la acentuación de las tendencias más antiguo y permanente en el pensamiento burgués. 
Muchas de las ideas que surgen como "novedad" se basan en el pensamiento burgués que viene del siglo 19, con un énfasis en el individuo y el conflicto (o conflicto) entre éste y la sociedad, una idea que se ha fortalecido desde Kant (pensador alemán del siglo décimo octavo ). 
El posmodernismo hace hincapié en individuales y sobreestima el papel de lo social y lo proclaman con una dirección retrógrada, sobre todo después de la caída del Muro de Berlín y la desaparición del socialismo en Europa del Este, cuando fue proclamado el "fin de la historia" y ganar fin del capitalismo sobre el socialismo. 
El postmodernismo como una moda cultural, es paralelo a la hegemonía del neoliberalismo y corresponde a la misma. Su aparición está estrechamente ligada a los cambios en los países capitalistas desarrollados (en Europa y los EE.UU., en particular) a partir de la década de 1960. 
Una derrota para los trabajadores 
El acuerdo político establecido después de la Segunda Guerra Mundial, que fundó el Estado de bienestar social, llevados a la base del aparato estatal de actualidad relacionados con el movimiento obrero. Partidos socialistas y comunistas y de la estructura sindical se convirtió en parte del bloque oficialista, con su propio impacto en la política defendida por los partidos y organizaciones. 
Cuando el capitalismo comenzó a mostrar los primeros signos de la crisis que sufre todavía hoy, más de medio siglo después, el movimiento obrero representado por las organizaciones sindicales y no para formular una propuesta hecha para ella. Como rehenes a los reformistas políticos fueron incapaces de asumir el liderazgo cuando se trabaja y la resistencia popular estalló en los movimientos insurgentes en la forma del famoso 1968. Y en países como Italia y Francia se unieron al gobierno en contra de esos movimientos. 
En este sentido, la bulliciosa actividad de los trabajadores en Europa y los EE.UU. en la década de 1960, ha caído de la situación de la revolución social, la lucha de clases, a una mera transformación cultural. Hincapié en los aspectos superestructurales (liberación de la mujer, el racismo, la juventud por que lo diga.) Y la resistencia contra la guerra de Vietnam. 
Es decir, incapaz de formular una solución a la crisis del capitalismo del proletariado, las organizaciones políticas y los trabajadores sociales estaban vinculados a un proceso de degeneración política y electoral cuya culminación sería unas décadas más tarde, vivió en la crisis de la organización a partir de 80 años. 
Estos eventos han puesto una calificación, representó una derrota para los trabajadores a la lucha del proletariado y para el avance del socialismo. Se preparó el medio de la cultura política, a finales de la década de 1970 llevó a la hegemonía neo-liberal con el surgimiento de Margaret Thatcher (en 1979) como primer ministro británico, la elección de Ronald Reagan a la presidencia (en 1980) , y la privatización de la cara de François Mitterrand (elegido en 1981) en Francia. 
La alta tasa de crecimiento de las economías capitalistas, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a disminuir desde finales de 1950. Los trabajadores también se resisten a la rutina alienante, el trabajo repetitivo en las empresas capitalistas y, al mismo tiempo, exigiendo mejores salarios y condiciones de trabajo más apropiado. El conservador de salida para la crisis que dio a la burguesía los instrumentos de política que le permitió duplicar la resistencia de los trabajadores e imponer las pérdidas sociales, el salario y las disposiciones de organización para los trabajadores. 
Financiarización 
En su afán por maximizar las ganancias, las empresas capitalistas han adoptado diferentes estrategias para derrotar a los trabajadores. Uno de ellos fue la migración de las instalaciones de fabricación a los lugares donde los salarios eran más bajos y más débil organización de los trabajadores. 
En los EE.UU., por ejemplo, las compañías comenzaron una migración de la clase obrera tradicional centros de la región Nordeste (incluyendo Michigan, Pennsylvania, Nueva York) para los estados del sur, más allá de la frontera era un paso en busca de mano de obra barata en América Latina desborda entonces a los países más lejanos de Asia, como Indonesia o, en la década de 1980, China. 
En Europa, el deseo de la producción capitalista la mano de obra barata se trasladó hacia el este, sobre todo después de los cambios radicales experimentados por el ex democracias populares del bloque soviético, y también la atracción de las fuertes corrientes de inmigrantes de América Latina, Asia y África , del que se vendieron a precios de arrastre hacia abajo su fuerza de trabajo en los países europeos ricos. 
La acumulación capitalista en este período cambió de rumbo, la producción industrial en los países ricos, dejó de ser su eje principal, preferiblemente sustituido por aumentar las inversiones y más sofisticados. La producción industrial comenzó a disminuir, el número de trabajadores relacionados con la producción se redujo, y hubo un marcado crecimiento en el sector servicios. El típico trabajador que ha dejado de ser manipulado antes de partes de automóviles, y su lugar fue tomado por los trabajadores cada vez más precaria. 
Ética "productivista" de arriba, que legalizó el beneficio en la producción y la defensa de la vida austera y la economía para el futuro fue reemplazado cada vez más por un juego de lógica, casino, guiada por la lógica del "destino", la "oportunidad" en las que vale la pena vivir en el presente (carpe diem, como he dicho una película que hizo el tiempo, "Dead Poets Society"). 
Los cambios en el pensamiento y corresponden a acompañar a estos cambios que se producen en la sociedad. Francia fue uno de los pioneros de la formulación de los lugares de la llamada post-modernismo. Allí, después de la guerra, el prestigio del comunismo y la Unión Soviética fue la base de la notable presencia del marxismo entre los intelectuales y artistas, fomentar un debate cuya evolución se produjo en paralelo a los cambios en la producción, y la lucha de clases , lo que profundizó sobre todo después de que el 20 º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956. El choque de las denuncias hechas por el líder soviético Nikita Khrushchev provocó una división inicial en el movimiento comunista, oponiéndose a los marxistas, que pueden ser llamados "ortodoxos" a los que expresaron su decepción al encontrar un marxista "humanista", sin compromisos claros el cambio social y la lucha de clases, y muy crítico de la ortodoxia soviética. 
El antimarxismo 
El siguiente paso fue el creciente abandono del marxismo por muchos intelectuales y un cambio hacia formas de pensamiento, llegando a afirmar algunos libertarios compromiso precario (Michael Foucault es un buen ejemplo), que rompió con la comprensión de la historia como un proceso que puede ser conocido y en el que intervenir, y el conocimiento científico.Saltaron a la vanguardia, por lo tanto las líneas teóricas defensa de una historia sin juicio e hizo hincapié en el discurso, haciendo caso omiso de la correlación entre el pensamiento conceptual, el mundo material y objetivo, concreto y práctico de los hombres. 
La puerta estaba abierta, así que para la hegemonía del "posmodernismo", una manera de pensar que rompe con el materialismo y sin compromiso con la comprensión del mundo real y los programas colectivos de intervención en el curso de los acontecimientos. Y que corresponde a la "lógica del juego" que llegaron a predominar, lo que no podemos estar seguros de nada, salvo el efímero presente - y también que, como en los juegos de azar, hay pocos ganadores y muchos perdedores, para compartir la lógica del azar ", no puede quejarse" del destino, ni interferir con él. 
"La actitud intelectual general" 
Otra consecuencia fue la apertura de un relativismo radical en la consideración de todas las implicaciones culturales, sociales, humanos, esta es la raíz de radio "multiculturalismo" que acompaña a esta forma de pensar y tan ambigua que valora la importancia de las múltiples contribuciones de diversos grupos culturales los seres humanos. De todos modos, esta es la faceta de "todo vale" posmoderno, en cuya consecuencia son los siguientes: la devaluación de los movimientos políticos, la acción colectiva y de los partidos, la atomización de la acción social en los movimientos fragmentarios, la apreciación de lo efímero y instantánea, el rechazo de la investigación y comprensión del cambio y el progreso. Inside MMA posmodernista, todo es igual, todo es, todo lo que se valora por lo que "parece" no tan "es". 
La dificultad de definir lo que es el postmodernismo se deriva de ella. Es una etiqueta que designa a las corrientes intelectuales y artísticas numerosas ya veces contradictorias, el historiador español Julio Ariostégui definido, en mi opinión, con una precisión paradójica, con las palabras "actitud intelectual en general." 
Uno de los hitos clave en el desarrollo del postmodernismo fue la publicación en Francia en 1979, el libro La condición postmoderna, Jean-Francois Lyortard (traducido en Brasil con el título de la posmodernidad, en 1985), una obra que se convirtió en una especie de catecismo de este pensamiento inicial. Hay una ruptura con el marxismo y la tradición de la Ilustración, con el pretexto de los desastres que la "razón instrumental" que han causado. En otros lugares, Lyotard cita el asesinato a escala industrial se produjo en el campo de concentración nazi de Auschwitz como un ejemplo de la degeneración de la "razón". También está el "giro lingüístico" que ponía el énfasis en el habla. 

Todo debía ser considerado dentro del campo del discurso, que el mundo es visto como un conjunto de fenómenos lingüísticos. El criterio de la verdad ya no es la correspondencia entre el enunciado y el mundo real y el objetivo al que se refiere, solo la realizará la coherencia interna de la declaración. En este sentido, cualquier cuestión filosófica es tratado sólo como un problema de lenguaje. A diferencia del proceso de búsqueda de un conocimiento más detallado de la Real, se produjo un desplazamiento discursivo de la Real. A partir de ahí, aunque el conocimiento científico es más importante y hay un rechazo a él (incluso hay una demanda de conocimiento científico como "técnico" o "instrumental razón") que subyace en el desprecio de toda posibilidad de una explicación objetiva del mundo. Y se fortaleció la idea relativista según la cual todo vale y todas las representaciones verbales (discurso) sería legítimo. 
¿Qué es la "modernidad"? 
Termino con una reflexión y una pregunta: ¿Qué es la modernidad? Para los comunistas y marxistas, la cuestión puede estar fuera de lugar y la "modernidad" se contrasta con el problema de la revolución. La idea de la modernidad se define la modernización capitalista del mundo, que se manifiesta en los últimos siglos en la lucha contra el pasado feudal, y el viejo, que había que superar. Y la "modernidad", se describen en el momento de la decadencia del capitalismo y la necesidad de abrir la transición al socialismo, la modernización capitalista. En este sentido, no aporta nada fundamentalmente nuevo, como el moderno, una comprensión más profunda y los medios contemporáneos para romper con el capitalismo y no cambiar el aspecto de las relaciones sociales (con su consumismo y las modas tecnológicas), pero la esencia de estas relaciones, la transición a formas de sociabilidad basada en la búsqueda de la atención de urgentes necesidades humanas, no de lucro. Por lo tanto, la "modernidad" no se rompe dentro del sistema capitalista, pero sólo cuando el alojamiento teórica con el fin de perpetuar su poder y su status quo. 

(*) Este documento es un resumen de mi presentación en el debate "La posmodernidad, Cultura y Educación: tensiones y contradicciones", realizado por Colectivo Comisión de Cultura PCdoB Distrito de São Paulo (SP) en 06/09/2011 . Doy las gracias a la leche Mazé conocido por haber organizado esta mi voz y de texto, que he revisado para esta publicación y por lo tanto asume responsabilidad por errores que puedan existir en ella.




http://www.vermelho.org.br/noticia.php?id_noticia=164223&id_secao=11